El periodista sinaloense fue encontrado asesinado el pasado 5 de mayo en esta ciudad de Culiacán
“Todo se inició con una simple llamada”, dice el Ministerio Público. Se refiere a la llamada que supuestamente hizo Brisya Carolina a su pareja J.E.G.G. y que derivó en el asesinato del periodista Luis Enrique Ramírez Ramos.
La madrugada del pasado 4 de mayo, el columnista de El Debate y fundador de Fuentes Fidedignas, presuntamente movía la reja, gritaba e intentaba entrar a la casa de Brisya. Y ella llamó a su esposo, en Pueblos Unidos, quien presuntamente mandó a las personas que privaron de la libertad al periodista, encontrado muerto un día después.
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La semana pasada Brysia acudió al Centro de Justicia Penal para escuchar la imputación por el delito de encubrimiento por favorecimiento, ya que según la FGE obstaculizó la justicia ocultando evidencia y facilitó la huida de los responsables del homicidio.
En la audiencia la Fiscalía dio a conocer los testimonios de testigos, peritos y agentes investigadores.
De acuerdo con la FGE, alrededor de las 1:50 horas del 4 de mayo, el periodista dijo a su mamá que saldría a ver a un amigo a la otra calle, ahí en la colonia Morelos, en esta ciudad de Culiacán y luego regresaría.
Entre 20 y 30 minutos después la mamá le marcó a Luis Enrique y el columnista le dijo que ya volvería, que estaba “con la señora, afuera de su casa” y que no se preocupara.
Minutos después la mamá escuchó balazos y volvió a marcarle a su hijo, pero ya no contestó.
En una entrevista Ministerial, Brisya dijo que alrededor de las 2:00 horas escuchó ruido afuera de su casa en la calle Río Acaponeta, y vio que un hombre movía el barandal fuerte y gritaba “ábreme la puerta”, luego se metió al porche y empezó a gritar “abre la ventana o voy a tumbar la puerta”.
Brisya marcó a su esposo, identificado como J.E.G.G. a las 2:04 horas y éste le dijo que llamara al 911. La mujer hizo la llamada que fue recibida en el Centro de Emergencias y Reacción Inmediata a las 2:05 horas y reportó que un hombre quería entrar a su casa. “Me quiere tumbar el barandal, como que se quiere meter a la casa o no sé que quiera”, dijo al radio operador, quien tomó los datos y envió a una patrulla.
Antes de que llegara la patrulla, llegó un automóvil del que bajaron al menos dos hombres y golpearon a Luis Enrique.
Testigos que se encontraban por la calle Río Acaponeta en un vehículo, refieren que frente al expendio de cerveza, vieron cuando un hombre le disparó a otro a las piernas “como si disparara hacia el piso”.
Al ver que disparaban, los testigos dieron reversa y se fueron por la avenida Guadalupe Victoria, rumbo al bulevar Zapata.
Una persona más dijo que escuchó balazos y gritos de un hombre que pedía lo dejaran esconderse y al asomarse por la ventana vio a una persona que corría cojeando mientras cruzaba la calle.
Otros testigos señalan que escucharon disparos y que alguien pedía auxilio y otro decía “súbete, súbete”. Uno de los testigos dijo que sobre la calle Río Lerma, escuchó que una persona gritaba “perdón, perdón” y luego vio cuando lo subieron a la cajuela de un carro y se fueron rumbo a la calle Río Aguanaval.
Los testimonios señalan que todo ocurrió entre las 2:00 y las 2:30 horas. Según la FGE, el hombre al que los testigos vieron que le dispararon, que pedía auxilio y perdón y que vieron correr, era Luis Enrique.
Después de que se llevaron al periodista llegaron los policías, pero ya no encontraron nada.
Mientras agredían a Luis Enrique, en su casa, su mamá le habló a sus otros hijos. Los familiares fueron al domicilio y empezaron a buscarlo y se encontraron con agentes a bordo de una patrulla de la Policía Municipal, quienes les dijeron habían acudido a atender un reporte de una persona que se quería meter a los domicilios.
Los familiares no lo encontraron hasta el día siguiente en las instalaciones del servicio médico forense.
Luis Enrique fue hallado asesinado a las 10:42 horas del 5 de mayo, en un camino que conduce de la carretera Internacional México 15 al ejido El Ranchito. El cadáver estaba encintado y emplayado con un plástico negro.
El médico forense dictaminó que murió a consecuencia de traumatismo craneoencefálico producido por golpes y presentaba un disparo en una pierna.
En la calle Río Acaponeta, entre Guadalupe Victoria y Río Lerma, frente al expendio, los peritos localizaron una sandalia, un celular y manchas de sangre de Luis Enrique y dos casquillos calibre 9 milímetros. Y sobre la calle Río Lerma, donde presuntamente lo subieron al vehículo, también había rastros de sangre.
Tras la agresión, Brisya dejó su casa y el 7 de mayo agentes investigadores la localizaron en otro domicilio para entrevistarla sobre lo que había sucedido debido a que ella fue quien reportó a un hombre por allanamiento de morada.
