Si visitamos al nutriólogo por problemas de peso, cualquiera que sea el enfoque del profesional, difícilmente nos permitirá comer arroz libremente. Es casi una garantía que nos lo saquen de la dieta o se nos sugiera evitarlo al máximo.

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Y no es que el arroz por sí solo nos haga subir de peso, pero forma parte de un gran grupo de alimentos que en conjunto sí lo harán: los cereales. Estos, sumados a las grasas nocivas y la inmensa cantidad de alimentos altos en azúcares pueden colaborar poco a poco en el aumento de peso.

El sobrepeso y posteriormente la obesidad no llegan rápidamente, sino que son el resultado de muchos años de malos hábitos alimenticios y falta de ejercicio.

Si bien no podemos culpar al arroz de la trágica realidad de salud en México, el Arroz con Leche Lala no es una morisqueta envasada, sino un ultraprocesado azucarado que alimenta el gusto por lo dulce con una importante carga de aditivos en su contenido.

Envase

El envase de este producto es un vasito con tapa metalizada. Tanto la parte de la tapa como la del vaso tienen el mismo diseño. El color morado abunda en el diseño, de que resalta en la parte superior el nombre de la compañía y, por debajo, el nombre del producto que posa al lado de un tazón, también morado, y un par de rajas de canela.

En la parte superior derecha se aprecia un sello de la Secretaría de Salud: exceso de azúcares.

Ingredientes

El Arroz con Leche Lala contiene 11 ingredientes. Una versión casera de arroz con leche se elabora con cuatro. La diferencia entre lo casero y esta versión industrial está en los aditivos, ya que cuenta con cuatro emulsionantes como almidón modificado, carragenina, goma xantana y goma algarrobo, así como nicina y natamicina, dos conservadores que evitan el desarrollo de hongos en el producto.

Por lo declarado, el producto contiene 30 gramos de carbohidratos, de los cuales 22 gramos son de azúcares, un 88 por ciento del consumo máximo tolerable recomendado por la OMS.

Emulsionantes, corruptores de la flora intestinal

Es difícil hablar de seguridad alimentaria cuando hay tantos ingredientes y aditivos que cuentan con poca evidencia científica de su inocuidad. Pero las que no mienten son las estadísticas donde cada vez son más y más los casos de cánceres y enfermedades metabólicas que no se veían en décadas pasadas.

Definitivamente algo pasó en los últimos años que este tipo de enfermedades se volvieron altamente prevalentes en la humanidad.

Los emulsionantes que se emplean en distintos tipos de productos procesados para ayudarles a mejorar su textura, a mantener su forma y alargar la vida de anaquel, pueden estar causando problemas en flora intestinal de quienes los consumen.

La flora intestinal se define como la población bacteriana que habita en el tracto intestinal. Se estiman que son unos 100 billones de diversas bacterias las que conforman la flora.

Un estudio publicado en la revista Nature, sugiere que existe una afectación a la flora intestinal derivada del consumo de emulsionantes.

La Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII), que incluye a la Enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa afecta a millones de personas alrededor del mundo. El síndrome metabólico es un grupo de trastornos relacionados con la obesidad, que pueden derivar en diabetes, enfermedad hepática y enfermedades cardiovasculares. Ambos padecimientos aumentaron notablemente de mediados del siglo pasado a la fecha.

Este aumento en los casos de EII no se vincula con cambios en la genética humana, que ha sido consistente en el mismo rango de fechas. Es la dieta moderna, que interactúa directamente con la microbiota, y la sospechosa principal del aumento en la prevalencia de EII.

A decir del estudio, la adición de emulsionantes parece encajar en el marco temporal de la dieta moderna. Las pruebas en ratones revelaron que el consumo de emulsificantes aumentaba la inflamación y el síndrome metabólico, principalmente notorio en el aumento del consumo de alimentos, obesidad, hiperglucemia y resistencia a la insulina.

Artículo publicado el 30 de julio de 2023 en la edición 1070 del semanario Ríodoce.