Félix Herrera ocultó fentanilo bajo un colchón en un centro de cuidados del Bronx, lo que ocasionó la muerte de un menor y la intoxicación de tres más
El arresto de Félix Herrera García en Culiacán, acusado de guardar fentanilo en un centro infantil del Bronx, en Nueva York, lo cual causó la muerte de un infante expuesto a esa droga, muestra los nexos que hay entre los vendedores de opiáceos sintéticos en Estados Unidos con el Cártel de Sinaloa, consideraron investigadores del Departamento de Justicia (USDOJ).
Ray Donovan, agente de DEA, de la división de Nueva York, dijo que es obvio que Félix Herrera iba a Sinaloa en busca de protección, porque sabía que lo estaban buscando en Estados Unidos, y como era una cacería, trataba de mantener un perfil bajo en su afán por pasar desapercibido y esconderse un tiempo en Culiacán.
“Ahora se está tratando de concluir si hay más personas involucradas en esta ayuda, y cuál es la conexión de esta persona con miembros del Cártel de Sinaloa, considerado el grupo criminal que más fentanilo produce en el mundo”, dijo Donovan.
La travesía de Herrera García, un presunto narcotraficante dominicano de 34 años que opera en el Bronx, y quien se cree era suministrado por narcotraficantes de Sinaloa, habría iniciado el pasado 15 de septiembre por la tarde, cuando según videos de vigilancia, sale del centro de cuidado infantil Niño Divino con varias bolsas donde se cree llevaba, una cantidad no especificada de una sustancia que voceros del Departamento de Policía de Nueva York (NYPD), creen que era fentanilo.
De acuerdo a Joseph Kenny, agente del NYPD, al parecer Félix Herrera guardaba fentanilo desde hacía tiempo en la guardería, sin considerar lo volátil que es esa droga, y menos que podría intoxicar a los niños que eran dejados ahí por sus padres mientras iban a trabajar.
“Cuando nosotros entramos a la guardería para conocer porqué cuatro infantes de entre 8 y 15 meses habían resultado intoxicados con una sustancia que claramente era droga, encontramos un kilo de fentanilo debajo de unas colchonetas donde los niños dormían sus siestas”, dijo Kenny en entrevista telefónica con este semanario.
La policía de inmediato procedió a arrestar a la propietaria de la guardería, identificada como Grei Méndez, quien durante el primer interrogatorio confesó que sólo ella y su esposo Félix Herrera tenían acceso al centro de cuidado infantil, y al revisarse las cámaras de video, se pudo ver al marido de la mujer entrando al centro infantil antes de la llegada de los paramédicos, y al salir, cargar varias bolsas, por lo que de inmediato se procedió a su búsqueda.
Según las primeras indagatorias, el primer incidente de intoxicación ocurrió a las 2:37 de la tarde, del pasado 15 de septiembre. A las 2:39, Grei Méndez, rápido llamó a Herrera García, pero éste no le contestó. La mujer volvió a llamar a su marido, pero al tampoco obtener respuesta, optó por fin por llamar al 911 para pedir ayuda, según muestran los récords de llamadas registrados en la acusación número 1:23-mj-06466-UA.
Grei Méndez logró entonces comunicarse con otra persona para que alertara a su esposo sobre lo que estaba pasando, y lo siguiente que se ve es a Herrera García pasar a recoger gran parte del fentanilo para que no lo encontraran las autoridades.
Culiacán, la única opción
Tras el anuncio de que cuatro infantes habían sido expuestos a fentanilo, rápido se les aplicó un antídoto conocido como Naloxona, pero uno de ellos no sobrevivió a la sobredosis y murió. La noticia alcanzo relevancia internacional, lo cual habría motivado a Félix Herrera a huir, no solo de Nueva York, sino del país.
De acuerdo a información proporcionada por fuentes del USDOJ, Grei Méndez había informado a Félix Herrera de todo lo que acontecía, al menos hasta el momento de su detención, por lo que decidió escapar; reunió el suficiente dinero, y ese mismo día se fue de Nueva York con rumbo desconocido, según reportes del NYPD.
