Porros UAS, una historia añeja

PORROS. Grupos de choque con charola.

Los grupos de choque de la Universidad Autónoma de Sinaloa han actuado contra opositores desde hace décadas

La agresión que sufrió el pasado jueves un reportero de Ríodoce a manos de trabajadores de la Universidad Autónoma de Sinaloa, durante el segundo informe de labores del rector Jesús Madueña Molina, no es un hecho aislado sino una práctica que se ha venido repitiendo durante años en la Casa Rosalina.

En este último hecho participó personal que portaba uniforme de la UAS, pero también jóvenes vestidos con playeras negras y pantalón de mezclilla, quienes agredieron y amenazaron al reportero, —pese a que portaba una identificación de prensa del evento, emitida por la propia institución educativa—, para impedir que grabara el momento en que era sometido un trabajador de la Universidad que había acudido a manifestarse en la vía pública, en el exterior del Campus Buelna.

Momentos antes, los mismos jóvenes, junto con personal de vigilancia, se abalanzaron sobre un grupo de trabajadores de Mantenimiento y Construcción de la UAS, que realizaba una manifestación pacífica en la vía pública. Les impidieron el acceso, les quitaron a la fuerza unas mantas que llevaban y en las que exigían la entrega de uniformes, y se enfrentaron con ellos a golpes. Al final se informó que uno de los vigilantes fue acuchillado en una pierna por uno de los inconformes, el cual fue detenido.

Un día después, en conferencia de prensa convocada por integrantes del Movimiento Democrático de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), uno de los empleados de Mantenimiento y Construcción de la UAS, que acudió a la protesta, denunció que fue arrojado al piso, golpeado en múltiples ocasiones por el personal de vigilancia, hasta que logró huir.

Explicó que acudieron a manifestarse porque están cansados de las injusticias laborales y para exigir respeto a sus derechos.

“Siento una impotencia, no sé qué hacer, volteamos para todos lados, el Gobierno sabe, los medios saben, ¿Qué más quieren? ¿Que nos maten por reclamar lo que nos pertenece?”, cuestionó.

Los grupos de choque y la disidencia

Los grupos de choque, también conocidos como “porros” de la UAS, han aparecido cada vez que hay manifestaciones o actividades que van en contra de la política oficial de la Universidad.

En marzo pasado, en medio de la discusión por la reforma a la Ley de Educación Superior y de la controversia por la Ley Orgánica, un grupo de maestros, entre los que se encontraban Arturo Nevárez, Antonio Sevilla, Soledad Verdugo, María de los Ángeles Chairez, Carlos Soto y Roberto Martínez, acudieron a Ciudad Universitaria, en esta ciudad de Culiacán, para repartir volantes en los que se señalaba que el rector y directores deben ser electos por estudiantes y maestros, —y que incluía un cartón sobre Héctor Melesio Cuen Ojeda, en el que se denuncia que la mayoría de los funcionarios y docentes son activistas del PAS y han operado con recursos de la UAS las campañas electorales—, fueron agredidos por personal de seguridad y jóvenes vestidos de civiles.

Un video que circuló en redes, muestra el momento en que un joven vestido con playera y gorra negra, y pantalón de mezclilla, sale de CU e intenta quitarle los volantes a uno de los maestros que se encontraba en la vialidad, frente al acceso a la Facultad de Derecho. Posteriormente otra grabación da cuenta de otro joven con características similares, quien amenaza a otro maestro que se encontraba grabando lo que ocurría.

Los manifestantes denunciaron que los “porros” también les quitaron los volantes a algunos alumnos y retiraron otros que habían dejado en los parabrisas de vehículos.

AGRESIONES PREVIO A CONFERENCIA DE CLAUDIA SHEINBAUM.

Otro altercado violento ocurrió el 6 de noviembre de 2022, previo a una conferencia en el Campus Buelna de Claudia Sheinbaum, jefa de gobierno de la Ciudad de México, y aspirante a la candidatura de Morena a la Presidencia de la República, donde personal de seguridad de la UAS arremetió contra un grupo de maestros que había acudido a protestar.

