Ordena juez federal en Texas al gobierno estatal retirar una barrera de boyas instalada sobre el Río Bravo en la frontera sur de Estados Unidos, antes del 15 de septiembre.
El magistrado David Ezra, del distrito oeste de Texas, señaló en su fallo que la barrera, de 300 metros de longitud, constituye una “obstrucción a la capacidad navegable” del Río Bravo, y reprendió al gobierno estatal, por no haber solicitado autorización federal antes de instalarla.
“La conducta de Texas perjudica irreparablemente la seguridad pública, la navegación y las operaciones de funcionarios de agencias federales en el Río Grande y sus alrededores”, dijo el juez.
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El fallo también prohíbe a Texas volver a instalar boyas “o cualquier tipo de estructura” sobre el río.
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Durante el juicio, el gobierno de Texas defendió la instalación de las boyas acusando a la Administración demócrata de no defender la frontera sur ante una “invasión”, por lo que dijo haberse visto obligado a tomar medidas por su propia cuenta para “defenderse”.
El juez Ezra rechazó este argumento, asegurando que es “impactante” ya que tener esa potestad daría al gobernador de Texas “más poder que el que tiene el presidente de Estados Unidos”.
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Ezra determinó que el gobierno estatal no entregó “ningún tipo de evidencia creíble de que la barrera de boyas ha reducido significativamente” la migración irregular a través del Río Bravo y que además supone una “amenaza” a la vida de las personas que intentan cruzar la frontera.