Acorralan al agro en Sinaloa

CAMPO SINALOENSE. Orgullo herido.
CAMPO SINALOENSE. Orgullo herido.

Bajos precios para maíz y frijol, monopolios de transnacionales y altos costos
 
Sinaloa vive una crisis agrícola: las actividades del campo han disminuido su presencia en el Producto Interno Bruto estatal, los precios de las cosechas mantienen una tendencia a la baja, no hay una política de fomento a la producción de parte del gobierno federal y el mercado está monopolizado en unas pocas manos, algunas de ellas transnacionales.
Pero la crisis en la agricultura y ganadería, y en general en el sector primario de la economía es también nacional y forma parte de un fenómeno mundial, que consiste en que la industria y los servicios crecen y ocupan más espacio, afirmó Juan de Dios Trujillo, investigador y catedrático de la Universidad Autónoma de Sinaloa.
“Hay una crisis agrícola, no una crisis alimentaria, debido a esta tendencia a la baja en los precios de las cosechas en el mercado internacional, que tiene alrededor de seis o siete años, y a otros factores, y esto se refleja en una baja en la superficie de siembra de maíz y otros cultivos, y una baja en los ingresos de los productores”, manifestó.
Gerardo López Cervantes, director de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la UAS y doctor en Economía, señaló que la economía sinaloense tuvo un decremento del 1.30 por ciento en el 2013 respecto al 2012, y las actividades primarias (agricultura, pesca y ganadería) cayeron en cerca de un 12.80 por ciento en este lapso.
“De acuerdo con el Indicador Trimestral de Actividad Económica Estatal (ITAEE), que elabora el Inegi, en el año 2013 la economía sinaloense registró un decremento del 1.30%. Por actividades, el resultado fue: las actividades primarias disminuyeron en 12.80%, las secundarias 2.70%, y las terciarias crecieron en 1.20%”, explicó.
Como se aprecia, agregó, el sector primario muestra una contracción muy pronunciada, y de acuerdo con datos de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación (Sagarpa) del gobierno federal, las autoridades del estado, y la Confederación de Asociaciones Agrícolas de Sinaloa (Caades), hubo en este periodo una caída en la producción de los cultivos destacados y una reducción en los precios de éstos.
Dijo que la producción de maíz se redujo 1.8 por ciento al pasar de 3.7 a 3.6 millones de toneladas; la de tomate bajó un 46.5 por ciento, de 923 mil 704 a 493 mil 935 toneladas. El chile verde disminuyó alrededor de un 28 por ciento, la papa cerca de un 16 por ciento, y otros productos un 31.9 por ciento.
“El total de la producción agrícola en el 2013 en comparación con el 2012 es de una contracción del 11.1 por ciento, ya que pasó de 6.8 a 6.1 millones de toneladas. Esta caída de la producción agrícola se explica por la reducción de la superficie cosechada de 1.88 por ciento (de 797 mil 993 a 782 mil 951), que fue condicionada por las limitaciones en la disposición de agua para riego agrícola”.
En cuanto a los precios, añadió, el maíz se redujo un 9.5 por ciento, ya que de 4 mil 200 pesos por tonelada bajó a 3 mil 800 pesos. En total, la producción agrícola pasó de 2012 a 2013, de 6 millones 839 mil toneladas, a 6 millones 82 mil.
Crisis agrícola en Sinaloa.
Crisis agrícola en Sinaloa.