La joven narró lo que había pasado y dijo que le habló a su esposo y luego por sugerencia de éste marco al 911.
Los agentes le pidieron el número de celular de su pareja al que le había marcado ese día y dio uno que resultó que lo habían registrado el 6 de mayo, dos días después de los hechos.
La mujer dijo que el celular desde el que ella le había marcado a su pareja ya no lo tenía porque alrededor de las 15:00 horas del 4 de mayo tuvo un accidente y lo perdió.
En las investigaciones, con tres órdenes judiciales, los agentes obtuvieron los registros de las llamadas del celular de Brisya y de J.E.G.G.
En los registros aparecen las llamadas que se hicieron y recibieron, los números, la hora y la ubicación de la antena que dio servicio.
Los agentes establecieron que el 4 de mayo, después de la hora en la que la joven dijo haber perdido el celular, el aparato tuvo actividad.
Según la Fiscalía, Brisya hizo varias llamadas a su pareja, una de ellas a las 16:05 horas, a ella le dio servicio la antena ubicada en bulevar Jesús Kumate junto al motel Paradise y a él la que se encuentra en la comunidad de Pueblos Unidos, en la sindicatura de Emiliano Zapata; más tarde a él le dio servicio la antena localizada entre Oso Viejo y Oso Nuevo, en Quilá.
A las 21:52 horas hay otra llamada y a ambos les dio servicio la antena de Pueblos Unidos.
El Ministerio Público, Isaac Aguayo, dijo que los registros acreditan que ella no dijo la verdad sobre su teléfono y permiten suponer que ambos se reunieron la noche del 4 de mayo en Pueblos Unidos.
Podemos suponer que se reunieron y a partir de ahí hubo un acuerdo para ocultar pruebas, señaló.
Mencionó que con el celular que ella dijo haber perdido se pudieron haber obtenido las comunicaciones que tuvo con su pareja el día de la privación de la libertad e información para identificar a los responsables.
Al ocultar o desaparecer el aparato y dar un número que no traía su pareja, indicó, obstaculizó la justicia.
Además, detalló, no permitió que los agentes ingresaran a su domicilio por lo que tuvieron que hacerlo con una orden de cateo.
“La agresión empezó afuera de la casa de la indiciada. Ella se dio cuenta de lo que pasaba al exterior de su domicilio”, manifestó.
Su pareja, reveló, ordenó la privación de la libertad de la víctima.
El Ministerio Público, Fernando García, dijo que “todo se inició con una simple llamada”.
Como medida cautelar el juez Adán Alberto Salazar Gastélum dictó la prisión preventiva.
El juez explicó que de estar en libertad existe el riesgo de que intente obstaculizar la justicia influyendo en los testigos pues son sus vecinos.
El hecho que se le imputa, manifestó, ya tiene que ver con obstaculización de la justicia.
Manifestó que además hay riesgo para la integridad de testigos y víctimas indirectas, ya que son vecinos y el hecho por el que está imputada deriva de un homicidio.
El tercer implicado
En el homicidio de Luis Enrique Ramírez Ramos hay un tercer involucrado que ya está identificado por la FGE.
En el expediente aparece como S.R.V.V. y tiene orden de aprehensión por homicidio.
La FGE también obtuvo los registros de llamadas entre J.E.G.G. y S.R.V.V. del 4 de mayo.
Los registros de las llamadas indican que tras hablar con su esposa, J.E.G.G. se comunicó con S.R.V.V.
Una llamada fue a las 2:05, otra a las 2:10 y una más a las 2:12, en las tres a J.E.G.G. le dio servicio la antena de Pueblos Unidos y a S.R.V.V. la ubicada en la colonia Antonio Nakayama, en Culiacán.
A las 2:20 y 2:24 hay otras dos llamadas, en la que a S.R.V.V. dio servicio la antena de la colonia Industrial Bravo, ubicada en la zona donde Luis Enrique fue privado de la libertad; y a J.E.G.G. la de Pueblos Unidos.
A las 3:09 horas, registran una llamada más, ambos números con servicio de la antena ubicada en El Salado; y a las 3:27 otra llamada que registró la antena de Tabalá.
Según la FGE, S.R.V.V., fue quien privó de la libertad a Luis Enrique por órdenes de J.E.G.G.
El pasado sábado Brisya Carolina fue vinculada a proceso penal por el delito de encubrimiento por favorecimiento en el homicidio del periodista.
Tras ocho horas de audiencia, esta tarde el juez Adán Alberto Salazar Gastélum señaló que hay indicios razonables para presumir que cometió el delito.
El juez la vinculó a proceso solo por ocultar el teléfono por que la FGE no presentó datos de prueba de que dio un número falso.
La defensa dijo al juez que a ella le aplicaba una excluyente contemplada en el Código Penal y no podía ser acusada por el delito de encubrimiento debido a que es concubina de uno de los presuntos responsables del homicidio.
El juez indicó que el Código sí la excluye de una sanción por el concubinato pero eso se resuelve en otra etapa.
Artículo publicado el 17 de julio de 2022 en la edición 1016 del semanario Ríodoce.