Tal como ocurrió el pasado viernes, sujetos vestidos con camisas color azul, que utiliza personal de la UAS, les impidieron a los manifestantes en el evento de Sheinbaum, colocar una lona, posteriormente se las arrebataron con violencia y se la llevaron. Un maestro identificado como Antonio Chávez fue prácticamente arrastrado por las escalinatas por los vigilantes.

Los grupos de choque de la UAS también han estado presentes en desfiles, movilizaciones, elecciones sindicales, donde hay presencia de opositores a las autoridades universitarias, como ocurrió el 1 de mayo de 2014, cuando un grupo de porros agredió a integrantes del Suntuas Administrativo, que denunciaron presuntos actos de corrupción de Cuen Ojeda. En esa ocasión los sindicalizados y jubilados de la UAS llevaban lonas con las inconformidades, y fueron agredidos por un grupo de jóvenes.

Los agresores les quitaron las lonas, los empujaron y golpearon.

Un año después, en 2015, un guardia de la UAS disparó un arma de fuego dentro de la Facultad de Ciencias Físico-Matemáticas en CU, de esta ciudad, para dispersar a un grupo de alumnos que exigían la liberación de un compañero durante disturbios ocurridos durante el Día del Estudiante.

El incidente ocurrió en uno de los jardines de la facultad, donde fueron localizados dos casquillos y una ojiva calibre .380 milímetros. Estudiantes comentaron que ese día, desde temprana hora los alumnos festejaban lanzándose globos con agua, pero uno de los universitarios tumbó una lámpara de un aula, y fue entonces que elementos de seguridad lo detuvieron, pero el resto de los estudiantes que se encontraba en la zona los rodeó.

A gritos, los alumnos exigieron que liberaran a su compañero y empezaron a discutir con el personal de vigilancia, quienes supuestamente arrojaron gas lacrimógeno. Y cuando la discusión subió de tono, uno de los guardias sacó un arma de fuego y disparó al suelo en dos ocasiones para dispersar a los alumnos.

En un video grabado por los estudiantes, se escuchan las detonaciones y se observa que algunos de los estudiantes se alejan del lugar.

Los “porros” de la UAS también han hecho su aparición en protestas de sindicalizados y jubilados como ocurrió en octubre de 2010, durante manifestaciones en CU y la torre académica, donde hubo agresiones por parte de empleados de la UAS y jóvenes vestidos de civiles.

En ese entonces, trabajadores sindicalizados bloquearon los accesos a Ciudad Universitaria y fueron agredidos por jóvenes.

Durante las elecciones para renovar la dirigencia del Suntuas, donde han participado opositores a las autoridades universitarias también han hecho acto de presencia dichos grupos de choque, quienes han impedido el acceso a disidentes en los lugares donde se realizan las elecciones e incluso se han enfrentado a ellos.

MARTÍN GONZÁLEZ. Gafete de prensa en el pecho.

Personal universitario agrede a reportero de Ríodoce

Ríodoce/ Redacción

Martín González, reportero de Ríodoce fue agredido por trabajadores –porros– universitarios durante el desarrollo de la ceremonia del segundo informe de labores del rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa, Jesús Madueña Molina, el jueves 8 de mayo, horas después del Día de la Libertad de Expresión.

La agresión en contra del comunicador se dio en dos eventos en la torre de Rectoría, ubicada en el bulevar Miguel Tamayo Espinosa de los Monteros, en el Desarrollo Urbano Tres Ríos.

La primera fue alrededor de las once de la mañana afuera del recinto, donde un grupo de trabajadores administrativos que acudió con mantas a manifestarse, fue disuelto por personal de vigilancia de la casa rosalina, luego de un zafarrancho en el que un vigilante resultó herido con arma blanca.

Disuelta la manifestación, un grupo de alrededor de veinte universitarios retuvieron a un trabajador de mantenimiento, acusado de ser el presunto atacante.

En esos momentos el reportero se trasladó hasta donde se encontraban los trabajadores y comenzó a videograbar la escena con su teléfono celular.

“¿Por qué grabas…?”, le gritaron.

