La botana Rancheritos pertenece a esa vieja guardia de Sabritas, que junto con Churrumais y Cheetos, se apostaban en la parte baja del aparador, en la zona de las marcas económicas.

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He de decir que, en mi niñez, escuché decir muchas cosas de este producto, algunas de ellas mentiras. Por ejemplo, los adultos nos decían que estaban hechas con grasa de rata, o que los tatuajes que venían como promoción dentro de las bolsas tenían ‘droga’, todo esto con el afán de crearnos aversión a esta y otras botanas y que las dejáramos de comprar: no funcionó.

Eran mentiras bien intencionadas, si estas existen. Trataban de cuidarnos, sabían que era un vicio malo. Hoy sabemos que es un vicio malo y caro.

El consumo frecuente de productos de esta naturaleza está relacionado con el aumento de peso, diabetes y enfermedades cardiacas. Además, los ingredientes picantes alteran la mucosa gástrica, llegando a provocar síntomas de indigestión y acidez estomacal.

Empaque

En la bolsa de Rancheritos predomina el color rojo. Como es costumbre en sus diseños a lo largo de los años, podemos ver el nombre de la marca entre un sombrero y un paliacate, clásicos en la indumentaria de rancho.

En esta versión también vemos un cintillo amarillo al centro de la bolsa que indica ‘Más producto’. La parte inferior del empaque muestra la ilustración de cinco frituras alineadas simétricamente, sin mucha explicación.

La parte superior derecha de la bolsa exhibe dos sellos grandes de la Secretaría de Salud: exceso de calorías y exceso de sodio.

Al reverso, en la parte izquierda, se muestra una ilustración más que incluye el sombrero y el paliacate, pero que también incluye una cuerda y botas vaqueras en medio de la frase “Para los MEROS MEROS… el único sabor RANCHERO”.

En el costado derecho podemos ver la declaración nutrimental y un muy amplio listado de ingredientes.

Ingredientes

La receta de Rancheritos contiene 50 ingredientes, la cantidad más alta con la que nos hayamos topado en la historia de este espacio. Les aseguro que hay cuentos más cortos que esta lista de ingredientes, por lo que no nos detendremos en todos.

El producto debe su sello de exceso de calorías a los casi 23 gramos de grasas totales por cada 100 gramos de producto, todas de origen vegetal (no de rata) y a los más de 60 gramos de carbohidratos en la misma porción; el sello de exceso de sodio se lo deben a la sal yodatada y otros tres derivados de sodio incluidos en el adobo, principalmente glutamato, guanilato e inosinato de sodio, un trío de potenciadores de sabor que generan la sensación de no querer dejar de comer el producto.

Del total de ingredientes, tres pertenecen a la base, es decir, dan forma a la fritura de maíz nixtamalizado, y los otros 47 son parte de la receta del adobo.

El mero mero sabor… de laboratorio

¿Con qué asociamos al rancho? Regularmente, el rancho se asocia con tierra, ganado, naturaleza, comida típica y sencilla, por mencionar algunas cosas.

En el rancho se encuentran tortillas de tres ingredientes, quesos de tres ingredientes, leche bronca, pura.
Entonces, Rancheritos, de rancho, solo el nombre. Esta fritura es producto de una ardua mezcla de pruebas de fuego y de laboratorio, que resulta en una tortilla adobada hecha con 50 ingredientes, fuera del rancho.

El adobo contiene, entre chiles y especias, cuatro tipos de azúcares añadidos: azúcar regular, dextrosa, glucosa y lactosa (hay de los intolerantes), más la maltodextrina, que no se incluye en la lista como azúcar añadido, pero que no es más que otro derivado del almidón que se utiliza para encapsular las grasas y formar una especie de polvo con ellas.

Este preparado también contiene cinco colorantes artificiales: Rojo Allura AC, Azul Brillante FCF, Amarillo Ocaso FCF, Tartrazina y Caramelo clase IV, así como los colorantes naturales Oleorresina de paprika y achiote.

En un boletín de prensa en octubre de 2020, la Profeco publicó la recomendación de consumir productos con colorantes naturales, porque entre más industrializados los productos contienen más químicos.

La publicación de la Profeco, señaló que puede haber estudios que digan que estos producen hiperactividad por su ingesta constante, alergias de leves a graves o asma, entre otras reacciones; incluso declaraciones tajantes de que algunos de ellos no deben ser para consumo humano. Las empresas que los utilizan dirán que al estar permitidos no causan ningún daño.

Artículo publicado el 03 e septiembre de 2023 en la edición 1075 del semanario Ríodoce.