Tras la muerte de Juventino Espinoza o Violeta Navarrete como se hacía llamar en San Miguel Zapotitlán, municipio de Ahome, el Rey de la Diversidad 2023 descansa en paz… pues la justicia no llega a su caso.

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Un año atrás, una multitud se congregó a las afueras de la Vicefiscalía regional de Justicia para exigir el esclarecimiento del crimen perpetrado el 28 de febrero del 2023, y ahora, en el primer aniversario los manifestantes no fueron más de diez personas: su familia, activistas y unos cuantos amigos.

Antes se ondeó una bandera de la comunidad LGTB de grandes dimensiones, hoy apenas un banner se extendió en el piso. Antes, pancartas con diferentes consignas se exhibieron o blandieron por multitudes; hoy, cinco de ellas apenas se mostraron. En la primera marcha hubo gritos, consignas, cantos; hoy sólo silencio, y dos voces desesperadas no deja de reclamar justicia, la de Clara Espinoza, hermana de Juventino y Erika Acosta, activista.

Clara, hermana de Juventino llegó hasta la vicefiscalía regional de justicia, extendió sus cartulinas y banner y reclamó la pasividad de la autoridad para esclarecer la muerte de su hermano. Ella no deja de hurgar en la participación de la síndica de San Miguel Zapotitlán, Karina Ernestina y en la del acompañante de su hermano, Gilberto Jocobi. “Queremos que continúen las investigaciones”, dijo momentos antes de ingresar a la dependencia para conocer los avances que según sabe, son pocos, casi nulos, inexistentes.

El 27 de febrero del 2023, José Juventino Espinoza Pérez concluyó su reinado en el carnaval de San Miguel Zapotitlán. Había sido declarado Rey de la Diversidad para ese festejo que debería de concluir en la media noche de ese día.

Después de hacer su última pasarela y desfile, se encaramó al templete y se despidió.

Luego, se perdió en la penumbra.

Al día siguiente, el cadáver de él fue encontrado adentro de la casa que rentaba en la esquina de Álvaro Obregón y Cuauhtémoc, en el barrio el Muerto.

Tras conocerse el crimen, la policía de investigación llegó al lugar, encontró la casa sola, solo con el inquilino inmóvil en el interior. Había cosas revueltas y, a excepción del celular de quien también se hacía llamar como Violeta Navarrete, todo estaría en su sitio. Las horas pasaron y no había evidencia que develará la identidad de quien cortó la vida del estilista y profesor.

La síndica de San Miguel fue llamada a declarar en torno al caso, puesto que días antes, entre ella y Juventino habían resultado unas diferencias derivadas de los carros alegóricos. Nada de eso se aclaró, y el caso se fue empolvando.

Así, sin evidencias, han transcurrido los 365 días posteriores, hasta este 28 de febrero del 2024. Por eso, la familia estaba en esa lacónica protesta.

Erika Acosta, activista que desde que se conoció el caso inició con movilizaciones y protestas, aseguró que, aunque han buscado justicia por todos lados, el caso de Juventino no parece que será llevado a juicio en corto plazo, pues las autoridades, incluyendo a la fiscal, Sara Bruna Quiñónez, reconocen que carecen de pistas, aunque han citado a muchas personas a declarar. “Esas declaraciones no han arrojado puntos concluyentes y, según los fiscales, tampoco se les puede exigir ni obligar a que declaren lo que saben. Me parece que tachan de mitotes lo que familia aporta para esclarecer el caso, sin embargo, tenemos que darle el voto de confianza a la autoridad pues el norte de Sinaloa se ha visto golpeado por muchas infamias e injusticias, y pues el nuestro no es único caso a indagar”.

Acosta asegura que, pese a ese voto de confianza, estarán constantes en la exigencia de justicia, pues a un año no hay nada en concreto, real, de avance. “El caso sigue atado, y la familia y amigos, continúan con la fe en que tendrá justicia”.

Para la comunidad y para la familia se trató de un crimen de odio, por la similitud que los hechos presentan con otros casos que involucran como víctimas a personas con sexualidad machista, narcisista.

Aseguró que el caso de Juventino y los nulos avances se ha expuesto en diversos foros tanto en Las Vegas Nevada, como en Chile, Ginebra y próximamente en New York. “Es claro que en Sinaloa no suceden con tanta frecuencia como en otros estados del país, pero también es claro que existe una doble moral”.

Se dolió del abandono al caso, pues un año atrás, muchas personas salieron en condena, y este año solo la familia y amigos lo hicieron. Quizá hubo dolor al principio o un afán de lucro que con el pasar de los días se diluyó. Hoy sólo está la familia y quienes verdaderamente lo apreciaron y no lo olvidan. Es real, el caso de Juventino se está enfriando.”

Artículo publicado el 03 de marzo de 2024 en la edición 1101 del semanario Ríodoce.