Los recibe Alemania, los denuesta el presidente Andrés Manuel López Obrador

Durante tres días, 14 hombres y mujeres de Lázaro Cárdenas, Ohuira, Paredones y Topolobampo, protestaron en sedes del poder ejecutivo y legislativo del gobierno mexicano, y en la embajada de Alemania en la Ciudad de México, contra la imposición de una planta de amoniaco en sus territorios, la que consideran que depredará los recursos naturales que ellos han protegido desde tiempos inmemoriales.

Lea también: La marcha de la dignidad contra la planta de amoniaco en Topolobampo

La lucha ganó el respeto y respaldo de la izquierda mexicana, pues durante ocho años no han cedidoante la trasnacional Proman y su filial mexicana Gas y Petroquímica de Occidente (GPO), ni al amedrentamiento de los gobiernos, federal, estatal y municipales y a la omisión de los políticos.

Lo último es que el grupo de hackers, Anonymous Internacional se sumó a la lucha ,y en solidaridad con la etnia yoreme, intervino la página del Sistema Nacional de Información Cultural del gobierno mexicano, exigiendo el retiro de plantas peligrosas de territorios ocupados por personas. El colectivo de activistas informáticos anunció que continuará atacando los sistemas de información del gobierno mientras no solucione el conflicto.

“Los gobiernos de Andrés Manuel López Obrador, de Rubén Rocha Moya y de Gerardo Vargas Landeros y los empresarios de Proman y de GPO, no han entendido que van a fracasar en su intento por poner esa planta de muerte en territorios sagrados con todos los medios corruptos e ilegales de que disponen, de la utilización de dinero para comprar conciencias, de la contratación de sicarios para amenazar y amedrentar, del alquiler de políticos “vende patrias y mentirosos”, de la adquisición de favores de los secretarios de Semarnat, de los empresarios a modo, y de grupo editoriales que pregonan los beneficios y ocultan los perjuicios.

“Van a fracasar porque los yoremes y pescadores se han unido para defender con la vida su bahía que pretenden usar para el beneficio de unos cuantos. No han entendido que el lugar es inadecuado e inviable. No han entendido que si quieren que la planta de instale en Sinaloa, la reubiquen. Les repetimos, que la tierra sagrada cuesta sangre, y que si la quieren, que vengan por ella”, afirmó, Felipe Montaño Valenzuela, cobanaro de Ohuira.

Montaño, Criscelia Sánchez Luque, de Nación Yoreme; Enrique Ayala, Despierta Sinaloa, Armando Pinzón Rojo, turistero; Delfino García Valenzuela, pescador, miembros de poblaciones afectadas por Proman y GPO, protestaron en la embajada de Alemania, en donde se plantaron arengando los problemas de muerte, intoxicación, desplazamiento, daño al ambiente, etnocidio y ecocidio.

Montaño entregó una carta de denuncia al Jefe de Misión Adjunto, Mirko Schilvach, detallando los ataques de Proman y GPO a la etnia, y denunció que el capital aportado por el gobierno alemán se utiliza como fondos financieros para fondear una empresa que depreda el medio ambiente, fomenta la corrupción alquilando con dinero a políticos y funcionarios mexicanos, y que divide comunidades repartiendo ese mismo dinero.

Montaño cuestionó el por qué financiaban empresas corruptas para asentar en otros países petroquímica y fábricas de amoniaco, prohibidas en Alemania.

El diplomático respondió que no emitiría ninguna opinión, pero ofreció que ahondarían en el caso, recibiendo oficialmente el escrito.

Schilvach aclaró que ellos sabían que las comunidades habían aprobado el proyecto en una consulta, a lo que Montaño respondió, que, efectivamente, algunas comunidades, no afectadas directamente por la planta de amoniaco la habían aprobado, pero las tres que tienen daño directo habían negado el consentimiento. “Son dos cosas distintas”, precisó.

Durante la jornada de protesta, Zue Valenzuela Contreras y María del Carmen Ojesto Martínez, de la Quinta Visitaduría de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, comprometieron gestiones para que un relator internacional de Derechos Humanos conozca del caso y que los dirigentes del movimiento ¡Aquí No! pueden acceder a los programas de seguridad del Mecanismo de Protección a Defensores del Medio Ambiente.

En el Cámara de Diputados, en donde el colectivo se plantó en el exterior, la legisladora en la Sexagésima Quinta (LXV) Legislatura, Magdalena del Socorro Núñez Monreal, del Partido del Trabajo, atendió a la comisión de ¡Aquí No!, en tanto que los ocho representantes populares de Sinaloa ( Magdalena del Socorro Núñez Martínez, Ana Elizabeth Ayala Leyva, Jesús Fernanda García Hernández, Casimiro Zamora Valdez, Nancy Yadira Santiago Marcos, Olegario Carrasco Macías, Merary Villegas Sánchez y Manuel Guillermo Chapman Moreno), ignoraron la inconformidad.

