No se puede modificar la ley Orgánica a menos que el Consejo Universitario lo proponga; como senador, Rubén Rocha Moya ayudó a poner esos candados, afirma Guillermo Ibarra
“Ahorita no tiene ningún sentido”, expresa el profesor universitario Guillermo Ibarra Escobar cuando se le pregunta sobre las razones de no haber ratificado la iniciativa de reforma a la ley orgánica de la UAS.
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Cuando entró la anterior Legislatura, la primera de mayoría de Morena, el profesor que en dos ocasiones estuvo en la terna para ser rector, acudió a ratificar la iniciativa de reforma a la Ley Orgánica de la UAS porque se había prometido que se abordaría el tema, pero como no ocurrió nada, ahora prefiere no insistir porque ve que es un caso perdido hacerlo con la presente Legislatura.
Recuerda que cuando en la anterior Legislatura se empezaron a realizar las lecturas en comisiones de las iniciativas presentadas, fue que el entonces rector Guerra Liera acudió con un acompañamiento multitudinario ante el Congreso del Estado.
El universitario infiere que como ya había planes por aliarse con el PAS, se dejó de tocar el tema.
Eran los tiempos en los que el actual gobernador Rubén Rocha Moya, era presidente de la Comisión de Educación del Senado de la República, y se discutió una nueva Ley General de Educación que finalmente abrogó la Ley General de Educación de 1993.
En esa nueva ley, publicada en septiembre de 2019, se estableció en el artículo 49 que las autoridades educativas respetarían que las universidades con autonomía tenían entre otras facultades, crear su propio marco normativo, las libertad de elegir sus autoridades, gobernarse a sí mismas y administrar su patrimonio y recursos.
Luego vendría la expedición de la Ley General de Educación Superior publicada en el Diario Oficial de la Federación el 20 de abril de 2021, en el mismo mes que Rocha Moya había iniciado su compaña como candidato a gobernador de Sinaloa bajo las siglas de Morena en alianza con el PAS.
En su artículo 2 estableció que cualquier iniciativa o reformas de leyes orgánicas deberá contar con los resultados de una consulta previa, libre e informada a su comunidad universitaria, a los órganos competentes de gobierno de la universidad o institución de educación superior a la que la ley otorga autonomía, y que deberá contar con una respuesta explícita de su máximo órgano de gobierno colegiado.
Por lo anterior Ibarra Escobar pone en tela de duda las afirmaciones del gobernador expresadas sobre la UAS.
“Es un galimatías, él los blindó. Como era una iniciativa del PAS y para congraciarse con ellos porque los quería de aliados, junto con otros rectores, les regaló en la Ley de Educación Superior, esa barbaridad”.
Acusó que desde la senaduría el actual gobernador les regaló al quererlos como aliados, como en otros estados los querían, metieron en la Ley de Educación Superior ese candado para que no se legislara si no fuera con la consulta de los consejos universitarios.
“Eso de la consulta es una trampa. El legislador tiene que consultar a la UAS”, asegura al concluir que ya no es posible que los ciudadanos puedan hacerlo, ni siquiera él que presentó una iniciativa anterior, porque ya la ley federal establece que no, y en consecuencia la universidad se ampararía y sería una controversia.
Frente a un posible argumento de que la Constitución es de mayor peso que una ley federal, declina cualquier posibilidad bajo la premisa de que sería ocioso, ya que la universidad tiene 8 mil millones de pesos con cuyos recursos pueden contratar un despacho en cualquier parte, y él de dónde sacará dinero para hacer una demanda porque el Congreso no quiere darle a una iniciativa.
“¡Es de locos eso!”, expresa el académico miembro del Sistema Nacional de Investigadores en el nivel III.
Como senador, asegura, el académico Rocha Moya fue irresponsable, ya ahora como gobernador con todo el poder que tiene no puede iniciar una reforma la Ley Orgánica de la UAS, ni tampoco la mayoría de Morena puede legislar, a menos que el Consejo Universitario la proponga.
La discusión de la Ley Orgánica de la UAS está desfasada, ya que no es legal ni políticamente posible reformarla para poner orden en la universidad.
La UAS fue condenada a estar dirigida por la gente del PAS, como si fuera una cooperativa de ellos, aunque sostiene que en el libro la investigadora Ana Luz Ruelas, Los Grandes Problemas de Sinaloa, propone como soluciones posible el convencimiento de que cambien para un cambio democrático interno; lo otro es que surgiera algún tipo de persecución política producto de una auditoría, que no sería lo más deseable; y otro que le parece fondo toda la estructura de educación superior de Sinaloa para redistribuir toda la oferta y demanda educativa, lo que implicaría la matrícula y los recursos que recibe.
Su planteamiento es seguir un esquema similar a la Universidad Metropolitana con diferentes unidades y rectores cada una. Ello implicaría una reforma constitucional para facultar al Congreso del Estado para crear organismos de este tipo. Todo esto requeriría una propuesta integral del gobierno estatal con una visión a 50 años de las instituciones a nivel superior.
Quien fue director y fundador de la Facultad de Estudios Internacionales, descarta que los trabajos actuales el Congreso del Estado para expedir una nueva Ley Orgánica de Educación Superior de Sinaloa, ya que esta solo pretende realizar una armonización a la ley general, pero no se plantea una reestructuración a fondo.
Rocha Moya –considera Ibarra– es un gobernador que quiere apoyar a la universidad, pero no tiene el interés ni la capacidad política, ahora, para hacer que se haga plural, que retorne la democracia y que deje de estar operando como un partido político.
“Tendría que ser una decisión presidencial”.
Artículo publicado el 4 de septiembre de 2022 en la edición 1023 del semanario Ríodoce.
