Cuando agentes de la Policía Municipal y de Tránsito llegaron a la zapatería B Hermanos todavía colgaban pedazos del techo que había colapsado.

Los policías los vieron y a pesar del riesgo que corrían empezaron a buscar personas entre los escombros.

“Nada más dije: Dios mío que no nos caigan encima, nada más pensaba en sacar a las personas”, narra Manuel de Jesús, uno de los primeros agentes en llegar.

Los policías comentan que notaron el riesgo que había dentro del inmueble pero el instinto solo los hacía pensar en rescatar a las personas atrapadas debajo de los pedazos de techo.

Fueron tres municipales y dos tránsitos los primeros en llegar. Ellos se encontraban ahí en el primer cuadro.

Cuando arribaron un trabajador de la zapatería les dijo que había personas atrapadas.

Entraron al inmueble y empezaron a buscar porque no se oían ruidos de personas. De repente uno de los policías observó una persona boca abajo cubierta con pedazos de concreto.

Con las manos los policías empezaron a quitar los escombros. “Tranquilo, ahí vamos. No te preocupes, no te preocupes”, decía uno de los agentes para tranquilizar al hombre que estaba bajo los escombros.

Tras varios minutos pudieron sacarlo y llevarlo hasta la banqueta donde después fue atendido por paramédicos de Cruz Roja.

Después de que sacaron al primer lesionado llegaron bomberos y Protección Civil. Entonces, entre todos, con palas y las manos empezaron a remover escombros y sacaron a las otras dos personas que estaban atrapadas con palas, picos y cunetas que facilitó la ferretería Yaqui que se encuentra a unos metros de la zapatería.

Una de esas personas era Susana, de 29 años, la gerente de la tienda y quien falleció.

Juan Gerardo, otro de los agentes que participó en el rescate, comenta que este tipo de situaciones son en las que en lo único que piensan es en ayudar a las personas a como se pueda.

Manuel de Jesús dice que los rescates los llenan de orgullo, aunque aquí hubieran deseado alcanzar a sacar a Susana con vida.