En Culiacán, 70% de construcciones no tienen permiso

En Culiacán, 70% de construcciones no tienen permiso

El director del Implan asegura que el crecimiento desordenado en la capital de Sinaloa provoca la pérdida en la calidad de vida

Culiacán es una ciudad con crecimiento desordenado, en la que el 70 por ciento de sus construcciones se edificaron sin los permisos correspondientes, al amparo de la corrupción oficial y violando los marcos regulatorios.

La ciudad tiene grandes vacíos urbanos porque en el pasado el modelo urbano permitía un crecimiento expansivo de la vivienda, lo que conlleva a problemas de movilidad y de provisión de servicios públicos.

Alberto Medrano Contreras, director general del Instituto Municipal de Planeación (Implan), dice que este desorden en el crecimiento de la ciudad provoca una pérdida en la calidad de vida de sus habitantes.

El desorden con que se crece, aclara, no obedece a la falta de planes ni de reglamentos, sino a la omisión de quienes construyen de hacerlo con legalidad.

“Existen los planes (pero), ¿por qué no se crece en ese sentido? 70 por ciento de la gente que está construyendo no saca licencia de construcción… No se puede tener un policía por cada obra que se tiene en la construcción”, explica.

La construcción sin los permisos requeridos, continúa, se presta a que se den “conatos de corrupción” por parte de los inspectores del municipio.

“Necesitamos bajar la tasa de corrupción que hay en función de la construcción. La gente que construye… si alguien va y construye allá, un inspector difícilmente va a localizar esa construcción. Se va a dar cuenta ya cuando está construida y, claro, efectivamente, se convierte en un posible conato de corrupción… Es un lastre que venimos arrastrando hace mucho tiempo”, subraya.

El respetar los instrumentos de planeación requiere, señala, tanto de los constructores como de los propietarios.

El desorden

El funcionario municipal ilustra que el desorden de una ciudad se da cuando se construye en zonas irregulares, cuando se bloquea una calle o excede el ancho de una vialidad.

En los asentamientos en zonas irregulares, añade, donde se pega un ladrillo, se hace una banqueta o una obra hidráulica o un drenaje, sin los permisos de construcción, se crece sin orden porque no hubo quien regulara.

“Al final de cuentas si alguien construye y no continúa una calle o no hay servicios o se sale del ancho de la vialidad que tenemos en los alineamientos, en esos momentos se convierte en desorden”, puntualiza.
Lo que implica un permiso de construcción es, comenta, que este se saque de acuerdo a un reglamento de construcción y que se respete todo lo que está aconteciendo en la ciudad.

Los fraccionadores son de los pocos que construyen con los permisos requeridos, asegura, porque estos atienden un modelo de negocios y están obligados a tramitar esta licencia.

ALBERTO MEDRANO. Falta mayor regulación en el crecimiento urbano.

Baldíos, uno de los problemas

Medrano Contreras asegura que en Culiacán existe un gran número de lotes baldíos, lo que también representa un problema para la ciudad porque no se tiene un desarrollo como en ciudades grandes como la Ciudad de México, Monterrey y Guadalajara.

La ciudad, abunda, se mueve de acuerdo al “mercadeo de suelo” en términos de vivienda o de requerimientos inmobiliarios.

A diferencia de las tres grandes ciudades del país, dice, en Culiacán se comercia mucho el lote baldío, lo que no permite el desarrollo del municipio.

“Una característica de nuestra ciudad es que se comercia mucho con el terreno baldío, no se comercia como en Guadalajara, Monterrey o la Ciudad de México que demandan mucho suelo, porque hay un gran requerimiento de satisfacer de vivienda o de negocio esas manchas urbanas.. en cambio en Culiacán, prácticamente se vende en baldío. Mucha gente es propietaria de terrenos en los cuales no se desarrolla nada, y ese es un problema para la ciudad”, expresa.

El desarrollo

Obras como el anillo periférico que planea construir gobierno del estado, en su primera fase que comprende desde la autopista Benito Juárez hasta la carretera Internacional México 15, atraen la “mancha urbana”, dice el director del Implan.

Es ahí, puntualiza, cuando se incurre en la ilegalidad porque se incumple con el reglamento municipal.

“El tema es, ¿el reglamento lo permite, los planes lo permiten? ¿La obra es necesaria? Sí es necesaria, pero qué es lo que implica. Es que hay un crecimiento para allá, pero ¿es legal? No es legal. El problema no es la obra. El problema es la ilegalidad con la que se construye a alrededor de esas obras”, señala.

Así como el Estado, comenta, llámese municipio, gobierno estatal o federal conservar los derechos de vía, la del municipio es ordenar el crecimiento habitacional.

“El municipio es responsable que en esas partes se conserve la vocación que debe tener este tipo de rúas, en función de áreas verdes o reservas naturales”, asevera.

Ciudades deshumanizadas e Infraestructura gris

Con el diseño de la ciudad en función del motor, que en su tiempo fue lo más inteligente porque permitió la movilidad, la generación económica y calidad de vida, ahora las ciudades se han deshumanizado porque estas se convirtieron en sitios para vehículos y no para personas, comenta Alberto Medrano.

“Una de las crisis que tenemos en las ciudades es la pérdida de calidad de vida… hemos construido ciudades precisamente con ese desdén de no cumplir con las normas de ciudades peligrosas”, señala.
Con construcción de infraestructura gris (calles y puentes de concreto para el automóvil) y no respetar la naturaleza ha sido un problema lamentable que se está pagando con el desorden.

“No respetar la naturaleza y no tomar en cuenta el hábitat de las personas ha sido un problema lamentable que hemos pagado fuertemente. Ahí es donde veo el desorden…” enfatiza.

Artículo publicado el 05 de noviembre de 2023 en la edición 1084 del semanario Ríodoce.

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