Vargas Llosa y su relación con los imperios de América Latina

Ayer, terminé de leer un interesante libro: Conversación en Princeton con Rubén Gallo. En el cintillo amarillo de Alfaguara resalta una frase para atraer la atención: #Una clase magistral de Mario Vargas Llosa sobre el papel del intelectual y el oficio de novelista. Premio nobel de literatura”.

La obra nos lleva a la nostalgia porque en ella se relatan episodios, por demás trágicos, de las dictaduras que durante los siglos 19 y 20 oprimieron a los pueblos de América Latina.

La conversación se desarrolló ante un público, no muy numeroso de estudiantes de la Universidad de Princeton, Nueva Jersey, eso fue durante un semestre de 2015. El tema principal fue sobre teoría de la novela, periodismo y política; centraron las charlas sobre cinco novelas, todas ellas muy conocidas: Conversación en La Catedral, Historia de Mayta, ¿Quién mató a Palomino Malero?, El pez en el agua y La fiesta del chivo.

El contenido resulta por demás fascinante, la intensidad de las conversaciones brindan al lector un caudal de conocimientos sobre las diversas formas que tiene el autor para lograr sus creaciones, pero sobre todo, las estrategias a las que debe recurrir para que resulten magistrales.

Desde que lanzó aquella primera novela: La ciudad y los perros (1963) Don Mario no ha dejado de estar en la palestra del quehacer literario, ha ganado todos los premios y no por eso se ha echado a dormir en su laureles, al contrario, tal parece que, después del Nobel le dieron cuerda, no ha dejado de producir, pero además estar siempre en el círculo del comentario, sea por su columna, sus presentaciones en público, y últimamente hasta por escándalo de faldas. Faltaba más.

En la conversación de Princeton participaron estudiantes, periodistas, analistas políticos y literarios, entre todos lograron un intenso libro porque versaron sus charlas a través de las cinco novelas arriba mencionadas. Me resulta difícil exponer en tan poco espacio la gran cantidad de asuntos tocados, la diversidad de las preguntas y las respuestas, de las estrategias y técnicas que generosamente describe don Mario.

Una probadita:
Rubén Gallo: “Conversación en La Catedral, la novela se publicó en 1969, en un periodo de grandes debates sobre técnicas novelísticas en que las opciones iban desde el realismo socialista hasta el noveuau roman. ¿Qué significó en ese momento apostar por una literatura difícil que requiere una inversión considerable del lector en términos de tiempo, de energía mental, de concentración?”

Mario Vargas Llosa: “Quisiera contar como llegué a la estructura de Conversación. Quería escribir una novela sobre la dictadura que pudiera mostrar los efectos que tuvo el régimen de Odría en el conjunto de la sociedad, es decir, entre los peruanos de distintos niveles sociales. Yo pasé mi adolescencia bajo la dictadura y no fue sino hasta 1956 cuando tenía veinte años, que tuvimos elecciones.

“La conversación central entre Zabalita y Ambrosio es como una especie de tronco del que van surgiendo muchas ramas, y esas distintas ramas al final van dibujando ese árbol que es la totalidad de la historia. No me importó que eso pudiera crear confusión en el lector. Al contrario, yo pensé que esa confusión era necesaria para que la historia fuera creíble. (páginas 67 y 68).

Historia de Mayta (1984) cuenta la historia de un viejo revolucionario que fracasó en un intento de lanzar una insurrección armada. Es el retrato más detallado que ha hecho Mario Vargas Llosa de un militante de izquierda que apuesta por métodos violentos para hacer la revolución. (página 113).

El pez en el agua (1993) es la crónica de la campaña presidencial de 1990. Es también una autobiografía de la infancia y juventud del escritor, así como un ensayo sobre el buen gobierno que demuestra cómo la literatura y la política han sido las dos grandes pasiones de Mario Vargas Llosa (página 177).

La fiesta del chivo (2000) es, como Conversación en La Catedral, una novela sobre las múltiples maneras en que una dictadura corrompe una sociedad. En este caso se trata de la República Dominicana bajo el régimen de Leónidas Trujillo y los crímenes de ese periodo son contados por un personaje femenino, Urania Cabral, que ha rehecho su vida en Nueva York”. (página 211).

Don Mario Vargas Llosa, aprovecha muy bien la conversación, apoyado en su gran sabiduría, conocedor de la historia latinoamericana, hace un recuento y calificación de las dictaduras, a todas las declara como rémoras criminales que han frenado, en gran medida, el avance de millones de seres hacia un mejor destino, a pesar de ello, ahora en la región sólo reconoce a Cuba y Venezuela como los únicos gobiernos dictatoriales.

Esto me llama la atención porque no incluye a México; no hace mucho declaró a nuestro gobierno como la “dictadura perfecta”, ¿acaso piensa don Mario que las cosas han cambiado? ¿No se da cuenta de que nuestro país está en manos de una dictadura? ¿Ignora que desde 1988, Carlos Salinas de Gortari se robó la presidencia?, que desde entonces no ha cejado en seguir dominando, y que como dictador se ha robado también empresas como Telmex, Pemex y ha vendido, a extranjeros, nuestro petróleo, minas, playas y grandes extensiones de selvas.

Por favor, que alguien le diga a don Mario, que no necesita venir a nuestro país a escribir una novela. El Dictador ya lo está haciendo, tiene una gama muy amplia de personajes, entre ellos al que hace el papel de presidente, 19 gobernadores plenamente identificados como corruptos, decenas de ex funcionarios que se han enriquecido, como los Moreira, y un grupo que finge la justicia, todos prestos a coartarla. La novela se puede llamar: El mundo feliz del tricolor (la dictadura perfecta).

Quirino y sus secuaces ya están incluidos. Esta tragicomedia refuerza nuestros ímpetus para exigir: ¡Justicia! ¡Justicia! ¡Justicia! Para nuestro compañero y amigo Javier Valdez Cárdenas y los 130 mil asesinados en este sexenio de Enrique Peña Nieto.

*Escritor, busque sus novelas en librerías Educal, México y Gonvill.

Artículo de opinión publicado el 1 de abril de 2018 en la edición 792 del semanario Ríodoce.

Facebook
Twitter
WhatsApp
Email
  • 00
  • Dias de Impunidad
RÍODOCE EDICIÓN 1103
GALERÍA
Decenas de mujeres salieron a manifestarse este 8M a las calles de Culiacán, para exigir justicia por las víctimas de violencia. Partieron del Ayuntamiento y hasta el Palacio de Gobierno donde realizaron pintas.
COLUMNAS
OPINIÓN
El Ñacas y el Tacuachi
BOLETÍN NOTICIOSO

Ingresa tu correo electrónico para recibir las noticias al momento de nuestro portal.

cine

DEPORTES

Desaparecidos

2021 © RIODOCE
Todos los derechos Reservados.