La narcopolítica se viste de mujer

 

 

 

 

Tenía que venir de un medio privilegiado con información de Estado, Televisa, y de un periodista al que el poder suele regalarle primicias, Joaquín López Dóriga, para que nos enteráramos hasta de los detalles de una relación que, en los pasillos del Congreso del Estado de Sinaloa, era vox pópuli desde que asumió la diputación. Lucero Guadalupe Sánchez López visitó en el penal de máxima seguridad del Altiplano, con identificaciones falsas, a Joaquín Guzmán Loera, el Chapo. Era mitote viejo que tiene una relación sentimental con el capo preso, pero nadie hurgó en ello a pesar de que significaba destapar una cloaca que embarraría a más de cuatro. Es infame el hecho, obsceno para la política, escandalosa y puntual la revelación.

Aunque ahora nadie quiere cargar con el muerto. El Comité Ejecutivo Nacional del PAN emitió un comunicado en el que se apoya en tecnicismos para deslindarse de la diputada y el Comité Ejecutivo Estatal simplemente se esconde. ¿Dónde está Edgardo Burgos, ese mozalbete que ha conducido al PAN sinaloense a tan despreciable nivel? ¿De dónde salió, en 2013, la propuesta de que Lucero Guadalupe Sánchez fuera candidata de la gobiernista coalición PAN-PRD-PT, con el apoyo del Partido Sinaloense? ¿Del tercer piso? ¿De Gerardo Vargas? ¿Quién, además de la mafia, que desde hace mucho tiempo ocupa espacios en el congreso local estaba interesado en que una mujer vinculada sentimentalmente a uno de los narcotraficantes más poderosos del mundo, fuera diputada?

“Sánchez López optó por unirse a la bancada del Grupo Parlamentario del PAN. Sin embargo, como ya lo hemos aclarado, la diputada no es militante del Partido, pues no está dada de alta en el Registro Nacional de Militantes…”, alega el comunicado del CEN. Peor aún, porque desde la campaña el PAN pudo darse cuenta de las relaciones de la candidata con los poderes de facto en una región donde hasta el ruido de las hamacas hace estruendo. Si ella pidió integrarse a la bancada panista, se le pudo haber dicho que no, así que el argumento no solo es falaz, sino gallina.

El escándalo embarra a medio mundo, sin duda, al Congreso, a la política, a los partidos que la postularon, pero sobre todo el PAN, partido que ya como diputada Lucero Guadalupe Sánchez, le dio cobijo. Que nadie le saque ahora. El PAS igual se deslinda pero bien que presumió equidad de género cuando el 24 de mayo de 2013, mediante un boletín de prensa, anunció que había postulado a 12 mujeres candidatas de los 24 distritos electorales.

También el PRD se hace un lado, pero hasta esta pírrica victoria festejó en su momento. ¿Dónde quedó aquel panismo? ¿Dónde se extravió el pudor? ¿Quién, quiénes se adueñaron de instituciones en otros tiempos de gloriosa oposición?

Una diputada parece que se pasea por un salón de clases diciendo que Lucero Guadalupe necesita apapacho y conmina a la fotografía con ella. En realidad está en el Congreso antes de que inicie la sesión. Es una imagen para la historia. En ella destaca Óscar Félix Ochoa, dos veces diputado local, mil veces relacionado con los grupos de narcotraficantes que controlan el Valle de San Lorenzo. Pero no hay recato y abundan el cinismo y la ignorancia.

¿Qué va a pasar si la PGR confirma la primicia a cuentagotas del “master” de Televisa? ¿La van a desaforar? ¿El PAN la va a defender, como lo hace Guadalupe Carrizoza cuando le preguntan qué opina del asunto, con el argumento de que es muy buena la señora porque ayuda a los niños y a las madres solteras?

La política, ya se ha dicho mucho, está en su peor momento en México y no se ven por ningún lado elementos para pensar que en el futuro inmediato puede ser mejor. Las mafias inherentes al poder, que se entretejen casi por necesidad, se han mezclado ahora con aquellas que solo ven a la política como un instrumento para sus fines criminales. Sinaloa no es menos que Guerrero, que Michoacán, que Tamaulipas. Aquí se usan formas más sutiles pero en el fondo, como dijeran los personajes del Nobel, son la misma vaina.

 

Bola y cadena

¿ES EL CONGRESO DE SINALOA O EL DE COLOMBIA?, me pregunta un amigo. Es igual, no hay distingos. Ahora son los panistas los embarrados, pero anidan ahí mismo, entre silla y silla los priistas, pioneros de la narcopoítica en México y no se diga en Sinaloa. Como partidos se salvan pocos ahora. Que cada quien elabore muy bien sus discursos, porque esta mierda apesta y ha sido lanzada como con calcetín.

 

Sentido contrario

EL CABILDO DE EL ROSARIO, según reporta Nelda Ortega, autorizó la firma del convenio de colaboración entre gobierno del estado y el Ayuntamiento para la exención de pago por la expedición de la licencia de construcción de la presa Santa María. En el fondo, lo saben todos, es que el favor se les está haciendo a ICA, la poderosa constructora que hará la obra. Comisiones de por medio.

 

 

Humo negro

¿QUÉ BUSCABA LA MARINA EN TAMAZULA? No lo dijeron los comunicados pero alguien les dijo que en uno de los poblados que atacó el domingo 14 estaba Adelmo Niebla González y fue por él. No se fugó del penal de Culiacán para dedicarse a la siembra de maíz ni para hacer piloncillos. Saliendo por el túnel que mandó construir o por la puerta principal, se incorporó a su mundo y ahora pelea la plaza de Sonoyta con el clan de los Salazar, sonorenses de nacimiento y uno de los grupos narcotraficantes más poderosos de la región. No lograron detenerlo y en cambio los marinos dejaron su estercolero de siempre, que luego tratan de justificar con boletines amañados que nadie cree.

 

 

 

 

 

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