El ‘Mayito Gordo’ cerca de la libertad

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El hijo del Mayo Zambada podría abandonar la cárcel en 2023

El próximo año, Ismael Zambada Imperial, el Mayito Gordo, hijo de Ismael el Mayo Zambada, obtendrá su libertad en Estados Unidos.

La semana pasada fue sentenciado a nueve años de prisión en la Corte Federal del Distrito Sur de California por importar y distribuir metanfetamina, cocaína y mariguana a Estados Unidos.

El Mayito Gordo fue detenido el 12 de noviembre del 2014 en El Ranchito de los Burgos, en la sindicatura de El Salado, en Culiacán y el cómputo para la condena será a partir de esa fecha.

El narcotraficante continuará su reclusión en el Centro de Detención Metropolitano de San Diego y no se aclaró si sería trasladado a otra prisión para cumplir el resto del tiempo acordado.

Tras su captura en Culiacán fue recluido en el penal de Puente Grande, Jalisco; y en diciembre de 2019 extraditado a Estados Unidos.

El Mayito será el segundo de los hijos del Mayo que obtiene su libertad. Su hermano Serafín Zambada Ortiz, el Sera, fue detenido en el cruce fronterizo de Nogales en 2013 y sentenciado a 66 meses, pero obtuvo su libertad 58 meses después debido a que le concedieron la libertad por buena conducta.

Su hermano Vicente Zambada Niebla, el Vicentillo, fue detenido en 2009 y extraditado, y en 2019 sentenciado a 15 años de prisión.

Su hermano Ismael Zambada Sicairos, el Mayito Flaco, nunca ha sido detenido, pero en febrero de este año la DEA lo incluyó en la lista de los más buscados.

Las acusaciones de EU

La acusación del Departamento de Justicia estadounidense por la que fue sentenciado, señala que Zambada Imperial conspiró para transportar la droga, además de lavar y transferir las ganancias del narcotráfico hacia México, “en beneficio de los miembros del Cártel de Sinaloa y de sus asociados”.

En la misma acusación aparecen su padre, así como Ismael Zambada Sicairos, alias Mayito Flaco; e Iván Archivaldo Guzmán Salazar, hijo de Joaquín Guzmán Loera, el Chapo, todos ellos prófugos de la justicia.

La investigación empezó en 2011 en National City y Chula Vista y se convirtió en una investigación masiva internacional y multiestatal, en la que se lograron decenas de arrestos e incautaciones de mil 397 kilos de metanfetamina, 2 mil 214 kilos de cocaína, 17 toneladas de mariguana, 95 kilos de heroína y 27 millones de dólares.

El 30 de abril de 2021, Zambada Imperial se declaró culpable de importar y distribuir metanfetamina, cocaína y mariguana a Estados Unidos y acordó entregarle 5 millones de dólares al gobierno estadounidense.

Cuando el juez federal Dana Sabraw le leyó al Mayito Gordo cada una de las acusaciones en su contra y le preguntó cómo se declaraba, Zambada Imperial respondió en español: “culpable”.

En su acuerdo, los fiscales federales piden el juez que se considerara el tiempo que había estado bajo custodia de las autoridades mexicanas y dejaran de acusarlo de lavado de dinero, ya que, hasta ese momento, llevaba casi siete años preso, tanto en México, como en California.

Sin embargo, el juez Sabraw advirtió que dada la gravedad de los delitos se enfrentaba a una pena máxima de cadena perpetua y que eso quedaría a discreción de la Corte.

Zambada Imperial aceptó “que ordenó actos violentos como miembro del Cártel de Sinaloa, en beneficio de actividades de contrabando de narcóticos”, según lo mencionó el magistrado.

“Usted admite que se convirtió en un líder dentro del Cártel de Sinaloa y fue responsable de varios aspectos de las operaciones del cártel, específicamente usted admite en el acuerdo (de culpabilidad) que coordinó y organizó con otros miembros del Cártel de Sinaloa el transporte y la distribución de grandes cantidades de sustancias ilícitas, incluyendo cocaína, heroína y mariguana para su importación de México a Estados Unidos”, dijo el juez.

En México, en agosto de 2017 fue sentenciado a 10 años ocho meses de prisión por el delito de portación de arma de fuego de uso exclusivo, con las agravantes de portar dos o más armas y portación en grupo de tres o más personas.

En 2019 un Tribunal Colegiado resolvió que no podían sancionarse las dos agravantes juntas porque la segunda técnicamente ya comprende lo relativo a la portación de dos o más arma de fuego.

El Tribunal dejó sin efecto la condena y ordenó al juez de la causa dictar una nueva que debía ser menor debido a que la acusación ya no tenía una agravante.

El Mayito fue detenido por elementos de la Marina con otras personas identificadas como Noé Francisco, Ramón y Esteban.

A ellos les aseguraron cuatro fusiles AK 47, una pistola calibre 9 milímetros, un envoltorio con mariguana y uno con “cristal”.

En la camioneta en la que viajaban aseguraron cuatro armas cortas y un fusil en el asiento; y en una caja de plástico 46 cargadores para calibre 7.62×39 milímetros, 11 cargadores para calibre 5.56, cinco cargadores para pistolas, un casco tipo militar y 2 mil 107 cartuchos.

En su declaración, Zambada Imperial dijo que se encontraba en la casa de sus abuelos cuando se percató de la presencia de helicópteros de la Marina por lo que decidió salir en una cuatrimoto y se dirigió hacia otro poblado donde abandonó el vehículo y caminó por entre el monte durante alrededor de tres horas.

Después se escondió en un arroyo y volvió a caminar hasta llegar a una escuela donde había albañiles y se metió a una aula para aparentar que estaba trabajando con ellos.

Los marinos llegaron a la escuela y ahí lo detuvieron y, según su declaración, fue torturado y luego lo trasladaron en un avión a la Ciudad de México.

La versión de los agentes señala que realizaban un operativo en la zona cuando desde un helicóptero observaron que de un inmueble salió una camioneta con hombres armados y elementos que se encontraban en tierra los detuvieron.

Según los marinos el Mayito presentó licencias de automovilista y motociclista con nombres falsos, y después les dio su nombre verdadero y refirió que era hijo del Mayo.

Supuestamente les ofreció dinero y carros de lujo para que lo dejaran en libertad pero quedó detenido y trasladado a la Ciudad de México y posteriormente recluido en Puente Grande, Jalisco, de donde fue extraditado.

Artículo publicado el 26 de junio de 2022 en la edición 1013 del semanario Ríodoce.

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