Édgar Valdez Villarreal podría testificar en juicio contra Genaro García Luna
Édgar Valdez Villarreal, la Barbie, uno de los principales operadores de Arturo Beltrán Leyva, el Barbas, durante la guerra contra el Cártel de Sinaloa, en 2008, habría llegado a una serie de acuerdos con la fiscalía estadounidense a cambio de una reducción de su condena, por lo que desde el pasado mes de julio fue removido del sistema federal de prisiones de Estados Unidos para integrarse al programa de testigos protegidos.
De acuerdo a fuentes extraoficiales de Ríodoce, la Barbie acordó testificar en contra de narcotraficantes y exfuncionarios públicos mexicanos que están en poder de Estados Unidos por sus nexos con organizaciones del narcotráfico, incluyendo futuras extradiciones de narcos y políticos con quien Valdez Villarreal interactuó o llegó a entregar dinero.
“Se habla de funcionarios de alto nivel, pero también de narcos que aún no están en poder de Estados Unidos”, precisaron las fuentes.
“Ese acuerdo provocó que la Barbie ya no aparezca en la base de datos del Sistema de Prisiones Federales de Estados Unidos, lo cual no significa que esa persona haya sido puesta en libertad sin cumplir con su sentencia, sino que, momentáneamente, no está en nuestro poder, ya sea porque fueron llevados para testificar en alguna corte o porque están recibiendo tratamiento médico o por muchas otras razones que por motivos de seguridad no podemos revelar”, explicaron voceros del Departamento de Prisiones de Estados Unidos.
Mike Vigil, exagente encubierto de la DEA en México, reveló que aun cuando Valdez Villarreal fue detenido después que concluyó su estancia como investigador en México, él siguió muy de cerca las indagaciones en su contra, pues en la corporación ya se sabía de este ciudadano estadounidense que podía hablar inglés y español con fluidez, y quien se habría integrado a grupos del crimen organizado mexicano.
“En aquel entonces, el reporte de inteligencia de la DEA precisaba que la Barbie venía de Laredo, Texas, y que había comenzado a traficar mariguana de Tamaulipas a Memphis, Tennessee, pero cuando se enteró que iban a capturarlo se fue a Nuevo Laredo, y comenzó a trabajar con un capo del Golfo”, explicó.
Agregó que los “Zetas mataron a su patrón, y la Barbie que andaba a salto de mata, fue contactado por Arturo Beltrán Leyva, quien necesitaba a alguien bilingüe, y lo delegó para que hiciera la guerra en contra de los Zetas en Nuevo Laredo, y lo puso a cargo de la plaza de Acapulco, desde donde coordinó el envió de mariguana y cocaína a Estados Unidos; y ahí fue donde ganó notoriedad”.
Pero justo cuando el Barbas tenía todo el poder y Valdez Villarreal iba en ascenso total, elementos de fuerzas especiales de la Armada de México asesinaron a tiros a Arturo Beltrán Leyva el 16 de diciembre de 2009, quedando la Barbie desprotegido.
“Lo que pasó es que, cuando Arturo Beltrán se estaba enfrentando con la Marina, llamó a la Barbie para que, como su lugarteniente, le enviara a todos sus sicarios para que lo rescataran, pero Valdez Villarreal nunca le mandó el apoyo sino que le dijo que se rindiera, y esa negación hizo que la familia del Barbas le tuviera rabia a la Barbie, por lo que decidieron eliminarlo, pero justo cuando estaban cerca de encontrarlo, la Policía Federal lo arrestó”, detalló Vigil.
Según agentes federales que participaron en el arresto de la Barbie, el lugar de la detención es el rancho donde el capo sostenía reuniones con altos funcionarios de la Policía Federal para discutir temas de trasiego de drogas y protección.
“Nosotros nos quedábamos afuera del rancho porque los jefes eran quienes entraban y allá se miraban con la Barbie, que los recibía con dinero, comida, mujeres y música, por eso nos extrañó que días después nos mandaran al mismo domicilio para arrestar al narcotraficante”, dijo un policía federal, quien habló con la condición que no se revelara su nombre.
Ahora, con la Barbie dispuesto a colaborar con Estados Unidos, muchos de esos nombres podrían salir a la luz pública, incluyendo nombres de los más altos funcionarios de gobierno con quienes interactuó y que se cree, formaron parte del gabinete del expresidente Felipe Calderón Hinojosa.
“Esto es lo que puedo decir: la Barbie debe tener mucha información sobre muchos funcionarios y narcos que estuvieron ligados al Cártel de Sinaloa, ¿y por qué digo esto? Simplemente porque era el principal lugarteniente de Arturo Beltrán y es un hecho que él estuvo enterado de todo lo que hacía su jefe”, agregó Vigil.
Una vez que Valdez Villarreal se integró al programa de Testigos Protegidos en Estados Unidos, lo que sigue es enfrentar dos posibles destinos: su reubicación en otra prisión con otro nombre y donde no tendría mucha interacción con los otros presos, o dependiendo del nivel de información que tenga en su poder y que esté dispuesto a testificar, podría ser llevado a una casa de seguridad donde portaría un brazalete en su tobillo con GPS, y donde estaría limitado a un radio de 50 metros a la redonda que no podría abandonar. Al mismo tiempo sería monitoreado por los US Marshals.
