Obesidad y cáncer: tan distintos, pero tan parecidos

Obesidad y cáncer: tan distintos, pero tan parecidos

La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce a la obesidad como una enfermedad desde 1948. A pesar de esto, en la práctica no siempre se percibe como tal, sino más como un rasgo personal, como producto de descuidos, malos hábitos o herencia genética.

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Quienes viven con obesidad reciben menos atención especializada que quien vive con cáncer o enfermedad cardiaca, por mencionar algunos ejemplos. Sin embargo, contrario a lo que se piensa, la obesidad y el cáncer tienen muchas similitudes.

La obesidad debe ser vista como una enfermedad

Al igual que el cáncer u otras enfermedades médicamente reconocidas, la opinión pública debe considerar seriamente la obesidad como tal. La obesidad en sí no solo es una enfermedad, sino que también puede contribuir a la aparición y progresión del cáncer y otras enfermedades, como la diabetes, la aterosclerosis, los ataques cardíacos y los accidentes cerebrovasculares.

Esta enfermedad afecta al paciente de distintas formas, como son la alteración de la motricidad: la obesidad comprime articulaciones y huesos, así como también incrementa la presión en los órganos internos. A raíz de esto, puede deformar la postura y cambiar la forma de la estructura corporal de quienes sufren del exceso de peso, así como promover la obstrucción de las vías respiratorias causando apnea obstructiva del sueño.

La obesidad también puede provocar o acelerar la aparición de osteoartritis, una condición que afecta al cartílago protector de los huesos, principalmente de manos, rodillas, cadera y columna vertebral.

En los psicológico, los pacientes de obesidad enfrentan dificultades para realizar actividades simples y cotidianas, como subir los escalones de un piso, subir o bajar el transporte o amarrarse los zapatos, esto puede provocar desmotivación en quienes sufren de la enfermedad.

Además, se ha comprobado que la obesidad trae consigo cuadros de inflamación cerebral y mayor riesgo de padecer enfermedades de salud mental y trastornos de depresión y ansiedad.

Características compartidas entre obesidad y cáncer

La obesidad no se debe exclusivamente a estilos de vida individuales de alto consumo de calorías o bajos niveles de ejercicio físico, ya que el equilibrio entre la ingesta y el gasto de energía puede inclinarse en cualquier dirección por la genética, el medio ambiente y otros factores que no se comprenden completamente.

Al igual que el cáncer, la obesidad puede implicar metástasis, lo que significa que la enfermedad puede extenderse a otras partes del cuerpo.

En el caso de la obesidad, esto toma la forma de depósitos de grasa ectópicos, que ocurren cuando el tejido graso no puede almacenar todo el exceso de triglicéridos, un tipo de lípido o grasa. Luego, los triglicéridos se acumulan más allá de sus ubicaciones normales, incluso alrededor de los órganos. En la obesidad, la grasa puede depositarse en el corazón, el hígado, los vasos sanguíneos e incluso el cerebro. Estos depósitos pueden alterar la función de órganos vitales y tener efectos devastadores en la salud de un individuo.

La obesidad, al igual que el cáncer, puede desarrollarse progresivamente hasta alcanzar etapas avanzadas dañinas. Una de las razones por las que las personas pueden considerar la obesidad como una enfermedad menos grave que el cáncer es que pueden prestar más atención a las etapas del cáncer.

De hecho, tanto la obesidad como el cáncer podrían avanzar progresivamente si no se realizan un diagnóstico y una intervención adecuados. Sin embargo, las muertes que se originan en la obesidad se atribuyen con mayor frecuencia a posibles enfermedades relacionadas (como eventos cardiovasculares o incluso el mismo cáncer) y pasan por alto el impacto fundamental de la obesidad.

Quienes se recuperan de la obesidad pueden experimentar una recurrencia de la enfermedad. La recurrencia de la obesidad a menudo se denomina efecto “yoyo”. Sin embargo, recurrencia es un término mejor que debería reemplazar al yoyo, ya que enfatiza más seriamente que la obesidad está lejos de ser un juego. De hecho, ciertos pacientes luchan profundamente para frenar la recuperación de peso incontrolable.

Artículo publicado el 24 de septiembre de 2023 en la edición 1078 del semanario Ríodoce.

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