El gobernador Quirino Ordaz Coppel mostró desde el inicio de su gestión (2017-2021) hacia donde estaban fijados sus intereses.

A lo largo de casi cinco años, capitalizó el beneficio directo de la marca Mazatlán.

El empresario hotelero que está a escasas dos semanas de concluir su mandato, declaró en el puerto que ha cumplido con su misión.

“Me voy muy satisfecho de mi gobierno, con la “misión cumplida; no prometí mucho en campaña y se hicieron grandes obras; no endeudamos al estado y se invirtieron 25 mil millones de pesos en poco tiempo; no dejo problemas”, sostuvo el pasado 9 de octubre durante una gira de trabajo.

A obras no pedidas, “culpa” manifiesta

Si bien cumplió con algunas promesas, también es cierto que hizo grandes inversiones en obras que nadie le pidió, y que fueron cuestionadas tanto por su costo, como por la falta de transparencia con la que se administraron, siempre dejando un halo de dudas a su paso.

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Dragado del canal de navegación; visto como una obra clave para detonar el Corredor Económico del Norte, el dragado fue más saliva que hechos durante la gestión de Ordaz Coppel.

El entonces presidente Enrique Peña Nieto prometió mil 300 millones de pesos solo para el dragado, pero pese al optimismo del gobernador, nunca llegaron, por lo que al día de hoy sigue siendo una obra faltante en el check list del gobernador, los barcos de gran calado deberán seguir usando Manzanillo y Michoacán pasa mover la mercancía.

El Estadio “El Kraken”, obra de más de 700 millones de pesos construida en Mazatlán, un municipio sin equipo, pero con hoteles que necesitan aficionados qué hospedar.

El ganador fue también el empresario Ricardo Salinas Pliego, a quien Quirino entregó la administración y explotación del estadio a cambio de una inversión de 70 millones de pesos, un palco y boletos gratis para cada partido, además de un contrato de publicidad de 15 millones de pesos para “acciones de promoción”.

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El proyecto del CIP Playa Espíritu, no solamente quedó estancado, al igual que expectativas de los diferentes sectores productivos de Escuinapa y Rosario, fue ignorado por el gobierno del estado.

Peor aún, con el pretexto de la realización del Tianguis Turístico Mazatlán 2018, parte de la maquinaria de ese complejo fue llevada al puerto para agilizar la ejecución de obras que a contra reloj se estaban ejecutando para dar una mejor imagen.

Para Quirino, “esa lana se debió haber invertido en Mazatlán (…) a ver, cuánto se ha invertido (en el CIP), tan solo costó 100 millones de dólares, más otros 120, 130 millones de dólares; estás hablando de cerca de 5 mil millones de pesos, imagínense eso 5 mil millones de pesos, invertidos aquí”, declaró en septiembre de 2020.

Vio que ese recurso pudo haberse invertido en drenaje, abasto de agua, en vialidades, “la tirada allá era a muy largo plazo, y con lo que le están dando cada año, 50, 100 millones de pesos, anuales, para el mantenimiento, pues eso no nos trae a nosotros ningún beneficio”.

El gobernador omitió entonces pensar en el beneficio para los habitantes de Escuinapa y Rosario.

Presa Santa María, un conflicto que recibió del exgobernador Mario López Valdez, y que no atendió sino hasta la recta final de su gestión.

La obra con la que se beneficiarán a más de 100 mil habitantes no avanzó, hasta que el presidente Andrés Manuel López Obrador empezó a visitarla para revisar avances.

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Llamado a cuentas, el gobierno de Sinaloa tuvo que negociar con los comuneros para que quitaran la demanda de amparo que paralizó la obra desde agosto de 2019. Hasta mayo de 2020 anunció la reactivación, con lo que ganó tiempo para ir postergando el cumplimiento de obligaciones publicadas en el Diario Oficial de la Federación desde 2013.

El Sauz, para la Sedena: A pocos días de haber iniciado su gestión, Ordaz Coppel firmó convenios con la Secretaría de la Defensa Nacional, entonces encabezada por Salvador Cienfuegos, y sin estar presupuestado en el ejercicio fiscal 2017 comprometió el depósito de 742 millones 50 mil pesos para la ejecución de obras en la instalaciones federales.

La que concentró mayor parte del gasto fue sin duda la Unidad Habitacional de El Sauz, con 740 millones de pesos.

Las avenidas Camarón Sábalo, Rafael Buelna y avenida del Mar fueron rehabilitadas para mejorar la imagen de la zona turística, aunque una de ellas no resultara tan funcional en la temporada de lluvias.

La avenida Camarón Sábalo fue ofrecida por el gobernador como “una gran obra de transformación de Mazatlán”, aunque solo se mejoró el frente de algunos hoteles y negocios ubicados en la zona, y mantuvo el problema de inundación en otros.

Fue entregada por Ordaz Coppel el 27 de enero de 2021, se dijo que se invirtieron 200 millones de pesos, el alcalde Luis Guillermo Benítez Torres y hoteleros invitados aplaudieron, pero nadie cuestionó la falta del drenaje pluvial para evitar que se inunde.

Las avenidas del Mar y la Rafael Buelna complementan un circuito al que les fue incluida una ciclovía.

La “Joya de la Corona”, un motín que ganó plusvalía durante la gestión del gobernador mazatleco todavía tiene pendientes la introducción de servicios públicos en las zonas donde el desarrollo inmobiliario mantiene un ritmo creciente, pero que tarde o temprano podría cobrar factura, si no se atiende.

Artículo publicado el 17 de octubre de 2021 en la edición 977 del semanario Ríodoce.