Los influencers que promueven la aceptación de la obesidad han tomado relevancia en redes sociales; paradójicamente algunos de ellos han muerto víctimas de esta enfermedad.
“Quiero que sepas que no vale la pena: la comida no vale tu vida”, comentó Brittany Sauer en un video publicado en su cuenta de TikTok. Una semana más tarde, Brittany estaba muerta, tenía 28 años.
Brittany acostumbraba postear videos de positivismo sobre la obesidad, usando ropa atrevida con la que afirmaba sentirse “ardiente”.
En uno de sus últimos videos Brittany se sinceró y admitió que había arruinado su vida con atracones y comida, que en los últimos años había sufrido de diabetes tipo 2, y que incluso alguien más le tenía que cortar las uñas, porque esta era una tarea sumamente sofocante para ella, se quedaba sin aliento.
La influencer dijo a su medio millón de seguidores que esperaba que no fuera demasiado tarde para salvarse, pero no lo logró.
La muerte de Brittany Sauer y la de otros influencers pone en entredicho a los movimientos de positividad corporal y aceptación de la obesidad, que más que atacar a la enfermedad de la obesidad la celebran, la enaltecen, y afirman que ser obeso no tiene relación con no ser saludable.
La doctora Cat Pausé, socióloga especialista en estudios “sobre grasas” y presentadora del programa de radio Gordo positivo declaró que “la ciencia no es tan clara como nos gustaría creer y todavía no existe un consenso sobre la relación entre el peso y la salud. Las personas obesas, e incluso las personas con obesidad mórbida, tienen igual o mejor salud que alguien con un peso normal”, murió en marzo de 2022 a los 42 años de edad.
¿Saludable en cualquier talla?
El movimiento Saludable en Cualquier Talla (HAES, por sus siglas en inglés) tiene como objetivo acabar con enorme y millonaria industria de dietas, afirmando que esta no presenta remedios sostenibles en el tiempo, además el movimiento busca ser un contrapeso para los paradigmas de que ser obeso es igual a estar enfermo.
Básicamente, el movimiento busca que no se avergüence a las personas obesas, así como que estas no sean orilladas a vivir en constantes dietas para bajar de peso, al tiempo que se les invita a sentirse orgullosos de su físico, realizar ejercicios aptos y comer de manera más saludable.
El movimiento, en sus entrañas, tiene una misión noble, pero los conceptos básicos del movimiento se han malinterpretado y algunos participantes en redes sociales se han ido al extremo, convirtiendo al movimiento en una bomba de tiempo.
Dentro de la comunidad, es mal visto perder peso o tratarse contra la obesidad. La representación de HAES en el Reino Unido describió a las cirugías para bajar de peso como “métodos mutiladores” y “no compatibles con amar el cuerpo tal como es”.
A causa de estas conductas, algunos expertos califican al movimiento como una “secta”, y pone en riesgo la integridad de personas que no están bien informadas, al invalidar la evidencia científica de que la obesidad está estrechamente relacionada con un gran grupo de enfermedades comunes y crónicas.
Un movimiento de ignorancia
En la actualidad más que en cualquier época, la relación entre obesidad y la causa de enfermedades es muy aceptada; es empírica, incluso.
Venimos de una pandemia que arrasó con parte de la población que ya estaba enferma: obesidad, diabetes, hipertensión y enfermedad cardiaca fueron las enfermedades pre existentes más comunes en los cuadros de complicaciones por coronavirus. Hay experiencia, hay ciencia detrás de la afirmación: la obesidad puede matar.
“Las personas siempre tendrán diferentes formas y tamaños. Está bien y debemos aceptarlo más, pero hay que tener en cuenta las implicaciones para la salud”, afirma Sarah Le Brocq, fundadora de la organización “Todo sobre la Obesidad”.
Para Brocq, ignorar las implicaciones del exceso de grasa es una ilusión. “Lo que no podemos hacer es engañarnos al respecto. Si tienes un IMC alto y no comes bien, no te mueves mucho o no te cuidas, es cuestión de tiempo antes de que eso se convierta en un problema para tu salud y empieces a tener dolor en las rodillas, presión arterial alta o apnea del sueño… y eso es solo el comienzo”, concluye.
Artículo publicado el 24 de diciembre de 2023 en la edición 1091 del semanario Ríodoce.