Efecto dominó
 
Aunque ha habido periodos de buenos precios de cosechas en frijol, maíz, hortalizas y otros cultivos, las tendencias a la baja han sido más permanentes y constantes, advirtió Trujillo Félix.
El coordinador de Posgrado de la Facultad de Estudios Económicos y Sociales manifestó que en sentido contrario, los precios de los insumos se elevaron igual que el monto de renta de la tierra, lo que se traduce en menor rentabilidad de la actividad agrícola.
“Más allá de variaciones y de problemas climáticos, esta tendencia de baja en los precios es una tendencia sostenida, y el gobierno federal ha tratado de incentivar la producción pero no de manera suficiente. De hecho está empezando tarde en las políticas de fomento y se ha centrado más en transferir ingresos y subsidios, pero eso no incentiva”, aseguró.
A corto plazo, lamentó, hay una carencia de opciones para los productores agrícolas, y si uno de los productos tiene un precio bajo la tendencia es que afecte a otros, como el frijol y el sorgo, y entonces “queda en el vacío el discurso oficial de la reconversión productiva y de fomento al campo”.
Al respecto, Alonso Campos Encines, líder del Movimiento Agrícola Sinaloense (MAS) y presidente del Consejo Estatal del Maíz, criticó que el gobierno federal gaste “y no invierta en el campo mexicano y ese es el problema estructural”.
El académico universitario afirmó que Sinaloa estaba en el lugar 14 por su participación en la economía nacional y ahora ocupa el 16. Además, el sector primario de la economía representa alrededor del 12 por ciento del PIB estatal, y era de cerca del 18 por ciento hace unos 10 años.
“Esto no puede verse como un proceso negativo, sino positivo. Lo que es más preocupante es que tengas un sector agropecuario moderno, pero no un sector servicios o industrial más fuerte, que dé más empleos”.
AGRO MONOPOLIZADO. Control de insumos, precios y comercialización.
AGRO MONOPOLIZADO. Control de insumos, precios y comercialización.

