Trasplante renal, un escenario desolador

CÉSAR, PACIENTE RENAL. A la espera de un milagro.

El IMSS tiene una lista de al menos 106 pacientes y alrededor de 560 en hemodiálisis, cuyo destino es la muerte si no reciben un riñón a tiempo

Los ojos de César tienen la chispa de la vida. Sus manos se mueven con soltura al mismo tiempo que habla con voz clara y firme. A la edad de Cristo, su complexión es la de un adolescente. Los hematomas resaltan sobre su tez morena y un vendaje en el brazo izquierdo ofrece un esbozo de su condición de paciente con falla renal crónica…

La atmósfera de la vivienda en la que se encuentra es de limpieza. César está tranquilo. A unos metros suyo se encuentra Mónica, la propietaria del inmueble que observa con su mirada de mujer.

“Yo estoy en lista de espera desde 2019… Creo que soy el 850… Actualmente, creo que van en el 700, y todavía seguimos en la lista de espera…” expresa.

El 21 de octubre de 2014, César ingresó a la clínica del Seguro Social de Costa Rica con el cuerpo hinchado. El daño renal crónico irreversible ya presentaba sus síntomas.

Ese día comenzó su historia…

Tras 28 días hospitalizado, al originario de Veracruz le asignaron el hilo del que pende su vida. Tres sesiones de hemodiálisis para purificar su sangre a través de un riñón artificial.

“Es muy difícil darte cuenta de que realmente vas a estar enfermo durante mucho tiempo o por lo que te queda de vida…” comenta.

Aun así, la pulcritud con la que viste el joven es de ganas de vivir. El “super” que cruza su playera es una extensión de su estado de ánimo.

“Trato de ver lo positivo y trato de estar en la mejor disposición. Igual me puede dar un infarto, pero siempre trato de estar feliz”, subraya.

Distante de su lugar de origen, César no está solo. Su talante apacible le ha granjeado la estima de quienes lo rodean. Un círculo de amistades que es “muy padre”.

“…me hablan todos los días. Me mandan mensajes: ‘cómo estás… cómo amaneciste…’ y eso es muy bonito”, presume.

Mónica lo observa desde la distancia con su mirada maternal. Con su sonrisa dibujada en la comisura de sus labios, sin intervenir.César hab

la sin visos de tragedia, consciente de los efectos secundarios de la hemodiálisis. Los asume con tranquilidad. Sus manos no se dejan de mover. El brillo de sus ojos es el reflejo de sus ganas de vivir, sin vanas ilusiones.

“…la hemodiálisis va desgastando el cuerpo… y llega el punto que uno como paciente ya no puede ser candidato a trasplante”.

Lista de espera

A nivel nacional, el Centro Nacional de Trasplantes reporta que hay una lista de 20 mil 546 pacientes a la espera de un órgano: 16 mil 234 un riñón, 4 mil 043 una córnea, 212 un hígado y 40 un corazón.

A esta misma fecha, el reporte de trasplantes es de 1 mil 330 córneas, 1 mil 139 de riñón, 122 de hígado y 12 de corazón.

Previo a la pandemia del covid-19, en Sinaloa se dejaron de hacer trasplantes de órganos al igual que en el país y el resto del mundo.

En los últimos tres años solo se han realizado 27 trasplantes en el estado, según las estadísticas del Cenatra, todos en el IMSS.

En 2020, un riñón; en 2021, cuatro riñones; en 2022, seis córneas y 12 riñones, y en el primer trimestre de 2023, cuatro riñones.

En los últimos nueve años previos a la pandemia del SARS-Cov-2, se realizaron 182 trasplantes renales.

Futuro desolador

Jorge Salazar Zambada, coordinador de cirugía del programa de trasplantes del IMSS, dio a conocer que el instituto en Sinaloa tiene al menos 106 pacientes que ya han completado el protocolo y están a la espera de un riñón, ya sea de un donador vivo o cadavérico.

El Instituto Mexicano del Seguro Social tiene registrados a alrededor de 800 pacientes con falla renal, de los cuales el 70 por ciento recibe hemodiálisis y entre el 20-30 por ciento, diálisis peritoneal.

Los pacientes con fallas renales deben someterse a tres sesiones semanales de entre 60 y 100 minutos cada una, mientras que esperan la donación de un riñón.

De acuerdo con un estudio del Hospital General de México, el 50 por ciento de los pacientes en hemodiálisis fallece a los cinco años, porque esta terapia los mantiene vivos, pero también tiene sus consecuencias.

“La máquina tiene muchos efectos adversos… La gran mayoría de la gente que está en hemodiálisis va a fallecer. No va a recibir un riñón… tristemente”, lamentó.

A nivel nacional ingresan anualmente alrededor de 3 mil 500 pacientes con daño renal a la lista de espera, que, calculó, aunque se realicen 2 mil 800 trasplantes de riñón al año no se superarían los ingresos.

El costo de un trasplante de riñón en el IMSS es de alrededor de 500 mil pesos, el cual se “empata” con el costo de sesiones de hemodiálisis a un paciente por 18 meses, con la diferencia que la expectativa del trasplantado es mucho mayor.

En Sinaloa, dijo, solo se hace trasplante de riñón y córneas.

El Cetra

Arturo Aguilar Montoya, encargado de trasplantes de gobierno del estado, reconoció que en este sector no se está haciendo ningún tipo de trasplantes, aunque ya se “cocina” un Centro Estatal de Trasplantes.

“Nuestra función es volverlos a reactivar (los trasplantes). Es una forma mucho mejor, con sustento, y estamos haciendo todos los trámites necesarios para crear por fin, en el estado, el Cetra”, ofreció.

Artículo publicado el 04 de junio de 2023 en la edición 1062 del semanario Ríodoce.

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