Morena toma todo

Sinaloa se pinta de tinto. La coalición “Juntos haremos historia” se lleva el carro completo, todos los cargos federales en disputa, que no lograba ningún partido en Sinaloa desde hace 24 años. Es más, ningún candidato presidencial había alcanzado en 30 años el porcentaje de votos a los que llegó Andrés Manuel López Obrador: 64.4 por ciento, seis de cada diez votos válidos en las urnas. Con ese resultado desplazó al sinaloense Francisco Labastida, a quien el paisanaje catapultó en el 2000 al 63.99 por ciento de las preferencias.

El resultado de la elección del 1 de julio cambió por completo el panorama político. Además del carro completo federal, Morena y sus aliados se quedan con el control del Congreso estatal y con una mayoría calificada. Además, alcanza Ayuntamientos suficientes para gobernar la mayor parte de la población de Sinaloa.

 

A Morena las ciudades, el PRI a la sierra

INTRO

EL PRI tendrá más alcaldías, pero Morena gobernará a más sinaloenses. La nueva composición política de Sinaloa que surge de la elección del 1 de julio, le da al PRI ocho municipios, a Morena siete, y al PAN, Verde y PAS, uno a cada uno.

Desde 2010 el PRI no perdía tantas alcaldías en una elección —entonces se quedó con nueve de 18 y otras nueve para la coalición PAN y PRD—, pero se mantenía como autoridad en la mayoría de la población. Fue en 1995 cuando el PRI sufrió una derrota similar a la de esta elección, en aquel entonces fue el PAN quien le ganó las cinco principales alcaldías que abarcaban al mayor número de ciudadanos.

Morena gobernará en los municipios más poblados con las ciudades principales: Ahome, Culiacán, Mazatlán, Guasave, Navolato y casi todo el litoral. El partido del gobernador Quirino Ordaz tendrá casi toda la sierra y dos municipios en la costa. El PAN conserva Rosario. El PAS pierde Angostura y Cosalá, pero mantiene Mocorito. La sorpresa es el Verde, que triunfa en San Ignacio.

 

 

Se apodera Morena del Congreso

Morena se apoderará del control del poder legislativo, al alcanzar 16 legisladores por los dos principios. Eso le permitirá encabezar el máximo órgano de control interno, la Junta de Coordinación Política, que el PRI solo ha perdido por un año en toda su historia, entre 2011 y 2012.

Morena, con sus aliados PES —con cinco diputados— y PT —con seis legisladores—, llegaría a 27 diputados, que representa la mayoría calificada, requerida para cualquier reforma constitucional.

El PRI apenas araña la segunda fuerza con siete escaños, el partido del gobernador Quirino Ordaz tendrá que negociar todo desde una lejana minoría. Los aliados del PRI, PANAL y Verde, no alcanzarán silla en el Congreso.

El PAS, que había registrado un incremento sorprendente en 2016, en la próxima legislatura solo tendrá tres diputados. El PAN se reduce al punto apenas permitido para conformarse como fracción parlamentaria: dos. Y el PRD al mínimo, de nuevo, uno.

 

 

Voto en chorrerita y cruzado

López Obrador convertido en un fenómeno electoral, comparado con un tsunami que arrastró a todas las fórmulas, federales o locales. En la gran mayoría de las elecciones con eso les alcanzó a candidatos casi desconocidos para obtener la mayoría. Entre más urbano el distrito o municipio más alta la votación Morena.

Ninguna candidatura de Sinaloa alcanza o siquiera se acerca al porcentaje de López Obrador, el voto llamado de “chorrerita” o parejo no fue unánime, pero sí prevaleció en las cinco elecciones de Sinaloa. En términos generales una cuarta parte de los ciudadanos cruzó el voto en alguna o en más de una de las boletas.

Desde la contundencia del resultado a la presidencia, Sinaloa se ubica como el octavo estado con el más alto porcentaje del país en votos al candidato de Morena, 64.43 por ciento. El primero es Tabasco donde llegó al 80 por ciento, ni siquiera la Ciudad de México tuvo tan alto porcentaje como Sinaloa.

Artículo publicado el 08 de julio de 2018 en la edición 806 del semanario Ríodoce.

 

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