Malayerba: Los perros

Cuando escribió ese artículo no pensó. Vomitó sus letras llenas de coraje e indignación sobre la máquina de escribir. Nada qué ver con la plana, ya impresa, al otro día, en las calles de la ciudad. Señores narcos, amarren a sus perros. Era el título de aquel texto. Publicado en el periódico de mayor circulación. […]

Malayerba: La novia empistolada

Se puso de novio con ella porque era una mujer bella: nórdica por el color de su piel y sierreña por su forma de hablar, la línea de sus sombras y la ondulante manera de moverse, hacer ademanes y hablar con la mirada. Lea también: Malayerba: ¡Dale, dale, dale! Es ella, dijo por dentro. Y […]

Malayerba: ¡Dale, dale, dale!

Fueron a la piñata porque se sentían comprometidas con su amiga: ella era tranquila, sin aspavientos ni pretensiones, sencilla en su forma de ser y de vestir, y amigable y solidaria. Lea también: De día, albañil Estaban rodeadas de mujeres que eran todo lo contrario. Altaneras, adineradas y presumidas. Sus cercanías con los narcos las […]

Malayerba: De día, albañil

Sus días son de albañil, cargador o pulidor de carros. Sus noches son en el desierto, con una mochila al hombro, en lugares inhóspitos y desconocidos. Pero siempre es un tipo tranquilo, afebril, serio. Lea también: Curvina flameada Camina lerdo como si trajera un viejo dentro. No habla o más bien habla poco. Atisba sonrisas, […]

Malayerba: Curvina flameada

Bajo la palapa, frente al río. Un buen lugar para negociar. Cinco hombres dialogan en una de las esquinas. El lugar es bonito. La gente acude, sobre todo las familias, a ver el río, pasear por sus alrededores, tejer los caminos copados de frondosos árboles, gigantescos. Lea también: Malayerba: Banco El ruido del correr del […]

Malayerba: Banco

En la fila del banco había hombres y mujeres. Todos con papeles en mano, mirando el reloj de pulsera. Unos esperaban mientras tecleaban en un teléfono celular y volteaban hacia atrás y a los lados, para no desesperarse. Lea también: Malayerba: El caso Afuera algunos carros estaban en doble fila. En la banqueta estaba el […]

Malayerba: El caso

El joven abogado tenía poco tiempo litigando. Puso un despacho cuyo escritorio rápidamente llenó de expedientes. Joven, bien parecido, de familia honesta. Era hijo único. Su padre era un abogado de mucho prestigio que se había dedicado a la docencia, también limpio y de buenos principios. Ambos eran inteligentes y estudiosos de las leyes. Lea […]

Malayerba: La perra

Dos jóvenes damas esperaban el camión de transporte urbano. La capa nocturna avanzaba inexorable en la raya final, más allá de los árboles, la estepa, los cerros. Eran dos como cualquiera, con su ataviar de ejecutivas de banco. Lea también: Malayerba: Alcalde Una camioneta Van avanzó apurada en la avenida y cuando las tuvo en […]

Malayerba: Alcalde

El alcalde les hablaba al chile: aquí, mientras yo esté al frente del gobierno, nadie los va a molestar ni van a tener problemas. Y todos contentos. Los narcos más que nadie. Era su discurso para quienes vivían en la parte alta de la serranía. A ellos, durante sus giras, los surtía de todo. Él […]

Malayerba: Yeta rojo

La policía tras él. Tenía los datos de su automóvil: color, modelo, sin placas. La policía segura de que lo iban a atrapar. Los agentes investigadores al acecho, punzantes y trepidantes, recolectando datos. Lea también: Malayerba: Botas de avestruz Era la confirmación de un adagio popular: estaba en el lugar y la hora equivocados. Él […]