Aunque es muy inteligente y dedicado, Oliver (Barry Keoghan) pasa desapercibido como estudiante de Oxford, porque no pertenece al círculo social de sus compañeros: está becado en esa escuela. Su vida cambia cuando conoce a Felix Catton (Jacob Elordi) un adinerado que lo incluye en su grupo de amigos, le da un trato especial y pasa la mayor parte del tiempo con él, por lo que Oliver acaba encantado, sobre todo cuando Felix lo invita a pasar el verano en Saltburn, su enorme finca, en donde conoce a sus padres (Rosamund Pike y Richard E. Grant) y su hermana (Alison Oliver). Poco a poco, el tímido muchacho logra empatizar con todos, pero no tarda mucho en aprovecharse de los privilegios que le ofrece ese lugar.

Lea: El cine del 2023

La primera película escrita y dirigida por Emerald Fennell, Hermosa venganza (2020), logró quedarse con el Oscar a mejor guion original (también estuvo nominada en película, dirección, actriz principal y montaje) y la misma suerte tuvo en otras premiaciones, precisamente, porque una de sus fortalezas estaba en la escritura de su historia. No obstante, Saltburn (Reino Unido/2023), su segundo trabajo, carece de esa peculiaridad.

En lo general, el filme funciona. Sobresale una notable y precisa fotografía a cargo de Linus Sandgren y una disfrutable música de Anthony B. Willis, pero uno de sus principales problemas es que no profundiza en los personajes de la familia en cuestión, por lo que da lo mismo el contexto en el que se desarrolle la historia. Otra debilidad del guion es perderse en el objetivo de Oliver: al principio pareciera que se trata de una atracción física/sexual hacia uno de los Catton, aunque, de repente y sin explicaciones, todo indica que lo que persigue es su dinero.

Uno de los mejores personajes es el interpretado por Rosamund Pike. La superficialidad y la ligereza con la que asume ciertos asuntos es muy interesante y creíble, pero el que definitivamente hace un excelente trabajo es Barry Keoghan, quien pasa de ser un don nadie a un perverso que tiene a todos a sus pies, listos para cumplir sus deseos y lograr su objetivo. En apariencia, se trata de un joven serio, bueno, amable, educado y sencillo, aunque con un plan por el que trabaja silenciosamente para materializarlo en su justo momento, en lo cual se atreve de cualquier cosa, aunque al final el resto lo asuma como un cordero incapaz de nada.

El filme disponible en Prime Video ha causado controversia por unas cuantas escenas calificadas como fuertes (de noche, a la entrada de la mansión, con Venetia y Oliver; la de la tina en la que recién acaba de bañarse Felix; Oliver un tanto “acalorado” encima de una tumba; la de la habitación con una persona intubada; y el desinhibido baile para festejar un triunfo), pero, si bien podrían ir de acuerdo con la personalidad perversa y los intereses de Oliver, la realidad es que son innecesarias y no aportan mucho a la historia.

La narrativa de la trama no tiene nada de extraordinario. Es un producto sumamente predecible: el personaje de Oliver no escatima en dar señales de, por un lado, su obsesión, y por otro de su perversidad, por lo cual no es ninguna sorpresa en qué acaba todo. A pesar de eso, la película que recuerda a El talentoso Sr. Ripley (1999), se aguanta hasta el final. Véala… bajo su propia responsabilidad, como siempre.

Artículo publicado el 07 de enero de 2024 en la edición 1093 del semanario Ríodoce.