El 2021 fue un año difícil para la salud en Sinaloa. Con unos servicios colapsados en más de una ocasión a causa de la pandemia del coronavirus, inversiones millonarias en infraestructura que ha quedado inconclusa y el desabasto generalizado en medicamentos, se han traducido en muertes y la inconformidad generalizada tanto del gremio del sector como de la sociedad.
La pandemia ha sido el tema de mayor relevancia a nivel mundial durante el año que termina. La tercera ola a través de la variante Delta del virus SARS-CoV-2 dejó en el país alrededor de 120 mil casos activos en todo el territorio, cifra máxima durante la crisis del coronavirus.
El panorama fue igual o peor para Sinaloa que llegó a registrar durante los meses de julio y agosto un promedio de más de 2 mil 800 pacientes con el virus activo, cifra que se vio además manchada por el rastro de muertes: en conjunto ambos acumularon en ese lapso más de 2 mil fallecimientos.
En total, en Sinaloa han muerto por el COVID-19 durante 2021 alrededor de 5 mil 300 personas de las más de 9 mil que se han registrado durante los casi dos años de pandemia.
Los hospitales que no funcionan
La contingencia por el coronavirus desvió la mirada de la opinión pública de la infraestructura en salud que el gobierno de Quirino Ordaz Coppel llevó a cabo. Tan sólo en Culiacán se invirtieron más de 3 mil millones de pesos en tres hospitales que siguen sin operar y sin equiparse.
El caso más representativo es el Hospital Pediátrico de Sinaloa (HPS), institución que en la administración de Quirino dejó de ser organismo público descentralizado para formar parte de los Servicios de Salud de Sinaloa. Tuvo una inversión superior a los mil 200 millones y estaba proyectado a iniciar operaciones en octubre. Sigue sin funcionar.
Junto al HPS aparecen el Centro de Salud Urbano de Culiacán, demolido en su totalidad para dar paso a un moderno edificio. Tampoco funciona ni está equipado. Se agrega a la capital el nuevo Hospital General, el cual durante las etapas más álgidas de la contingencia por el COVID-19 fue operado por militares pero a la fecha sigue sin funcionar para lo que fue destinado.
El dengue catapulta a Sinaloa al primer lugar nacional
Y junto a la pandemia del COVID-19 hacia el último trimestre del año que concluye, Sinaloa tuvo que enfrentar un problema más en el sector salud. En un período menor a dos meses escaló posiciones en el ranking de entidades federativas con mayor cantidad de casos de dengue.
El estado pasó de tener alrededor de 600 casos a finales de agosto a más de 800 a finales de octubre del 2021 y para la semana epidemiológica 48 se contabilizaban más de mil 200 casos en Sinaloa para convertir a nuestro estado como el de mayor prevalencia a nivel nacional de esta enfermedad.
Extraoficialmente se dijo que la escalada de casos de dengue se debió a que el gobierno anterior no realizó una campaña adecuada para evitar la propagación del mosco.
La crisis laboral
La Secretaría de Salud tendrá que enfrentar una severa crisis laboral que existe en el gremio, la cual escaló a manifestaciones en todo el estado que se recrudecieron en Culiacán con la toma del bulevar Miguel Tamayo Espinosa de los Monteros por trabajadores del Hospital de la Mujer en la exigencia de basificación y el esclarecimiento del proceso llevado a cabo por la administración pasada.
Hechos similares en Ahome y Salvador Alvarado provocaron que la nueva administración revisara el proceso de basificación encontrando que de las 600 plazas otorgadas más del 50 por ciento fueron de modo irregular. Sin embargo esta información aún no se hace pública.
Y para el 2022, según el presupuesto de egresos, se deberán ejercer en Salud 6 mil 502 millones 974 mil 890 pesos sumados a 4 mil 832 millones 514 mil 345 pesos a protección social.
La administración del desastre
Por otra parte, la práctica de dosificar la información que adquirió la administración de Quirino Ordaz está siendo aplicada por el nuevo gabinete en Salud con Rubén Rocha Moya. Las cifras que brindan día a día en el informe sobre el estatus del coronavirus dejan constantemente más dudas que respuestas.
Un día no se registran decesos pero unos cuantos más tarde el mismo informe se desmiente a sí mismo.
Y además, la Secretaría de Salud cierra un 2021 con un nuevo riesgo. La variante Ómicron y su llegada a Sinaloa pondrán a prueba otra vez la estrategia para mitigar contagios y decesos. Las últimas tres que tuvieron, fallaron. Un crecimiento exponencial de pacientes y los decesos que se siguen sumando en Sinaloa.
Entre finales de noviembre y el mes de diciembre en Sinaloa surgieron cuando menos tres casos sospechosos con esta variante. Y según lo expuesto por diversos especialistas será cuestión de tiempo para que Ómicron comience a hacerse notar en Sinaloa.
Artículo publicado el 26 de diciembre de 2021 en la edición 987 del semanario Ríodoce.