La decisión de Cristóbal Castañeda

CRISTÓBAL CASTAÑEDA. Petición presidencial

Este domingo se cumplen dos años del culiacanazo. A algunos no les gusta el término. Estigmatiza la ciudad, dicen. Pero a mí, sí. Es muy fuerte, tal vez por eso. Aparte de Ovidio Guzmán, hubo un personaje central en la refriega de ese jueves ingrato. Se llama Cristóbal Castañeda Camarillo. Es el titular de la Secretaría de Seguridad Pública de Sinaloa.

Ese día organizó en parte la defensa de la ciudad, ayudó a proteger a la gente que andaba en las calles o estaba en los comercios y se quedó hasta el final, incluso horas después de que ya habían liberado al hijo del Chapo Guzmán y el mismísimo ejército se había retirado a su base. Acuarteladas en lo que fue el restaurante La Maroma, sus huestes repelieron una agresión como a las nueve de la noche y acabaron con dos o tres sicarios, cuyos cuerpos quedaron sobre el pavimento o arriba de las camionetas.

Lea: 17 de octubre: aquí no ha pasado nada https://bit.ly/2T3smLX

Antes de ese 17 de octubre, Castañeda había tenido un rol muy protagónico en la visita que hicieron a Sinaloa funcionarios de los Estados Unidos, entre ellos agentes de la DEA, incluyendo a su director, para supervisar lo que se estaba haciendo aquí en el combate a la producción de drogas sintéticas, sobre todo fentanilo, que está haciendo estragos entre los consumidores gringos. Fue en septiembre, justo un mes antes.

Lo traigo a colación por lo que ha ocurrido desde hace algunas semanas luego de que el gobernador electo anunciara que Cristóbal Castañeda podría repetir en el cargo porque así se lo pidió el general secretario de la Defensa al presidente López Obrador en su más reciente visita a Sinaloa. Me refiero a la destrucción de cámaras de vigilancia en Culiacán. ¿Destruir por destruir? No. Siempre hay un propósito y esta vez parece un mensaje porque lo hicieron en toda la ciudad, no en una ruta o en un sector. El sistema de vigilancia depende de Castañeda. Y todo parece indicar que a la mafia no le ha gustado el anuncio de Rubén Rocha, así que el mensaje es también para el gobernador electo. Tiene sentido. Los capos –todos, no solo los Chapitos, quienes controlan la ciudad, sino todos– ubican a Castañeda como un enlace del gobierno con la DEA. Él promovió aquella visita, los llevó a laboratorios destruidos, se tomó fotografías con ellos… Siempre me pareció un exceso innecesario, por no decir muy peligroso. Él y el gobernador pretendían mantener estas visitas (fueron dos) en secreto, pero los gringos no pensaron igual. En cuanto llegaron a sus estados llamaron a ruedas de prensa e informaron todo, subieron fotos a sus cuentas personales, dieron entrevistas… un show.

Creo que el ciclo de Castañeda en Sinaloa, terminó. Tiene más de tres años en el cargo y si es cierto que ha despertado esa animadversión en la mafia, debe tenerlo claro. No se trata de darles gusto, como ha ocurrido en innumerables ocasiones y en distintos gobiernos. Por el contrario, el crimen se combate. Pero la responsabilidad es del Gobierno, no de él. Y hay situaciones en las que se vale decir “no”.

Su caso me recuerda a otro hombre que en Sinaloa generó estos ánimos en el Cártel de Sinaloa: Rolando Eugenio Hidalgo Eddy. Les pegó muy duro y fue insobornable. Por eso no lo querían. Lo infiltraron, le robaron mucha información sensible porque se metieron hasta su recámara, y lo hostigaron de mil formas. Un día le tiraron un cuerpo después de que detuvo a un sobrino del Chapo en Bastantitas, Durango. Fue justo frente a la puerta del cuartel. Se llamaba Enrique y tenía sobre el pecho acribillado una hoja con un mensaje: “Por dedo, Eddy”. En otra ocasión le tiraron perros descuartizados en distintos puntos de la ciudad y alrededor de la Novena Zona Militar. También aquí le dejaron un mensaje lapidario emulando al chinito aquel: “Copela o cuello, Eddy”. Se había propuesto atrapar a Joaquín Guzmán pero casi lo atrapan a él. Era una obsesión personal, no una encomienda. Y se fue sin la medalla.

Bola y cadena
EL GOBIERNO ENTERRÓ LO OCURRIDO AQUEL 17 de octubre. Ni el federal ni el estatal investigaron los hechos con ganas de castigar abusos y omisiones. Dos trabajadores de una carpintería fueron asesinados por soldados del Ejército cuando se encontraban bocabajo. El hecho lo denunció Ríodoce hace un año pero nada se hizo al respecto. Ni las familias recibieron apoyo a pesar de que eso también se denunció. El gobierno quisiera olvidar ese día en el que los únicos que ganaron fueron los narcos, particularmente los Chapitos, que han visto consolidar su organización calladamente, al grado de que ahora se interesan hasta por asuntos electorales. Eso es lo que heredamos de aquel día. Eso nos dejó el culiacanazo.

Sentido contrario
EL CONGRESO DEL ESTADO HA hecho bien en reprobar las cuentas públicas de los municipios porque lo que se está haciendo en ellos es deleznable. Las rechazaron todas. La pregunta es qué sigue, los dictámenes serán discutidos en el pleno y entonces sabremos de qué madera está hecha esta legislatura. Y hacia dónde apuntan sus intereses. Una prueba de fuego para Morena porque varios de los alcaldes cuestionados vienen de este partido.

Humo negro
EL GOBIERNO FEDERAL LE ACABA de otorgar al Ejército Mexicano la concesión del nuevo aeropuerto internacional Felipe Ángeles para que lo administre durante 50 años, con la opción de 50 años más. Lo bueno es que nuestro país no se está militarizando. Eso dice el presidente.

Artículo publicado el 17 de octubre de 2021 en la edición 977 del semanario Ríodoce.

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