Adelgazar con anfetaminas, la adicción legal

ANFETAMINAS. Riesgo de adicción.

Aunque los fármacos para bajar de peso son legales, por su naturaleza adictiva deben ser el último recurso para este propósito

Son legales y se venden con receta médica, pero su uso se sale de control y causan adicción. Las consumen hombres y mujeres para bajar de peso. También, traileros y automovilistas para postergar el sueño. Son las anfetaminas.

El director de Prevención y Promoción de la Salud de la Secretaría de Salud, Gerardo Kenny Inzunza Leyva, da a conocer que este fármaco fue creado en 1976, y el uso que se le dio fue para el tratamiento del asma. Después encontraron que tenía algunos efectos adversos, como era la pérdida del apetito y mejoraba el estado de alerta de las personas.

Ante tal descubrimiento, les dieron un uso inadecuado para bajar de peso.

“¿Son legales…? Sí son legales. Pero deben tener una prescripción médica. Son algunos medicamentos que los genera un laboratorio médico. Sí se pueden usar para el control de peso, pero debe haber una supervisión por un médico”, advierte Inzunza Leyva.

El funcionario de la Secretaría de Salud aclara que son medicamentos controlados que requieren receta médica para su adquisición, que deben tener un seguimiento porque pueden causar efectos adversos como la adicción.

El riesgo

Manuel Velázquez Ceballos, director del Centro de Integración Juvenil de Culiacán, comenta que han detectado que, en el caso de las mujeres, estas empiezan un proceso de tratamiento para bajar de peso con el consumo de anfetaminas.

“La cosa es que cuando a ellas les da un resultado, que es bajar de peso con un medicamento, entonces empiezan ya a automedicarse, y en la automedicación hay un abuso. Sí pierden peso, pero se quedan con la adicción a la sustancia”, explica.

Un tratamiento de esa naturaleza debe estar acompañado del seguimiento de un nutriólogo o del mismo médico que lo receta, indica, pero en ocasiones no es así y el paciente recurre a la automedicación.

MANUEL VELÁZQUEZ.

“Entonces ahí es donde, creo, se presenta más esta parte de una conducta adictiva, en el caso de las mujeres”, subraya.

Velázquez Ceballos aclara que, en sí, el tratamiento es bueno, el problema reside en el abuso ante los buenos resultados.

“Un tratamiento de anfetaminas administrado es excelente. El problema es que ya no van con el médico. Les resulta una reducción importante y ellas solas van administrando, y cuando menos se acuerdan ya tienen una adicción, porque genera dependencia el medicamento”, advierte.

Estadísticas

El director de Prevención y Promoción de la Salud informa que, en sí, esta adicción no se enmarca como una droga de inicio, sino como aquellas de impacto que generan un daño en la persona, que afectan a la familia, el empleo y la salud.

En este caso no se cuenta con una estadística real, dice, porque los pacientes acuden más a las farmacias en busca de este medicamento.

“En anfetaminas tenemos solamente registrados en Sinaloa nueve personas que han acudido a un servicio de salud por alguna complicación de estas. No tenemos una estadística de todas las personas que consumen estos (medicamentos), porque acuden a los consultorios. Como es un tratamiento médico, no podemos saber cuántas personas están usando estos medicamentos para bajar de peso”, manifiesta Inzunza Leyva.

El último recurso

Aunque son legales, aclara el director de Prevención y Promoción de la Salud, el uso de anfetaminas se recomienda como último recurso cuando el paciente sufre de obesidad mórbida y cuando el ejercicio, la buena alimentación y otros métodos no funcionan.

“No se promueven como tal los fármacos. Nosotros en la medicina vemos ejercicios, deportes, dormir bien. En caso de una obesidad mórbida, una enfermedad de difícil control, recomendaríamos la cirugía bariátrica. Existe esta alternativa que son estos fármacos, pero no es algo que se recomiende de primera o segunda instancia”, insiste.

KENNY INZUNZA.

Quienes no tienen una obesidad mórbida o una obesidad dentro de los parámetros establecidos, agrega, no debe usar anfetaminas, sino tratar de bajar de peso con una dieta balanceada y responsable.
Pero… el ritmo de vida actual y algunos cánones de belleza, hacen que una persona se someta a un tratamiento farmacológico para bajar de peso cuando su peso no lo requiere.

“No siempre lo hacen por salud”, asegura Inzunza Leyva, “tenemos personas que tienen otros padecimientos, que no presentan obesidad y aun así usan estos medicamentos para bajar de peso.

Las nuevas generaciones están sometidas a un estrés cultural y social, que les exigen ciertos estándares de belleza, de peso, y eso hace que muchas personas recurran a estos métodos”.

Su venta

La venta y consumo de anfetaminas para la reducción de peso es legal, insiste el funcionario de Salud, pero debe ser bajo prescripción y supervisión médica, pero algunas personas ignoran estos requisitos e incurren en la automedicación con recetas de dudosa procedencia.

“¿Qué es lo que pasa? Algunas personas no acuden con un médico o no quieren una supervisión o este medicamento no lo recetó un médico. Simplemente consiguen alguna receta y compran este fármaco en las farmacias. Sí hay un tráfico probable de recetas de personas que no quieren someterse a un seguimiento médico y piensan o toman la decisión de tomar estos medicamentos por iniciativa propia”, expresa.

Gerardo Kenny Inzunza Leyva advierte que el uso prolongado de estas anfetaminas puede ocasionar un estado psicótico, infartos, accidentes cerebrovasculares y descontrol metabólico.

Artículo publicado el 31 de marzo de 2024 en la edición 1105 del semanario Ríodoce.

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