Quienes teníamos ideologías de izquierda en los sesentas y setentas, recordamos las expresiones grotescas del conocido, “Imperialismo Yanqui”; su intromisión invasora por todo el planeta; la guerra de Vietnam, y todo el sureste asiático desde 1968 hasta 1975, donde huyeron derrotados por la población vietnamita, los golpes de estado en Chile, su intromisión contra la izquierda en Argentina, Colombia, Bolivia, Cuba, todo el continente americano. Algo similar sucedía en África y Oriente, por todos lados.
Prevalecía la “guerra fría” entre Estados Unidos y sus “aliados”, versus la entonces Unión Soviética y sus “aliados”; pero los llamados “comunistas” tenían cimientos de barro y se derrumbaron fruto de contradicciones internas y el embate del bloque occidental. Los imperialistas, encabezados por los norteamericanos tuvieron otra época de “gloria” y avanzaron sus fronteras hasta llegar a la Rusia actual, cercar a Corea del Norte y aislar a Cuba; China se mantuvo oculta y a salvo de esa embestida, mientras cursaba sus propias transformaciones de fondo. Pero el mundo cambió; con las ideologías al margen; Rusia se hizo poderosa y China se convirtió en una nueva potencia industrial, tecnológica, económica y militar.
Sin embargo, el Imperio continuó con sus intervenciones, sus guerras, sus invasiones tan “campantes” y grotescas, o peor. Convirtieron medio oriente en arena de guerras e intromisiones: Asediaron Afganistán, hasta dejarlo medio destrozado, al final huyeron de ahí, igual que de Vietnam; inventaron que había armas químicas y nucleares en Irak para destruirlo, siempre de la mano de sus secuaces europeos, tienen a Siria en ruinas y, de la mano de Israel, llevan al mundo a guerras, matanzas y un genocidio en Gaza a la vista de todo mundo.
Ahora, ese “Imperialismo Yanqui”, autorizó un gigantesco paquete de “ayuda” por 95 mil millones de dólares para Ucrania, Israel y Taiwán. Recursos destinados en su mayoría absoluta para armamento; en Ucrania, por la amenaza “rusa”, en Israel para continuar el genocidio palestino y blindarlos frente a Irán. Así la guerra avanza y escala. La “ayuda” a Taiwán por 8 mil millones de dólares es para fortalecer sus defensas contra la “amenaza china”. Adicionalmente en el mismo paquete se revive la “guerra” contra la amenaza “comunista” ahora en forma del Tik Tok chino, a quien amenazan con vetar si no venden la empresa productora, un absurdo más.
Los recursos aprobados por el congreso estadounidense están “etiquetados” para comprar armas de moderna destrucción a las mayores empresas productoras, cinco de ellas norteamericanas, y europeas que gracias a ese apoyo aumentan sus ganancias en varios miles de millones de dólares, un 9 por ciento más de ganancias. Más de 400 mil millones de dólares del presupuesto norteamericano van por esa vía. Un negocio redondo para la maquinaria de la destrucción.
No es casual que nuestro presidente se sienta ofendido en su vocación solidaria y humanista con naciones de centro, caribe y Sudamérica, cuyos pobladores se ven obligados a migrar, huyendo de la pobreza y la miseria, les ha solicitado un paquete de 20 mil millones de dólares de apoyo a esos países hermanos para hacerle frente a la crisis migratoria y en respuesta encontró, doble moral, burlas e insensibilidad.
Ahí está, vivito y haciendo daño el “viejo”, siniestro y nefasto “Imperialismo Yanqui” que se resiste a pasar al basurero de la historia: lástima, esperan más desgracias y sufrimientos a la humanidad.
Artículo publicado el 28 de abril de 2024 en la edición 1109 del semanario Ríodoce.
