No hay mejor paz que mi guerra


La comunidad de El Tamarindo hierve. El poder de las organizaciones del crimen alcanza para desestabilizar en tan solo unas horas cualquier sitio, así se trate de una ciudad grande como Culiacán, Nuevo Laredo, o Juárez, y con mayor facilidad una pequeña sindicatura de menos de diez mil habitantes.

La Villa Adolfo López Mateos —nombre oficial de El Tamarindo— a solo media hora al oriente de la capital de Sinaloa, es el punto neurálgico para la ordeña de los ductos de Pemex. La disputa es por el control del negocio del robo de combustible, uno más en la lista de las organizaciones que controlan la delincuencia en México.

El Tamarindo es el refugio natural, con mejores accesos para almacenar rápidamente la gasolina o el diesel que recorre los ductos y que en algún punto del trayecto es interceptado.

Por eso la incursión de camionetas con hombres armados y el desfile por las polvorientas calles mostrando los rifles sin disimulo. No necesitan ocultarse de nadie, no hay autoridad ni policía que los enfrente porque tiene la ruta libre hasta el cumplimiento del objetivo. La sindicatura y sus alrededores viven en una intranquilidad permanente.

Hay colonias de Culiacán más grandes que la sindicatura de Villa Adolfo López Mateos, pero es aquí donde ahora se presenta la guerra. No importa el tamaño de la localidad, ni del sector, sino lo importante que sea para alguna de las ramas del negocio.

Hay demasiados antecedentes en Sinaloa, y en México, para minimizar lo ocurrido en El Tamarindo en esta semana: la privación ilegal de la libertad de una decena de personas, la quema de un vehículo en una bodega con automóviles armados, el desfile de grupos armados, todo lleva el mismo patrón de lo ocurrido en otras muchas ocasiones. El año pasado en Villa Juárez, Navolato, y Villa Unión en Mazatlán; antes en Mocorito o Badiraguato, San Ignacio o Choix.

La falsa paz se vuelve guerra por decreto de los jefes reales de las plazas, es decir pueblos, comunidades, sindicaturas, municipios y estados. No el Comisariado, ni el Síndico, menos el Alcalde o el Gobernador, sino el jefe de la célula, el sicario al mando, el jefe de la plaza, el Don, la cabeza del Cártel.

Margen de error
(Reforma) Mientras los candidatos presidenciables hablan de la Reforma Energética, del precio de las gasolinas y el diesel, de la explotación de pozos petroleros, de la operación de trasnacionales en territorio de México, la vida fuera del discurso se gana a punta de balas, en los puntos del país por donde corre el combustible listo para quemarse. Tanto en Veracruz como el Estado de México o Sinaloa.

Que si Peña Nieto y el IEPS –—Impuesto Especial sobre Producción y Servicios—, que si Petróleos Mexicanos como empresa mundial, retórica política ante una circunstancia ya incontrolable para el mismo PEMEX que no puede con el problema, para el Ejército o la Federal.

La infinidad de problemas de un país inmenso como México, hace inabarcable cualquier análisis. Más si la contienda electoral se enfoca en banalidades, entonces desaparece la sustancia.

El robo del combustible no es ni cerca uno de los mayúsculos problemas de México. Pero sí se encadena o los importantes, la corrupción, la reforma energética, el precio de las gasolinas…

Mirilla
(El Tianguis) La fiesta del Tianguis Turístico, en Mazatlán, concluyó sin aspavientos ni escándalos. Mientras no se convirtiera en noticia nacional algún enfrentamiento, balacera, o asesinatos múltiples, es ganancia. Durante cinco días los mandos de seguridad de Sinaloa y algunos federales, tuvieron el alma en un hilo.

Los invitados fueron recibidos, la cena se sirvió, el baile fue mayúsculo, los anfitriones abrazaron y dieron la bienvenida, eso es un logro en sí mismo.

Al final en el Tianguis de lo que se trata es de hacer negocios. Y eso no se perturbó.

Primera cita
(Otra cita) Andrés Manuel López Obrador llegó a la segunda cita a Sinaloa todavía como puntero. En una de las giras previas al primer debate presidencial, el aspirante por tercera ocasión todavía se dio el lujo de bromear que su presencia será solo de amor y paz en el debate.

Aunque los debates no ganan presidencias, menos en México y con esos formatos tan apretados, el primer enfrentamiento podría marcar esta contienda que en las primeras tres semanas empieza a ser aburrida.

Deatrasalante
(Las otras villas) Hace un año exactamente la comunidad que hervía era Villa Juárez, Navolato. Por otras razones y una intensidad mayor, pero en el fondo por causas similares: terrenos en disputa por facciones del crimen organizado, una paz chafa que se vuelve guerra cruenta.

La falta de arreglo en los negocios ilegales de las poderosas organizaciones del crimen arrastra con todo.
En Villa Juárez inició todo de una manera similar, los grupos armados paseándose por las calles ostentando las armas, persecuciones y disparos dentro de los pueblos. Aquello fue una guerra, y lo ocurrido la semana pasada en El Tamarindo, Culiacancito y alrededores, anticipa otro capítulo de enfrentamientos.

Aquella paz convertida en guerra terminó con centenares de muertos, colocando a una pequeñita población del país, como Villa Juárez, en una de las más violentas. ¿Hasta dónde llegarán ahora Villa Adolfo López Mateos? (PUNTO)

Columna publicada el 22 de abril de 2018 en la edición 795 del semanario Ríodoce.

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