Aunque la Fiscalía General de la República (FGR) no ha emitido comunicado alguno precisando las acusaciones que la Barbie enfrenta en México, el presidente Andrés Manuel López Obrador ya manifestó su inquietud sobre su paradero.
“El gobierno de Estados Unidos debe de precisar dónde está esta persona y es una respuesta que seguimos esperando”, dijo el presidente durante una de sus conferencias mañaneras.
Horas después, el canciller Marcelo Ebrard notificó que Estados Unidos ya les había informado que la Barbie seguía en custodia, pero que confirmarían que realmente así fuera.
Valdez Villarreal, quien nació en Laredo, Texas, pero tiene orígenes mexicanos, fue arrestado por la Policía Federal el 30 de agosto de 2010, en una casa de campo ubicada en el Desierto de los Leones, cerca de Santa Fe, en la Ciudad de México, y fue recluido en el penal del Altiplano.
Entre las acusaciones en su contra por parte del gobierno mexicano se encontraban narcotráfico y homicidio.
En septiembre de 2011, Édgar Valdez Villareal inició una huelga de hambre en protesta por la supuesta forma en la que era tratado en el penal y denunció las condiciones en las que se encontraba, confinado en una pequeña celda y sin oportunidades de ejercitarse.
Dos años después de su detención, el 27 de noviembre de 2012, con ayuda de su abogado, entregó al diario Reforma una carta en la que acusó al expresidente Felipe Calderón Hinojosa, de tener presuntos nexos con el narco.
“Niego categóricamente los señalamientos y manifestaciones que refieren los elementos aprehensores respecto a la forma de cómo fue mi detención; y que la verdad de los hechos es la siguiente: mi detención fue el resultado de una persecución política por parte del C. Felipe Calderón Hinojosa, quien instauró un acosamiento en contra de mi persona”, señala la misiva.
La Barbie señaló que el acoso de Calderón se debió a que se negó a formar parte de un acuerdo de “todos los grupos de la delincuencia organizada, para lo cual él personalmente realizó varias juntas para tener pláticas con grupos de la delincuencia organizada”.
El capo mencionó que posteriormente supuestamente por órdenes de Calderón se realizaron diversas juntas entre el general Mario Arturo Acosta Chaparro y Juan Camilo Mouriño, entonces secretario de Gobernación, con dos de los jefes del cártel de la Familia Michoacana.
La Barbie también dijo que el general Acosta Chaparro se entrevistó en Matamoros con Heriberto Lazcano y Miguel Ángel Treviño el Z-40, y después con Arturo Beltrán Leyva y Joaquín el Chapo Guzmán, entonces líder del Cártel de Sinaloa.
Valdez Villarreal afirmó que el objetivo de Calderón era llegar a una especie de acuerdo con todos los cárteles, pero “al no haber respuesta de mi parte y no querer tener nexos con ninguna de las organizaciones criminales, se instauró en mi contra una persecución aguda, al grado de haberme cateado varios domicilios sin una orden legal para ello y de los cuales me robaron dinero, alhajas, automóviles, así como diversas pertenencias”.
Luego de la polémica misiva, cuyo contenido fue negado por Calderón, la Barbie fue finalmente extraditado al Distrito Norte de Georgia, en septiembre de 2015, donde enfrentó cargos relacionados con tráfico de drogas y lavado de dinero.
Luego de un juicio de un año, Valdez Villarreal se declaró culpable de los delitos que le achacaban, y en junio de 2018 fue sentenciado a 49 años y un mes de prisión, además que se le decomisarían 192 millones de dólares, es decir casi 4 mil millones de pesos mexicanos.
Con la salida de la Barbie de Sistema de Prisiones de EU, el capo se une a la larga lista de narcotraficantes a quienes el gobierno estadounidense ha decomisado millones de dólares, incluyendo el Chapo Guzmán, quien habría dado órdenes de cambiar toda propiedad que tuvieran sus familiares a nombre de testaferros anónimos. Además de Vicente Zambada Niebla, Rodrigo Aréchiga Gamboa, Benjamín Arellano Félix, Serafín Zambada Ortiz, entre otros.
En Estados Unidos se espera que Valdez Villarreal testifique durante el juicio contra el exSecretario de Seguridad Pública Federal, Genaro García Luna, que iniciará en enero, y a quien señaló de haber recibido de él dinero, así como “del narcotráfico y la delincuencia organizada, al igual que un grupo selecto integrado por Armando Espinosa de Benito, quien trabajaba con la DEA y me pasaba información”.
También mencionó en lista de funcionarios que recibían dinero del narco a Luis Cárdenas Palomino, Edgar Eusebio Millán Gómez, Francisco Javier Garza Palacios (PF Colombia), Igor Labastida Calderón, Facundo Rosas Rosas, Ramón Eduardo Pequeño García y Gerardo Garay Cadena.
Ríodoce intentó comunicarse con parte de la defensa de Valdez Villarreal para conocer su postura sobre la decisión de su cliente, de integrarse al programa de testigos protegidos y ya no encontrarse en poder de la Oficina de Prisiones Federales de Estados Unidos, pero hasta el cierre de esta edición, no habían respondido ni llamadas ni mensajes.
Artículo publicado el 04 de diciembre de 2022 en la edición 1036 del semanario Ríodoce.