Casi todas las bandas del narcotráfico tienen bases en la capital: analistas
Luego de la detención de los presuntos pistoleros de los Chapitos en la Ciudad de México, lo primero que llamó la atención de los policías que los detuvieron fueron unas placas de policía que los sicarios portaban, y donde podían observarse las insignias de un Ratón.
“Se hacían pasar por policías y las placas eran muy buenas, pero en lugar del sello policial estaba la figura de un ratón, y en otras la figura del Chapo, lo que nos hizo concluir que estábamos frente a pistoleros del cártel de los Chapitos”, observó uno de los policías que participó en el operativo de detención, y quien sólo quiso ser identificado con el alias de “Pedro”.
Luego del seguimiento a un secuestro, según se informó, la policía capitalina arribó a un domicilio de Topilejo donde se dio un enfrentamiento con una célula criminal, que arrojó 14 detenidos, un agente herido y cuatro personas liberadas que habían sido secuestradas.
La presencia de los Chapitos en la Ciudad de México es producto de una evolución que viene, al menos, desde 1989 en donde las diferentes facciones del Cártel de Sinaloa se han asentado en esa región. Y la prueba más tangible es que ahí han arrestado a capos como Arturo Guzmán Loera el Pollo, detenido en 2001; a Sandra Ávila Beltrán, apresada en 2007, a Reinaldo Rey Zambada, en 2008, y a Vicente Zambada Niebla, en 2009.
Según analistas de seguridad, todos ellos eran capos de alto perfil del Cártel de Sinaloa, pues mientras el Pollo fungía como el principal operador del Chapo, Guzmán después de su arresto en Guatemala, en 1993, Sandra Ávila Beltrán era uno de los puentes entre los hermanos Beltrán Leyva e Ismael el Mayo Zambada y el cártel del Valle del Norte de Colombia; mientras que el Rey Zambada estaba al frente de todo lo que llegaba al aeropuerto internacional de la Ciudad de México. Tras su detención, quien coordinó el trasiego de droga fue el Vicentillo.
Mike Vigil, ex jefe de operaciones especiales de la DEA en México, consideró que el Cártel de Sinaloa y los grupos que lo componen, están operando en la capital del país desde los arrestos de Miguel Félix Gallardo, Rafael Caro Quintero y Ernesto Don Neto Fonseca, cuando los narcos que los secundaban empezaron a reunirse en la Ciudad de México para reorganizarse, y vieron esa metrópoli como un “buen lugar” para hacer operaciones.
Esos habrían sido los inicios del Cártel de Sinaloa en Ciudad de México, que en aquel tiempo estaba conformada por Juan José Moreno Esparragoza el Azul, los hermanos Beltrán Leyva, Joaquín el Chapo Guzmán, Héctor el Güero Palma, Amado Carrillo Fuentes e Ismael el Mayo Zambada.
“Así empezaron a operar, pero cuando esos capos cayeron, sus hijos heredaron el negocio, como fue el caso de los Chapitos, que se quedaron con toda la estructura criminal del papá, aunque éstos han desarrollado aún más poder, porque para cuando ellos se hicieron cargo ya no estaban los Beltrán Leyva, ni el Azul, ni el Güero Palma, mientras que los Zambada han seguido debilitándose, lo que hace que los hijos del Chapo tengan más poder”, observó Vigil.
No obstante, recalca Vigil, ha habido otros grupos que han intentado llegar a Ciudad de México, pero no han tenido suerte, a excepción del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), que sí logró entrar a la Ciudad de México y hacer negocio con los grupos criminales que operan en la zona. Pero eso ha provocado roces con la gente del Cártel de Sinaloa.
Esa observación fue recalcada por un locatario de Tepito, cercano al grupo La Unión, pero observó que quienes operan en esa zona y en varias partes de la Ciudad de México es ciertamente La Unión, pero quienes los surten son el CJNG y el Cártel de Sinaloa.
“Tiene años que ha sido así, pero las cosas están cambiando y aquí todos sabemos que los de Sinaloa se quieren meter de lleno y quedarse con todo el territorio”, dijo el locatario entrevistado.
En febrero de este 2021, Omar García Harfuch, secretario de Seguridad Ciudadana de Ciudad de México, reconoció que el Cártel de Sinaloa intentaba entrar a las zonas de Tepito, Tlalpan, y enumeró una serie de eventos de seguridad en aumento a partir de los primeros meses de ese año.
“Se han registrado dos detenciones de personas vinculadas al Cártel de Sinaloa, pero en diciembre tuvimos otras cuatro y en enero de 2022 tuvimos dos aseguramientos muy importantes de droga, donde los imputados también tenían vínculos con grupos del norte del país”, declaró García Harfuch.
Un agente de la Secretaría de Seguridad Ciudadana que participó en el arresto de los 10 pistoleros de los Chapitos, el miércoles de la semana pasada, confirmó que ellos ya tenían conocimiento que operadores de los hijos del Chapo ya estaban en la región.
“Todo se sabe en el bajo mundo, y ya teníamos rato escuchando, pero no hacíamos nada porque hay acuerdos, pero esa célula (que arrestaron el pasado 12 de julio) empezó a secuestrar y a extorsionar, y ahí fue cuando las cosas cambiaron”, dijo el policía.
De acuerdo a las primeras indagaciones, seis de los detenidos son de Sinaloa, y fueron identificados como Juan “R”, Jorge “F”, Jesús “S”, Eduardo “G”, Eliobardo “C” y Jesús “S”, y según sus declaraciones si son parte de los Chapitos, y tenían apenas dos meses operando en la región.
García Harfuch, dijo que ellos ya sabían de esa célula gracias a reportes en redes sociales que señalaban la presencia de hombres armados, pero que tomaron cartas en el asunto cuando se reportó el secuestro de una persona, el 25 de junio pasado, supuestamente un puchador local.
Según trascendió, varios civiles encapuchados con armas largas lo obligaron a subir a una camioneta y se lo llevaron con rumbo desconocido, lo que provocó que se alertaran los protocolos de seguridad, y así fue como las fuerzas del orden llegaron al poblado de Topilejo en la alcaldía de Tlalpan, donde supuestamente tenían secuestrado al puchador, y donde se daría el enfrentamiento.
Los 10 presuntos integrantes del grupo de Los Chapitos, fueron vinculados a proceso por delitos contra la salud, secuestro, tentativa de homicidio, posesión de armas en modalidad de acopio, posesión de cartuchos, así como portación de cargadores, cohecho y asociación delictuosa, por lo que permanecerán presos en el penal varonil de Santa Martha Acatitla.
Artículo publicado el 17 de julio de 2022 en la edición 1016 del semanario Ríodoce.
