Sobre los 33 mineros que quedaron atrapados en la mina San José, en Chile, el 5 de agosto del 2010, se sabe todo: el mundo vivió con ellos los 69 días que duraron a 700 metros bajo una roca el doble de grande del Empire State.
El reto de contar su historia a través de una película era grande —¿qué más se podría de decir y cómo se lograría conmover al público?— pero no de la mano de la directora Patricia Riggen, quien desde La misma luna (2007) demostró que sabe cómo mover las emociones de los espectadores.
En Los 33 (The 33/Chile/US/2015), la también realizadora de Educando a mamá (2012) hace un registro de lo que se vivió desde abajo con los mineros, la manera en que eso repercutió en sus familias, la forma en la que el gobierno intentó rescatarlos y cómo el mundo siguió el hecho.
Como cualquier día normal de trabajo, 33 empleados se internan en una mina, pero al poco tiempo de estar ahí un derrumbe los deja sin salida a 700 metros de profundidad.
La noticia se expande luego, por lo que autoridades acuden para buscar la manera de sacarlos, aunque las condiciones indiquen que hay muy pocas posibilidades de hacerlo.
Los mineros no sólo corren el riesgo de otro derrumbe, sino el morir de hambre, porque nada más tienen comida para tres días, y aunque se buscará emplear la tecnología más avanzada para llevarlos a la superficie con vida, eso se podría conseguir en meses.
Desde el instante en que se enteran, los familiares de las víctimas llegarán al lugar con la esperanza de que los saquen, pero sobretodo ejercer presión para que los esfuerzos, lejos de parar, sean cada vez mayores.
Si bien los rescatistas logran perforar hasta llegar al refugio de los mineros y les facilitan alimentos, bebidas, ropa, información de sus familiares, colchonetas y hasta una cámara video, ahora el reto será que funcione el plan de sacarlos en el Fénix, una cápsula que intentará llevarlos uno por uno a la luz.
A pesar de ser una historia ya conocida, por lo tanto predecible, Los 33 funciona muy bien en su intento de llegar al corazón de su público, que estuvo al pendiente de cada novedad del suceso real, hace cinco años, por lo que los motiva recodar que 33 personas hayan podido salvarse ante semejante desastre.
Otro elemento a favor son los actores, reconocidos por su capacidad histriónica, y con un nombre que pesa en las marquesinas y es sinónimo de éxito: Juliete Binoche, hermana de uno de los mineros; Antonio Banderas, líder de los trabajadores que quedaron atrapados; Adriana Barraza y Kate del Castillo, esposas de dos de las víctimas; Rodrigo Santoro, Ministro de Minería; y Tenoch Huerta, El Boliviano al que todos atacan.
Claro que la película, basada en el libro En la oscuridad, de Héctor Tobar, se vale de todo lo que puede en función del sentimentalismo: el énfasis en las raciones de comida, el discurso del líder del grupo, el perdón de las mujeres que se pelean al mismo hombre, el orgullo y la dignidad de dos hermanos, el bebé por nacer y un largo etcétera.
Por cierto, y como ingrediente que no puede fallar, la música a cargo de James Horner, es otro elemento que ayuda a que broten las lágrimas del público. Vaya a verla… bajo su propia responsabilidad, como siempre.
