Tras el rastro de la infección

 

Desde enero de 2015, neonatos diagnosticados por sepsis estuvieron internados en el HGR1

 

 

Entre enero y agosto de este año, en 3 mil 233 partos que atendió el Hospital General Regional número 1 del IMSS, han sumado al menos 56 casos por sepsis en bebés neonatos, de los cuales 14 fallecieron por esta causa.

Según documentos oficiales filtrados a Ríodoce, que incluyen datos como hora y tipo de ingreso y egreso, el número de casos por sepsis en bebés neonatos es consistente, excepto por el mes de julio, estadística que no se logró obtener. Sólo se tiene que ese mes ocurrieron 10 muertes neonatales por diferentes causas, para un total de 39 en lo va del año, sin contabilizar las probables de septiembre.

Estas cifras contrastan con las versiones oficialesde que no fue sino hasta dicho mes en que comenzaron a experimentar problemas por sepsis en bebés neonatos, en el interior del nosocomio.

La anomalía, según versiones de autoridades del IMSS, comienza el 10 de septiembre, cuando personal del comité de infecciones detectan que en dos niños se aísla una bacteria llamada “klebsiella”.

En enero no se registró caso alguno por la enfermedad, situando la alarma en febrero, donde los primeros casos de 2015 se presentan en el área de cuneros.

Ahí, siete recién nacidos, según su informe clínico, fueron diagnosticados con sepsis, de los cuales tres de ellos fallecieron por esa causa; en total durante ese mes se generaron cinco muertes en neonatos.

Los casos, según los registros clínicos en poder de Ríodoce, se mantuvieron durante los siguientes meses entre siete y ocho, excepto la estadística de mayo, cuando sumaron 13 bebés noenatos con sepsis.

En ese mes, fallecen ocho bebés neonatos en 361 partos atendidos, de los cuales cinco decesos fueron por sepsis.

A la fecha, se han registrado 13 denuncias ante la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), todas ellas por muerte en bebés neonatos en el HGR 1 del IMSS en circunstancias poco claras.

El pasado domingo 4 de octubre, el área de cunero patológico fue reabierto y comenzó a operar de nueva cuenta, tras la revisión a la que fue objeto por parte de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris).

Sin embargo, las autoridades, al cierre de esta edición, siguen sin emitir declaración por estas denuncias, mientras que apenas han admitido solamente dos casos por sepsis causados por esta bacteria.

La PGJE solamente ha citado al doctor Manuel Antonio Padilla Lora, director del HGR 1, quien tras seis horas de rendir su declaración ante el subprocurador Martín Robles Armenta, salió a toda prisa evadiendo a medios de comunicación, señalando que cualquier información del caso será hecha a través del departamento de comunicación de la delegación estatal del IMSS.

Entre mayo y junio

A finales de mayo, Mariana Medina, igual que otras mujeres en similar circunstancia, ansiaba la llegada de su primer hijo.

Originaria de Navolato, su historia entra en la estadística de 39 decesos en bebés neonatos entre enero y agosto de este año, 15 de los cuales se dieron entre mayo y junio.

“Yo ingresé al Seguro con un dolor abdominal, pero pues igual, a mí ya me habían dicho que iba a tener a mi bebé, y la ginecóloga me dijo, sin especificarme qué me había pasado, que mi bebé prácticamente no iba a vivir, eso me pasó en Navolato en la clínica donde me corresponde”, explicó.

Mariana atendió la recomendación en busca de salvar la vida a su primer hijo y se trasladó a Culiacán, donde sería atendida por medio de una cesárea, pero nunca tendría a su bebé en sus brazos.

“Cuando estoy en la sala de recuperación me llevan a mi niña para que la conozca, yo miro a mi niña en una cunilla, la iban a meter a cuneros porque como era prematura mi bebé necesitaba los cuidados necesarios para que pudiera tener un peso más acorde”, añadió.

Mariana explicó que su bebé, nacido un 30 de mayo, en un inicio no requirió de respirador ni de ningún otro artefacto para apoyar su desarrollo, sin embargo, con el paso de las horas y ante la falta de información, su sospecha fue creciendo.

“Siendo día domingo yo no tenía ningún informe de mi bebé, nada, y yo quería saber cómo estaba y de hecho le pregunto a un doctor y a una enfermera que si cómo estaba y me dijeron que todavía no la podía ver porque se me podía abrir la cesárea en cualquier movimiento que hiciera,  como eran fuertes emociones las que podía sentir”, sostuvo.

“Ese día domingo pasó, el doctor me dice que mi niño, como era prematuro esos niños no vivían, ‘su niño no va a vivir’, y pues ya, y que le iban a dar preferencia a los niños que sí tenían lucha”, continuó.

Y así, con esa información, Mariana pasó más de 24 horas sin saber qué le pasó a su bebé, quien según informes que los médicos le dieron, falleció por una hemorragia pulmonar provocada por una sepsis neonatal temprana.

“La pediatra nos dice que el bebé había fallecido, pero el bebé ya tenía una hora que había fallecido, a las 11:50 de la mañana, y yo tengo en el acta de defunción a las 10:45 que el niño falleció”, indicó.

El bebé, con dos cirugías que fueron practicadas sin el consentimiento de la familia, pasó a engrosar la estadísticas de bebés neonatos fallecidos en lo que va del año, y ninguna autoridad le ha sabido dar explicación.

A la cuenta de septiembre

Con 30 años y la ilusión de su primer bebé, Vianey Hernández siguió al pie de la letra cada instrucción de los médicos que la trataron durante su embarazo, pero nada de eso fue suficiente y un día 13 de septiembre, su bebé, nacido prematuro, fallece.

Contradicciones e información a medias fluían por los oídos de Vianey tras el alumbramiento de su bebé. Ella ingresó al Hospital General Regional número 1 el día 9 de septiembre.

“Ellos (los médicos) me decían que el bebé tenía problemas de respiración, de hecho le pusieron un respirador. A él lo internaron un miércoles que nació y para el sábado que yo fui a la visita, ya no tenía el respirador, ya se lo habían quitado porque me dijeron que ya no lo necesitaba”, explicó.

Después de casi un día de no recibir noticias, a Vianey le dan la noticia del fallecimiento de su primogénito, quien con poco más de siete meses y medio de gestación, falleció por causas poco claras.

“Cuando los doctores me daban el informe, los tres me decían que mi bebé iba bien, ya iba reaccionando, de hecho le quitaron el respirador y nunca me dijeron que él estaba grave ni nada”, añadió.

Sin embargo, el bebé fallece, según el certificado de defunción, de una enfermedad de la membrana hialina; en el certificado aparece también la presencia de una sepsis temprana.

“El bebé falleció a las 5:56 y a mí me avisaron hasta 8:30 (de la mañana); ellos argumentan que no tenían teléfono dónde avisar, siendo que cuando uno va a los cuneros apunta el teléfono y el nombre y la cuna del bebé”, comentó.

Vianeyes una de las madres que ha interpuesto demanda ante la Procuraduría General de Justicia del Estado, caso que en el futuro absorberá la PGR, pero nada de eso le va a devolver a su bebé.

“Era mi primer bebé. Tengo nueve años de casada y los nueve años estaba con la espera de un bebé, de embarazarme, y ahora que se dio pues pasó esto”.

 

 

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