Disminuye la lectura durante gobierno de AMLO

LECTORES. A la baja en México.


Los índices lectores han ido a la baja en México; el año pasado el 68.5% de la población de 18 años y más se considera lectora, el sexenio anterior cerró con 76.4%

Durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, los índices lectores han ido a la baja. El año pasado cerró con el 68.5 por ciento de la población lectora de 18 años y más, mientras que el sexenio de Enrique Peña Nieto concluyó con el 76.4 por ciento.

De acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía, el 2023 registró el porcentaje más bajo en los últimos seis años.

Las estadísticas muestran cómo el interés por la lectura ha disminuido con el paso de los años; los últimos cuatro del gobierno priista, 2015 a 2018 se registraron las siguientes cifras; en 2015, 84.2 por ciento de la población leía; 2016, 80.8 por ciento; 2017, 79.7 por ciento y en 2018, 76.4 por ciento.

Esta baja aumentó a la llegada del gobierno morenista, que vio caer el universo lector con los siguientes porcentajes; 2019, 74.8 por ciento de la población dijo que leía; 2020, 72.4 por ciento; 2021, 71.6 por ciento; 2022, 71.8 por ciento y 2023 con 68.5 por ciento.

En orden, se leyeron libros, páginas de internet, revistas, periódicos e historietas, y quienes no mostraron interés por ninguno de estos, señalaron no haber recibido estímulos suficientes para la lectura durante la infancia.

La estadística atribuyó la falta de interés por leer por parte de la sociedad a que las persona señalaron que nunca los llevaron a las bibliotecas o librerías y/o porque sus padres no leían y en casa nunca vieron libros distintos a los de texto.

Malas experiencias en la infancia

Quitzé Fernández, director de Editorial Amonite, dijo que en México no se lee por malas experiencias, durante la primera infancia.

“Algunos de nosotros nos enfrentamos a maestros y maestras con falta de pedagogía o con ideas anticuadas, a programas escolares que no privilegian la concientización de la lectura”.

“Recuerdo que, en la primaria y secundaria. nos daban lecturas que no estaban acorde a nuestra edad, como El Mío Cid o El Decamerón”.

Fernández dijo que las lecturas implementadas en estas etapas no son las adecuadas para formar lectores, aunado a la falta de promoción que hay en algunos estados”.

“Por ejemplo, en Coahuila, los programas de fomento están dedicados a quienes promovemos la lectura, de la misma manera sucede en capacitaciones y eventos, están dirigidos al mismo nicho de personas y no llegan a los demás”.

Leer como acto de vida

Leer para el promotor de lectura, Ramón Perea, significar hacer un esfuerzo monumental, al que no se está habituado, de ahí que los índices de lectura no son tan altos.

En su opinión, el acercamiento a los libros no se da tampoco, porque no se encuentran experiencias emotivas o estéticas para despertar el interés lector.

“Existen personas que se acercan a los libros, solo para entender sus vidas en momentos determinados, como por ejemplo cuando quieres investigar acerca de una enfermedad que padeces, cuando te privan de la libertad y quieres saber de leyes”, dijo.

“Con el trabajo de muchos años como promotor de lectura creo que no se lee porque la relación entre el lector y el libro necesita vincularse amorosamente”.

Perea señaló que también existen personas a las que no les interesa conocer más, y otros solo se concentran en lo que les dan sus maestros a leer.

“En la adolescencia, es común, sobre todo cuando son hombres, que les da pena o vergüenza decir que les interesa la lectura, porque creen que van a demostrar debilidad en su carácter”, comentó.

“Actualmente, sí hay chavos que leen y escriben, que no son la mayoría claramente, yo considero que de 50 al menos 12 sí leen fuera de las materias de clases”.

Se lee, pero no lo que se quisiera

El poeta y editor José Ángel Leyva, consideró que la gente sí lee, pero no lo que se desearía, pero también se debe tomar en cuenta el rezago educativo y el porcentaje de analfabetismo en México.

Se tiende, dijo, a repetir mucho ese esquema e inercia de decir que, en el país, no hay acercamiento a la lectura, aunque en otras sociedades tampoco se alcanzan índices altos.

“Yo creo que sí lee la gente, lo que pasa es que no lee lo que uno quiere que lea. Lo que no hay, es una industria editorial competitiva, no somos potencia en ello. Hace falta una política clara en torno a esta industria”, señaló.

“Creo que se lee más de lo que pensamos; cuántos millones de cómics no se han leído, y ahora en distintas plataformas, pero se piensa que lo único formal es la literatura. Hay una mala interpretación de lo que es la lectura, porque los académicos leen los temas relacionados con su disciplina, los médicos son muy disciplinados, también”.

Leyva mencionó que cuando se habla de estadísticas lectoras, hay que aclarar a qué tipo de lecturas se refieren, porque en otros países como Francia, la lectura digital se ha normalizado.

“Cuando se habla de que en México no se lee, se toman en cuenta parámetros comerciales. Las universidades también producen muchos libros que por lo menos publican 20 libros al año”, informó.

“Hace falta resolver el problema de la distribución, que está a cargo del Fondo de Cultura, pero que no tiene autonomía y debería tenerla. España es potencia en ello y nosotros somos su mercado, pero los libros latinoamericanos no entran a Europa”.

Artículo publicado el 21 de abril de 2024 en la edición 1108 del semanario Ríodoce.

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