Siempre por tierra, y siempre evitando las grandes ciudades, el fugitivo logró llegar hasta la frontera sur de Estados Unidos, para posteriormente llegar a México, dónde siguió movilizándose vía terrestre.
Para entonces, los US Marshals, agentes de la DEA y el Equipo Regional para localizar fugitivos de Nueva York, ya habían estudiado los números que frecuentaba llamar, incluyendo amigos y familiares en República Dominicana y en otras partes del país.
Había sin embargo unos números que tenían lada 667 de Culiacán, por lo que prestaron mucha atención a esos números. Lo que siguió es que identificaron un número que apenas unos días antes se había puesto en operación, y de ese modo pudieron identificar la ubicación exacta de Félix Herrera. Aunque no sería sino hasta el martes de la semana pasada que por fin le pusieron las manos encima.
Esta versión echaría por tierra un comunicado de la Secretaría de Seguridad Pública de Sinaloa, que señaló que Félix Herrera habría sido detenido por faltas administrativas, e inmediatamente después llevado al Tribunal de Barandilla.
“Debido a su nacionalidad, fueron cotejados sus datos con autoridades extranjeras, mismas que informaron que el hombre cuenta con dos órdenes de aprehensión por el delito de conspiración de narcóticos y homicidio de un niño”, precisa el informe de la Secretaría de Seguridad.
Además de Félix Herrera y Grey Méndez, otras dos personas han sido arrestadas por autoridades en Nueva York, incluyendo Carlisto Acevedo Brito, de 41 años, y Renny Parra Paredes, de 38, a quienes se acusa de haber ayudado a Félix Herrera a escapar, y es probable que también vayan por su contacto en Culiacán, quien aparentemente lo iba a recibir.
El infante fallecido fue identificado como Nicholas Dominici, de un año de edad, quien habría perecido horas después de haber ingresado al hospital.
Además de la droga encontrada en las colchonetas, las autoridades también localizaron en la guardería lo que en Culiacán se conoce como “clavos”, o compartimentos ocultos, que estaban debajo del piso de una de las habitaciones donde dormían a los niños, donde había más fentanilo con el nombre de Red Dawn (Rojo Amanecer, por su traducción al castellano), y posteriormente se encontró una máquina y parafernalia para empaquetar droga, dijo el NYPD.
“El arresto de Félix Herrera es un caso ejemplar de lo que la coordinación nacional e internacional entre el Servicio de Alguaciles de Estados Unidos y otras agencias encargadas de hacer cumplir la ley puede lograr para detener a fugitivos”, dijo Ralph Sozio, alguacil de Estados Unidos para el Distrito Sur de Nueva York.
Apenas dos días después de su detención, Félix Herrera fue repatriado a Estados Unidos, y el mismo viernes de la semana pasada fue presentado ante el juez federal Michael S. Berg, acusado de conspiración para distribuir narcóticos, e intoxicación en relación con el envenenamiento de cuatro niños menores de tres años, uno de los cuales murió.
Ante la rapidez de la repatriación, Anne Milgram, Administradora de la DEA, dijo que cuando se trata de proteger a las comunidades de Estados Unidos y buscar justicia, no habrá fronteras ni refugios seguros, ni piedras sin remover para encontrar a quienes trafiquen droga.
“Y este caso es un claro recordatorio del mal que enfrentamos. La DEA no se detendrá ante nada y perseguiremos implacablemente a los responsables, sin importar dónde se escondan”, dijo la funcionaria.
Félix Herrera y su esposa podrían ser sentenciados a cadena perpetua o pena de muerte por tráfico y distribución de fentanilo, intoxicación de bebés, y muerte en primer grado de un infante que fue expuesto a esa droga.
Artículo publicado el 01 de octubre de 2023 en la edición 1079 del semanario Ríodoce.