¿Quién soltó a la Marina?

lajitas

Otra vez elementos de la Marina. Ayer fue un poblador de Villa Juárez, Navolato, asesinado en las inmediaciones de San Pedro, y ahora un joven pescador en las costas de Ahome. Ayer fue un crimen a mansalva, la Ley Fuga en pleno siglo XXI, y ahora un “lamentable accidente”… según el comunicado de la Marina.

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No son los únicos casos. En Sinaloa los hemos contado en Eldorado, cuando un joven motociclista fue perseguido y asesinado por elementos de la Armada; y también el fusilamiento de cuatro “presuntos gatilleros” que fueron detenidos en una fiesta que se llevaba a cabo en La Limita, puestos de rodillas con espaldas a un muro, y asesinados.

Nunca, en ninguno de los casos, se hizo justicia. En el asesinato del joven en San Pedro, el 11 de julio pasado, el propio gobernador creó las condiciones para que no se hiciera ninguna investigación sobre los hechos, al dar a entender que el joven había sido asesinado por sicarios vestidos con uniformes de la Martina, porque semanas antes habían encontrado ropa y chalecos clonados en un operativo. “Es común que te encuentres marinos con guaraches”, dijo. Y, bueno, esto se toma como una directriz. Y si es la fiscalía estatal la encargada de investigar el crimen, pues con mayor razón, porque él puso en el cargo a la titular, por muy autónoma que ésta se diga.

Hace menos de un mes, el diario digital Animal Político publicó una estrujante investigación sobre crímenes del Estado mexicano cometidos en un periodo de 16 años, los seis de Felipe Calderón, los seis de Enrique Peña y cuatro de AMLO.

Escrito por el periodista Paris Martínez, cito: “Entre los años 2006 y 2022, es decir, desde que las autoridades nacionales declararon el inicio de la guerra contra el crimen organizado, en México se han podido documentar al menos mil 524 casos de desaparición forzada, asesinato y ejecución extrajudicial, cometidos directamente por presuntos cuerpos de seguridad federales y estatales en contra de personas inocentes o indefensas.

“Por supuesto, esos mil 524 casos documentados no representan la totalidad de las víctimas… son sólo una fracción del total. Pero incluso así, tratándose sólo de una muestra de casos, esas mil 524 desapariciones forzadas, asesinatos y ejecuciones extrajudiciales equivalen a una víctima de las autoridades cada seis días, a lo largo de 16 años… durante los primeros cuatro años de gobierno del actual presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se han documentado al menos 308 crímenes de Estado, en 29 entidades”.

Con Calderón, la investigación de Animal Político documentó 444 casos y con EPN, 713. Esto no significa que sean los únicos, pueden ser muchos más. Pero el resultado de la muestra es de terror: en México alguna fuerza federal o estatal asesina a una persona cada seis días. Con un agravante adicional: la impunidad. Porque los crímenes nunca se castigan.

Y no se castigan porque las fuerzas armadas han sido intocables siempre. Solo en casos excepcionales los procesos internos contra elementos hay castigo. Fue el caso de los soldados que asesinaron a dos maestras, una mujer y un niño en La Joya de los Martínez, Badiraguato. Y esto porque medios y pobladores no dejaron de exigir justicia.

Cada vez es más evidente que, en la desaparición y asesinato de los 43 normalistas de Ayotzinapa, participó el Ejército. Y vale decirlo así porque ya fueron involucrados algunos mandos castrenses pero, sobre todo, porque la SEDENA desde diferentes niveles, contribuyó a enturbiar la narrativa de los hechos, de tal forma que a la vuelta de nueve años todavía no sabemos a ciencia cierta qué pasó, quiénes son los responsables, porqué la decisión de desaparecerlos para siempre…

El caso del joven Natanael, del campo pesquero Las Lajitas, debe marcar una diferencia por lo menos en Sinaloa. Era un pescador que había salido a buscarse la vida con honradez y lo persiguieron y lo mataron como si hubiese sido un delincuente.

Por negligencia, por error, por consigna, por lo que haya sido, pero lo asesinaron. Y el crimen debe ser castigado.

Bola y cadena
DOS VOCES, LA DE EL GOBERNADOR, Rubén Rocha, y la del líder del congreso estatal, Feliciano Castro, se han sumado a la demanda de justicia de los familiares y vecinos de los campos pesqueros de Ahome. Que se siente un precedente. Que los crímenes de Estado—porque eso son—no se repitan. Y la única forma de frenarlos, es que se castiguen.

Sentido contrario
ES TAN APREMIANTE PARA MORENA asegurar el triunfo en las elecciones del 2024, la elección presidencial pero también asegurando la mayoría en las cámaras, que no tienen ningún empacho en incorporar a sus filas a personajes que apenas en las elecciones del 2021 combatieron porque, decían, representaban a lo peor de la clase política. Ya veremos las caras, los abrazos, los discursos redentores, la conversión por decreto. La “revolución de las conciencias” da para eso… y más.

Humo negro
AMLO LE PUSO EL CASCABEL al gato, pero a un precio muy alto. Si los congresos locales pueden y deben fiscalizar los recursos federales que llegan a los estados –como los que se entregan a la UAS, por ejemplo–, entonces nunca pasará nada porque se van a tapar todos con la misma cobija, habida cuenta de que Morena tiene, por ahora, el control de 22 congresos en 22 entidades. Se estarían auditando a sí mismos, qué chulada.

Artículo publicado el 24 de septiembre de 2023 en la edición 1078 del semanario Ríodoce.

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