El Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, en su visita a Los Mochis para pasar la noche en la víspera de su visita a Guamúchil, se abrazó con el alcalde de Ahome, Gerardo Octavio Vargas Landeros y hasta posó para fotógrafos con la frase “Para que no quede ninguna duda, somos amigos”.
Antes, el Presidente había salido de un hotel de la ciudad en donde pernoctó, procedente de Sonora.
Y adentro de un corral de vallas en donde se le encerró, según su ayudantía para evitar que los reporteros le pusieran un microfonazo en la cabeza, como había sucedido al arribo, AMLO bromeó con la gente que lo esperó durante casi tres horas y a nadie respondió sobre sus necesidades.
En el camino para rodear la suburban de color negro que lo esperaba, el presidente se encontró con viejos conocidos. Entre ellos, el ex lanzador de grandes ligas Teodoro Higuera, con quien también bromeó.
AMLO dialogó con otras personas de asuntos que sólo ellos recordaban.
Evadió todas las preguntas de reporteros, por triviales que fueran.
Luego, abordó la camioneta y se enfiló a Guamúchil.
Vargas Landeros había llegado al hotel escasamente una hora antes. Lo hizo con una bolsa de papel en donde dijo llevaba una gorra de Los Cañeros de Los Mochis.
Y afirmó que no haría ninguna petición, sólo que regresara pronto a la ciudad.