Los monopolios, esa condena
Juan Guerra Ochoa, secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca, del gobierno estatal, advirtió que los problemas de precios y comercialización de frijol, maíz y otros cultivos van a continuar si no se cambian las reglas del juego.
“Fíjate, el mercado de telecomunicaciones estaba menos monopolizado que la agricultura. Está muy monopolizado el agro. Desde Luis Téllez se hicieron reglas para que ganaran los grandes intermediarios y perdiera el productor agrícola. Es más fuerte el monopolio aquí que en telecomunicaciones y no es fácil enfrentarlo, hay muchos intereses”, sostuvo.
Molesto, el único funcionario perredista de primer nivel en el gobierno de Mario López Valdez manifestó que igual que en materia de telecomunicaciones, debería haber en la actividad agropecuaria una Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel), porque unas cuantas empresas dominan el mercado de los insumos, los precios y la comercialización de granos.
“El productor malbarata sus cosechas porque se desespera, porque no tiene muchas opciones y tiene que pagar créditos, deudas, y nadie sanciona las prácticas monopólicas de estas firmas empresariales, no pasa nada”, manifestó.
Estas empresas, agregó, se ponen de acuerdo para los precios de las cosechas, como en el caso del frijol y la pagaron a 5 pesos el kilo en Zacatecas, cuando en Estados Unidos alcanzó un dólar, es decir entre 12 y 13 pesos, y “cuando hay mejor cosecha, pues más abusan. Los compradores llegan a decir no pagamos y nadie puede ajustarlos”.
Dijo que en el caso del maíz, en Sinaloa la semilla cuesta tres veces más y la siembra de una hectárea del cereal tiene un costo aproximado a los 300 dólares, mientras que en otras regiones alcanza 100 ó 130 dólares, debido a que el mercado de los insumos está en unas cuantas manos.
Guerra Ochoa calificó el precio pactado con el gobierno federal —de 3 mil 70 pesos la tonelada— como “bajísimo”, cuando el año pasado fue de 3 mil 370, de ahí que el agricultor pida a las autoridades una política de compensaciones a esta baja de precios.
“Se necesita una reforma radical al campo, hacer leyes para instaurar el crédito prendario y de avío, modificar la Ley Federal de Competencias para que haya una Cofetel en el campo y evitar la dominación que ejercen las empresas sobre precios e insumos, bajar los costos de producción y poner en marcha reglas que no amuelen a los productores y consumidores”, sostuvo.
El kilo de frijol, lamentó, llegó a venderse entre 9 y 12 pesos, por la desesperación de los agricultores y los abusos de los coyotes que lo compraron, y ahora se expende entre 14 y 16 pesos.
Dijo que en cuanto a semillas de maíz, son DuPont y Monsanto las que tienen entre el 90 y 95 por ciento del mercado, y en el terreno de la comercialización de granos, el control lo tienen Minsa, Cargill y Maseca.
Por separado, Campos Encines advirtió que Cargill controla alrededor del 40 por ciento de los alimentos que se consumen en México. “Esos son los que ganan, los que tienen la dominancia en el sector, pero los productores son los que corren el riesgo y los que se quedan con la menor parte”, aseguró.
Desesperados
Empezaron a manifestarse porque las organizaciones de siempre estaban calladas.
“Lo hicimos porque estábamos desesperados, nos habíamos mantenido al margen y ahora iniciamos las movilizaciones porque ellos, los de CAADES, CAP, AARC y MAS se quedaron callados”, afirmó Emilio González Gastélum, dirigente de la Coordinadora Única de Apoyo para Lograr Precios Justos para los Granos.
La organización reúne a cerca de 4 mil productores agrícolas de los municipios de Angostura, Salvador Alvarado, Mocorito, Culiacán, Navolato, San Ignacio, Elota y Rosario, conformada por módulos de riego, fondos de aseguramiento, propietarios de bodegas y agricultores en lo individual.
Dijo que el programa de pignoración inició hace alrededor de cuatro meses y hay muchos productores a los que no se les ha pagado la cosecha de frijol, de cerca de 60 mil toneladas pactadas dentro de este esquema.
“Se pactó a 16 mil pesos la tonelada de frijol pignorado, pero los acopiadores, los coyotes, le apostaron siempre a que fracasara, y lo han llegado a comprar a ocho mil pesos a los productores porque ya están cansados, desesperados”, señaló.
Aseguró que son muchos productores agrícolas en manos de muy pocos acopiadores, que son los que mueven el precio y lo hacen a su antojo, entre ellas las empresas Patrón —propiedad del ex diputado local y agroempresario Jesús Manuel Patrón—, Granos de Sinaloa y Sintar, entre otras.
Respecto al maíz, González Gastélum dijo que el precio que oscila entre 3 mil 50 y 3 mil 150 es bajo, y que existen posibilidades de que llegue a 3 mil 500 pesos, aunque se sostiene el compromiso de buscar otorgar otros 350 pesos para alcanzar los 3 mil 850, igual al año pasado.
“El costo para producir una hectárea es de alrededor de 32 mil pesos y se obtienen en promedio 10 toneladas por hectárea; entonces con el precio mínimo de 3 mil 50 pesos apenas llegaríamos a los 30 mil 500 pesos de ingresos por hectárea, o sea no estamos sacando ni lo que invertimos para producir”.
—¿Es cierto que el gobernador los ha amenazado con reprimirlos si realizan movilizaciones?
—Mira, no tanto. A ningún gobernador le gusta que haya manifestaciones, pero sí ha sido muy preciso en eso, en decir que juntos se puede resolver esto. Prueba de ello son las gestiones que ha hecho, que nos acompañó a Sagarpa, a la ciudad de México, en muy buen plan.
“Y es que la solución no está aquí, sino en México. Tendría que haber una manifestación en México, con maquinaria, hacer un plantón, decirle al gobierno federal que no aguantamos, que los agricultores estamos a punto del desespero, que con créditos e insumos caros nos estamos empobreciendo”.
Para Alonso Campos el movimiento para mejorar los precios de las cosechas está dividido entre malovistas y vizcarristas, pero “tenemos que irnos todos juntos y dirigir la inconformidad al gobierno federal, no al estatal”.
—¿Y usted es malovista y vizcarrista?
—Soy malovista y voy a impulsar el cambio desde este gobierno, con todo lo que eso implica. Es el primer gobierno de la oposición y no hay que desprestigiarlo.

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