Núñez Monreal fijó un posicionamiento: la planta de amoniaco pondría en riesgo la costa del norte de Sinaloa, porque la industria provocaría más consecuencias negativas que los beneficios laborales.

La travesía de protesta tenía parada en el Congreso de la Unión, en donde la senadora Imelda Castro Castro retiró la oferta de recibirlos que había ofrecido en una visita reciente al campo pesquero Paredones.

A pesar del rechazo de los legisladores sinaloenses al movimiento, estos no desistieron y se plantaron en el Zócalo capitalino durante un día, y finalmente, lanzaron consignas contra el gobierno justo frente al palacio.

La protesta sinaloense llegó a la conferencia mañanera, en la que reporteros cuestionaron al Presidente Andrés Manuel López Obrador, que la descalificó y justificó como promovida por comercializadores de fertilizantes que no quieren competencia.

Los manifestantes se rieron de la aseveración del presidente, aduciendo que “está engañado”.

No obstante, la protesta forzó entrevistas con Gabriela Romero, de la oficina de atención ciudadana de la Presidencia, y por indicación de AMLO, María Luisa Albores, secretaria de Sermarnat, recibió a los inconformes.

Montaño, al cierre de la jornada, dijo que los resultaron son buenos y que esperarían buenas consecuencias de las protestas. “Nos deja tranquilos”.

Crónica de la travesía

Llegaron de madrugada y, arribando a la capital del país, no escaparon a la extorsión policial capitalina. La seña para el abordaje eran las placas de otro estado, pero después de 100 pesos “para la cena”, el viaje de casi 23 horas, continuó.

El grupo partió al alba, a las 5:00 horas del lunes 21 de noviembre y arribó a las 4:00 horas del martes 24 de noviembre, entumecidos y hambreados. En ese lapso, medió sólo un desayuno.

La organización del traslado había tardado semanas, tiempo en que el que los residentes de Ohuira, Paredones y Lázaro Cárdenas, y simpatizantes citadinos, desembolsaron monedas y billetes para que los 14 comisionados pudieran viajar.

La estancia no era fácil. Por la carencia de dinero se dormía en un galerón, una cobija era colchón y frazada al mismo tiempo; el frío de la madrugada calaba en el hueso y obligaba a un desvelo; de tres comidas al día, se disminuyó a dos; las raciones, bajaron al 50 por ciento; la caminatas fueron extenuantes y el rechazo gubernamental, aniquilante.

Pero los 14, hombres y mujeres, yoris y yoremes, pescadores y hombres de campo, amas de casa y trabajadores, no desistieron, aguantaron todo, y cumplieron la misión de protestar durante cuatro días en la capital del país llevando el mensaje de la corrupción campeante en un gobierno que pregona ser diferente pero que resulta ser un refrito del pasado que combatieron, pues sostiene la construcción de una planta de amoniaco en un sitio que deja en grave riesgo de muerte a más de 3 mil familias de pueblos originarios.

Ya en la ciudad, no fueron pocas las organizaciones solidarias. El movimiento ¡Aquí No! había prendido en las izquierdas, por ser una lucha que se ha mantenido durante ocho años, pese a la corrupción que desató el gobierno de Morena y de Andrés Manuel López Obrador, del de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, como antes lo hicieron Mario López Valdez, y el priista, Quirino Ordaz Coppel, igual que los alcaldes, el panista, Zenén Aarón Xochihua Enciso, el priista, Arturo Duarte, Álvaro Ruelas, y los morenistas, Manuel Guillermo Chapman Moreno y Gerardo Octavio Vargas Landeros, recordó Enrique Ayala, de Sinaloa Despierta.

Y la respuesta… el ataque

El cobanaro destituido del centro ceremonial, San Isidro Labrador, de Juan José Ríos, Jesús Manuel Valenzuela Pabalay, perpetró un nuevo ataque en contra de yoremes al pretender apropiarse de la iglesia y de los santos de adoración.

Nayeli Limón, cobanaro reconocida, manifestó que Valenzuela y no más de cinco seguidores atacaron con picahielo y desarmadores de pala a sus opositores, sin lograr lesionar a ninguna persona, en hechos sucedidos en la enramada.

Antes, el yoreme apoyado por el Consejo Supremo de Kobanaros-Mayos-Yoremes del Norte de Sinaloa, había atacado a cachetadas a un chicotero de los judíos, y la tribu respondió con sus látigos, obligando el desalojo de los rijosos.

La trifulca ocurrió cuando Valenzuela Pabalay fue atrapado quitando los candados del centro ceremonial y de la iglesia para posesionarse de ambos, lo que fue impedido.

Al final de la trifulca, el rijoso fue detenido.

Este es el segundo zipizape que provoca Pabalay. El primero fue en mayo cuando desencadenó una riña a machetazos que dejó un saldo de 17 lesionados.

Limón y sus seguidores son partidarios de ¡Aquí No! y opositora a la instalación de la planta de amoniaco, mientras que Pabalay es promotor e instigador de la división étnica.

Artículo publicado el 27 de noviembre de 2022 en la edición 1035 del semanario Ríodoce.