El comunicador se identificó como reportero del semanario Ríodoce, además de que de su pecho pendía el gafete que lo acreditaba como “prensa” para la cobertura del evento.

“¿Pa’ qué tomas video?”, le gritó un universitario, al momento en el que de un manotazo le tiraba el teléfono celular.

Al intentar recogerlo el reportero, uno de los participantes se lo arrebató y borró el clip que momentos antes había grabado.

Devuelto el dispositivo, el comunicador volvió a videograbar la escena, apoyado en que ya estaba en el lugar la patrulla 0392 de la policía municipal.

Aun así, intentaron evitar la grabación.

Momentos después, cuando el reportero consideró que ya tenía la información suficiente del zafarrancho y detención del presunto agresor, se adentró en las instalaciones para continuar con la cobertura del informe.

UNO DE LOS AGRESORES.

Pero a medio camino fue interceptado por la misma persona que le tumbó el teléfono celular, quien lo cuestionaba sobre su presencia ahí y conminándolo a que abandonara el recinto.

El comunicador se identificó con el gafete del semanario, lo que no fue suficiente para el supuesto guardia.

“Este es el que estaba grabando afuera”, gritó a un grupo de sus compañeros que estaban cerca.

De inmediato cuatro personas de las que participaron en la reyerta del exterior, rodearon al comunicador y le gritaron improperios a la vez que lo empujaban hacia el arco.

“Salte a la verga…”, vociferaba uno de ellos.

“Vete con tus mitotes para afuera”, gritaba uno más.

Unos instantes después una reportera de Noroeste al ver la agresión procedió a videograbar.

“¿Por qué graba?”, la cuestionó un trabajador.

“Somos prensa”, contestó la reportera, “esto es agresión…”

“No, no es agresión”, respondió el trabajador.

“Deberías grabar también cuando navajean a la verga, también”, decía uno de los agresores.

“A la verga pa’ fuera, loco”, decía un joven vestido de negro.

“También ha de traer navaja, también ha de traer arma… vamos…”, decía uno de los universitarios, al momento que le tiraba el agarrón a la mochila del reportero.

“Cande… Cande…” se escuchó a las espaldas. Era un funcionario de la UAS.

“¿Es prensa el señor?”, preguntó al tal Cande.

“Nos estuvo grabando allá”, dice el que intentaba despojar de su mochila al reportero.

Un momento después, no sin reticencias, el reportero de Ríodoce fue acompañado por el funcionario al interior, quien después dijo llamarse Emir Valdez, apoderado legal de la Universidad Autónoma de Sinaloa.

La disculpa

Arnoldo Valle, encargado de la Comunicación en la Universidad Autónoma de Sinaloa, ofreció una disculpa al reportero a nombre de la institución, sin preguntar siquiera quiénes habían sido los agresores, los cuales se encontraban al exterior del auditorio y bajo un árbol en uno de los camellones del recinto.

Robespierre Lizárraga Otero, abogado de la UAS, envió más tarde un comunicado de prensa donde lamentaba los hechos ocurridos al exterior, donde se escenificó un zafarrancho en el que un vigilante resultó herido con arma blanca.

Y en un párrafo marginal, ofreció su respeto a la libertad de expresión, sin mencionar el caso.

La denuncia

El viernes 9 de mayo el reportero, asesorado por personal del Instituto para la Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, presentó una denuncia de hechos contra quienes resulten responsables por agresión física y verbal, cometida por universitarios durante el desarrollo del segundo informe de labores del rector de la UAS.

José Guadalupe Obeso Espinoza, agente del Ministerio Público, de la Coordinación de Unidad de Atención Temprana y Primer Contacto Región Centro, de la Fiscalía General del Estado, recibió la denuncia en contra de quienes resulten responsables.

La denuncia será turnada al área correspondiente para las investigaciones pertinentes, apoyada con evidencia fotográfica y de video, así como de testigos de la agresión.

Esta agresión activó los mecanismos de protección establecidos para este tipo de casos.

Artículo publicado el 11 de junio de 2023 en la edición 1063 del semanario Ríodoce.

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