Alumnos y maestros piden que la construcción de aulas y laboratorios se reanude

El viacrucis de alumnos, maestros y personal administrativo de la Facultad de Ciencias del Mar (Facimar) en Mazatlán, sigue, la semana anterior en cuatro ocasiones salieron a las calles a exigir a las autoridades federales una pronta solución y continuar con la construcción de aulas y laboratorios.

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Según el programa de obra e inversión proporcionado por la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), la construcción del nuevo inmueble inició en agosto del 2022, sin contar con licencia de construcción ni un Manifiesto de Impacto Ambiental (MIA) autorizado por la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).

El miércoles 1 de marzo, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) clausuró la obra después de que la Facimar no pudo acreditar que contaba con un dictamen aprobatorio de la Semarnat para la construcción.

La facultad se dio a la tarea de elaborar e ingresar el MIA a la Semarnat para su autorización, una semana después, pero hasta el cierre de esta edición, el permiso todavía no era liberado.

La tardanza desesperó a los alumnos, docentes y autoridades universitarias, toda vez que el 15 de septiembre es la fecha límite que tiene la Facimar para ejercer los recursos, de lo contrario, serán reasignados a otra escuela que sí pueda ejercerlos.

Joel Bojórquez Sauceda, profesor investigador de la Facimar, mencionó que la UAS tiene hasta fin de año para ejercer los recursos federales del Fondo de Aportaciones Múltiples (FAM), de lo contrario los perderá.

Son 48 millones de pesos lo que está pendiente por ejercer, dijo, y aunque se venció el plazo, las autoridades universitarias ya tienen conocimiento que el jueves pasado una comisión de la Facimar se reunió con María Luisa Shimizu, delegada de Semarnat en Sinaloa, para conocer el estatus real de la solicitud de autorización y ver la posibilidad de que se agilizara.

La respuesta fue que la última actualización de información que presentó la universidad sí cumplía con los requisitos y criterios de la paraestatal.

La delegada ofreció que en una o dos semanas, la Facimar contaría con el dictamen que autoriza la continuidad de la obra, ante este panorama Bojórquez Sauceda mencionó que la UAS no reasignará los recursos y que la facultad los conserva para continuar con la obra y concluir los trabajos para los más de 600 alumnos que tiene.

Con tres meses para ejercer 48 millones de pesos en la obra, mencionó que ya se adquirió el material para continuar con la construcción, y que se deberá de trabajar a marchas forzadas para alcanzar a concluir.

El error

El catedrático reconoció que la UAS no hizo los trámites correspondientes ante la Semarnat.

“Nunca la universidad había hecho ese trámite, hubo un exceso de confianza, creo yo, no es lo mismo construir en alguna comunidad alejada en el estado, a construir sobre el malecón de Mazatlán, a la vista de todo mundo, y no faltó quien preguntara por el trámite, y al hacerse mediático el asunto, la Profepa tuvo que actuar”, detalló.

Sin embargo, en menos de 15 días posteriores a la clausura, se ingresó el MIA a la Semarnat para su autorización.

“A partir de esta clausura la universidad tiene un departamento en la dirección de Conservación y Mantenimiento para hacer todos los trámites de evaluación e impacto ambiental que se requieran para todas las obras de la universidad en cualquier parte del estado de Sinaloa”, asentó.

Bojórquez Sauceda expuso que tienen la convicción de que no se está impactando ambientalmente ningún recurso ni proceso costero con las obras, y que por eso lo que procedía era la exención del MIA, “estamos ingresando una manifestación de impacto ambiental en forma (…) nosotros pensamos que iba a ser un trámite mucho más simple, que al no haber un impacto ambiental evidente, el trámite iba a correr más rápido”.

La explicación de la delegada de Semarnat con relación al retraso de la autorización, dijo, es que con la entrada de este gobierno, se cambió a todo el equipo de evaluadores, y que los requisitos que se piden están apegados a la ley, son mucho más estrictos, y fue ese rigor lo que provocó el retraso.

La delegada también aclaró a los universitarios que el conflicto existente entre el gobernador Rubén Rocha Moya y el rector Jesús Madueña no influye en la revisión de los requisitos que debe cumplir la UAS para que se les autorice el MIA. Sostuvo que no recibieron indicaciones ni llamadas de nadie para retrasar la respuesta, y que más bien obedece a los cambios de personal ya mencionados.

El profesor dijo que los alumnos sí han cuestionado el por qué la UAS actuó de esa manera con el inicio de la obra, sobre todo porque llevan una materia que se llama Evaluación de Impacto Ambiental, “cuestionan, critican porqué no se hizo bien de origen, sin embargo, ellos son conscientes de que a partir del ingreso de la MIA, la universidad se regulariza y se apega hoy y en el futuro, a todos los procesos que tienen que ver con el impacto ambiental para ser congruentes con la esencia y los valores de la universidad.

Al cierre de esta edición, el estatus del trámite en la página de la Semarnat, registró ocho movimientos y avance el 14 y 15 de septiembre, siendo que desde el 9 de julio permaneció detenido.

Artículo publicado el 17 de septiembre de 2023 en la edición 1077 del semanario Ríodoce.