Juan José Arellano Hernández perfeccionó el poder de convocatoria a fuerza de desaires. El Presidente del Grupo Arhe, un conglomerado mazatleco de constructoras, arrendadoras de autos, financieras, equipos de béisbol, hoteles, y demás, que inició como un despacho de fiscalistas hace 18 años, mide el avance empresarial en las relaciones políticas y privadas que se muestran en cada arranque de una nueva inversión.
El más reciente es un par de torres paralelas en el malecón de Mazatlán, más de 110 metros de altura para 30 pisos y 194 departamentos, con tres albercas, gimnasios, sala de cine…más de mil millones de pesos es la inversión según los constructores. Se llama Stelarhe.
En marzo pasado Ríodoce junto a Quinto Elemento Lab, y media docena de otros medios –Zeta, Aristegui, El Sur, Proceso, Telemundo- publicamos la historia de Los otros hermanos Arellano, Juan José y Erick Ernesto, los hermanos que conformaron un imperio empresarial en unos cuantos años con un despacho fiscal que los fue conectando con la clase política y empresarial de Sinaloa y otras partes del país.
La investigación periodística, en dos partes (puede leerse aquí: https://riodoce.mx/los-otros-hermanos-arellano/) ventila los señalamientos de la Unidad de Inteligencia Financiera a la red de empresas del Grupo Arhe, la conexión de una de ese centenar con la red de Genaro García Luna, el superpolicía del sexenio de Felipe Calderón que espera juicio en los Estados Unidos. Ahí, se visualiza el nacimiento y crecimiento del emporio, cómo se movieron entre cuentas bancarias casi 2 mil millones de pesos en poco más de cuatro años…hasta que les bloquearon las cuentas.
A medida que el Grupo Arhe fue creciendo, lo mismo sucedió con el número y categoría de los invitados. Hace una década eran el Secretario del Ayuntamiento y el Presidente de la Canaco. Luego el Alcalde y el Secretario de Turismo. Después Margarita Zavala, aspirante presidencial o el gobernador del estado en cuestión –Sinaloa o Yucatán, donde también tienen inversiones- y empresarios de prosapia.
Para Stelarhe, el 2 de julio pasado, los invitados alcanzaron el top de la clase política ya de salida: Quirino Ordaz, su esposa, y tres secretarios de estado –Economía, Obras y Sedesol-; sin falta el nuevo aliado, el alcalde reelecto de Mazatlán, Luis Guillermo Químico Benítez; un asistente que no había acudido a sus eventos, el exgobernador Juan Millán; más Alejandro el Diablo Higuera, el conecte con el gobernador electo Rubén Rocha –autopresentado como su representante.
También la clase empresarial: Carlos Berdegué, de los hoteles el Cid; Eduvigildo Leovi Carranza, rey del atún y de proyectos inmobiliarios; Ernesto Neto Coppel Kelly, con las cadenas de Pueblo Bonito; Rodolfo Tato Madero, constructor, distribuidor de gas y propietario de cadenas de televisión.
Más un foráneo de lujo, Juan Velásquez, otro diablo, llamado el abogado del diablo –uno de los más poderosos litigantes del país, cabeza de un despacho legal que presume no haber perdido jamás un solo caso.
Margen de error
(StelArhe) Para la presentación de Stelarhe, que se anunció como la torre más alta de Mazatlán, estaban los dueños del puerto, el poder del dinero y el poder político. Las familias con las mayores inversiones: Berdegué, Madero, Lizárraga, Carranza, Coppel, más el poder político con Quirino Ordaz y el Químico Benítez, Alcalde en funciones y con periodo extendido por otros tres años, e Higuera como la conexión con Rocha Moya para los próximos seis años, un viejo conocido de los Arhe.
Juan Millán, el exgobernador, en calidad de amigo de un amigo. Estas grandes torres también necesitan inyectar la confianza para la pre-venta que se ofrecerá a conocidos, amigos, inversionistas pequeños que vayan dándole prestigio al edificio.
Mirilla
(Juan José) El 10 de marzo, Juan José Arellano Hernández aceptó la entrevista con los periodistas de Ríodoce y Quinto Elemento Lab. La primera parte de la investigación estaba circulando en los puestos de periódicos de Sinaloa –los medios aliados la tenían en sus portales.
Subimos a la sala de juntas de la torre Buks, otra de sus construcciones en la zona dorada de Mazatlán. El mar de postal afuera, visible desde los grandes ventanales y las alturas, y el mar adentro en las reproducciones de las pinturas de Antonio López Saenz que adornan las paredes. En una de las pinturas otra de las pasiones del Presidente de Arhe: el béisbol.
A los reporteros los esperan los ejecutivos del grupo con Juan José Arellano sentado a la cabecera de la mesa, frente a la pantalla donde estarán conectados vía remota tres de los reporteros que participaron en la investigación, el resto de Arhe le da la espalda al mar. A Ismael Bojórquez y a mí nos reservaron el ala norte de la mesa, quedamos frente al mar mientras el sol se ocultaba.
“Yo no me dedico a esto”, diría Juan José Arellano mostrando la portada del Ríodoce de ese domingo. E inicio una metralla.
Nunca dio pie a poder iniciar la entrevista. Algunas de las preguntas que fue posible formular, las posponía para más adelante. Después responderemos eso, diría.
Con antelación, se había enviado al corporativo un cuestionario. Le pedimos que porqué no seguíamos ese orden, que se respondiera el cuestionario. Insistía que no había ninguna investigación en su contra, que las cuentas estaban desbloqueadas, que la Fiscalía General de la República ya había resuelto el No Ejercicio de la Acción Penal.
Primera cita
(Otro diablo) A Juan Velásquez lo apodan el abogado del diablo. Él mismo presume que no ha perdido un solo caso en toda su carrera, que es larga. En la mesa aquel 10 de marzo en la torre Buks estaba un abogado de su despacho. Él explicaría cómo fueron desbloqueadas las cuentas y la Fiscalía nunca acreditó, diría, el delito de lavado de dinero, por el contrario, confirmaría el origen lícito de los recursos de todas las empresas, desde su nacimiento.
Juan Velásquez, días antes, había negado ser en esos momentos abogado del Grupo Arhe o de cualquiera de sus socios. Ni siquiera llevarles un solo asunto. Que ciertamente llevó el caso de desbloqueo, pero que ahí había terminado su trabajo. Pedía no ser incluido en el texto que se publicara, porque él no estaba a cargo de nada.
El defensor de Luis Echeverría ante las acusaciones por desapariciones forzadas siendo Presidente; de Raúl Salinas por la acusación de asesinato; de los Ruiz Massieu, y de muchos otros casos emblemáticos….recibió la semana pasada las llaves de la ciudad de Mazatlán, y dio el banderazo para el nuevo proyecto de los hermanos Arellano Hernández, la nueva inversión del Grupo Arhe (PUNTO)
Columna publicada el 11 de julio de 2021 en la edición 963 del semanario Ríodoce.