Un exgobernador y nueve exalcaldes del PRIAN, que habían solicitado su demolición
La Casa del Marino sobrevivió en 2012, a las amenazas de demolición perpetradas por el entonces gobierno de Mazatlán, encabezado por Alejandro Higuera Osuna, a las que se sumaron en 2013, las intentonas destructoras de un ex gobernador del estado y nueve ex presidentes municipales del PRIAN.
Después de haber sido nombrado subsecretario de la Industria de Reuniones de la Secretaría de Turismo en Sinaloa, por el gobernador del estado, Rubén Rocha Moya, el ex alcalde Alejandro Higuera Osuna, dijo en su cuenta de Facebook: “Me voy, pero no me voy, me voy, pero no me ausento y si me ausento, de corazón me quedo”.
“El me voy…pero me quedo” del hoy funcionario de turismo, casi coincidió con anuncio de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) de que a través del Programa de Mejoramiento Urbano (PMU) rescata la Casa del Marino, un inmueble abandonado desde hace décadas para transformarlo en un museo y centro cultural, con una inversión de más de 71 millones de pesos, en beneficio de las familias mazatlecas.
El 28, de agosto, Román Meyer Falcón, titular de la Sedatu, informó que se intervienen en total 4 mil 470 metros cuadrados, proyecto que incluye la construcción de un Fuerte, espacios públicos marinos, dos áreas de exposición permanente, un área de servicios, otra de talleres y una administrativa.
La ironía de la cercanía entre ambos sucesos es que Alejandro Higuera Osuna, fue uno de los alcaldes mazatlecos que durante su gobierno 2011-2013, mediante su entonces Coordinador Municipal de Protección Civil, Óscar Roberto Osuna Tirado, dictó “sentencia de muerte” a la Casa del Marino.
Vándalos de “alto riesgo”
Según el oficio número 0546/2012, fechado el 20 de octubre de 2012, Óscar Osuna Tirado informa al entonces delegado del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Arquitecto Francisco Ríos Avendaño, del estado físico de la Casa del Marino.
“Por este conducto reciba un cordial saludo, y con relación a la visita realizada al lugar conocido como Casa del Marino, para observar las condiciones físicas del inmueble y determinar la funcionalidad del mismo…”, escribe el funcionario municipal panista.
“Se observo (sic), continúa, un Deterioro del Inmueble que lo hace De Alto Riesgo, así como considerarse un lugar para Demolición Total”.
Los nueve ex presidentes de la demolición
La otra sentencia de muerte de la Casa del Marino fue encabezada el 15 de octubre de 2015, por el exgobernador de Sinaloa y expresidente municipal de Mazatlán, Antonio Toledo Corro, agrupado con ocho ex alcaldes del PRIAN, presuntos conocedores de lo que convenía al puerto.
El oficio dirigido por los prianistas a la licenciada María Teresa Franco, entonces directora general del INAH, es digno de ponerse en un cuadro y exhibirse en el futuro museo marítimo para ilustrar cómo ese hermoso “barco” de la memoria del puerto, contra viento y marea, sobrevivió a la demolición.
“Mediante la presente solicitamos a usted, respetuosamente, su autorización para la demolición de la llamada Casa del Marino de la ciudad de Mazatlán, Sinaloa”, piden los ex gobernantes.
“Esta finca fue inaugurada en el año 1946 con el propósito de albergar a los marinos en su tránsito por esta ciudad. A sus sesenta y siete años de uso, muy pocas veces ha sido utilizado para este fin”, ilustran los peticionarios.
“Actualmente se encuentra en un estado ruinoso y al no contar con ningún valor histórico ni arquitectónico lo único que logra es obstruir la vista y el paso de lo que verdaderamente representa el genuino valor histórico para nuestra ciudad, como es el Fuerte Carranza, que conmemora la heroica defensa que nuestro país realizó frente al ataque francés la fragata ‘La Cordeliére’ en el año 1884”.
“Sin la obstrucción de dicha finca, se construiría una glorieta que vendría a ser un atractivo adicional a esta ciudad”, destacan “los firmantes, expresidentes municipales, conocedores de lo que le conviene a la ciudad de Mazatlán”.
“Le pedimos su anuencia y apoyo”: C. Antonio Toledo Corro, exgobernador y expresidente 1981-1986, 1962; Mario Arturo Huerta Sánchez, 1972; Rafael Tirado Canizales, 1975; Raúl Ledón Márquez, 1978; José Luis Tostado Sánchez, 1989; Humberto Rice García, 1990; Martín Gavica Garduño, 1993; Alejandro Camacho Mendoza, 1996; y Ricardo Ramírez González.
La petición al INAH fue el extracto de la carta titulada “Al rescate del Fuerte 31 de marzo”, firmada el 2 de octubre, de 2013, por un exgobernador y nueve expresidentes municipales, al solicitar al Cabildo su aprobación para demoler el edificio, pero se toparon con el Patronato Pro Rescate de la Casa del Marino, capitaneado por Felipe de Jesús Hernández Ascencio, Mario Velásquez Salazar e Iván Hubbard Rentería, quienes atajaron a los “vándalos” del PRIAN.
Artículo publicado el 03 de septiembre de 2023 en la edición 1075 del semanario Ríodoce.