Clama auxilio Nabila, una de las miles Ana Frank afganas

kabul

Marta Durán De Huerta/Ciudad de México.- México es farol de la calle, oscuridad de la casa. Ofreció asilo a los afganos que huyen de los talibanes, pero expulsa a los centroamericanos.
El 18 de agosto el canciller Marcelo Ebrard anunció: “Les informo que con la activa participación de Guillermo Puente Ordorica, Embajador de México en Irán, hemos iniciado el procesamiento de las primeras solicitudes de refugio de ciudadan@s afgan@s, especialmente de mujeres y niñas que lo han así solicitado”.
México no tiene embajada en Afganistán así que Guillermo Puente será el puente también con Kirguistán, Pakistán, Tayikistán y Uzbekistán.
El martes pasado arribó un avión de Catar con 5 jovencitas del equipo de robótica afgano que ganó varios concursos internacionales. Ellas idearon y construyeron un respirador para enfermos de Covid, usando autopartes. En el mismo vuelo también arribaron periodistas del New York Times y del Wall Street Journal con familiares y colaboradores; en total 124 personas.
La Secretaria de Relaciones Exteriores ha sido muy discreta sobre la logística para los refugiados afganos. Algunos de ellos están en la lista negra de los talibanes por haber trabajado, estudiado, colaborado o emparentado con los occidentales, en especial con los norteamericanos. Los fundamentalistas islámicos los están buscando casa por casa. Si los encuentran, los matan.
Los talibanes anunciaron que no permitirán que ningún afgano salga del país. Tienen controlados los accesos al aeropuerto y tras los terribles atentados de ayer, la desesperación y el terror se acentuaron.

Nabila, un botón de muestra
Hasta hace pocos días, Nabila era una estudiante de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la Universidad Americana en Kabul, hasta que los Talibanes tomaron el poder y entraron al campus universitario. Los profesores y personal administrativo de inmediato destruyeron la lista de asistencia, los registros, las computadoras incluso los servidores para evitar que los datos personales de los alumnos cayeran en manos de los fundamentalistas islámicos, quienes empezaron la cacería de todo aquel que haya trabajado, estudiado o colaborado con los occidentales. La organización de las Naciones Unidas advirtió de las “listas prioritarias” de los talibanes, que no es otra cosa que los nombres de los condenados a muerte.
El principal objetivo de los talibanes, después de los funcionarios de gobierno anterior y los soldados, son las mujeres universitarias, porque ellas representan todo lo que ellos detestan y consideran diabólico y peligroso a la identidad afgana. De las universidades egresaron abogadas que se convirtieron en juezas, cirujanas, ingenieras, periodistas, feministas y activistas. Ahora ellas están escondidas y temen por su vida.

Nabila es una de ellas. Omitimos su apellido por seguridad ya que para colmo de males un pariente suyo fue miembro del gobierno anterior y los talibanes lo buscan para matarlo con todo y familia.
Nabila supo de la oferta de México de asilo a los afganos y desde su escondite suplica ser rescatada. A pesar de la gran dificultad de comunicación ya que los talibanes suspendieron el servicio eléctrico y el internet, Ríodoce la entrevistó y nos narra:

“Mi familia es buscada por los talibanes. Para escondernos nos dividimos y cada quien fue a un punto distinto del país. Les suplico que nos ayuden. El presidente huyó en helicóptero y le dejó la capital a merced de los talibanes. Ellos tomaron la oficina de gobierno y empezaron la cacería de funcionarios. Tomaron las armas de los guardias, de la policía, del ejército así como los vehículos. Esta situación ya la vivimos hace 20 años, por eso todos los que conocen a los talibanes corrieron al aeropuerto tratando de dejar el país. Ahora la gente se amontona allá sin visas ni pasaporte y no creo que ningún país los reciba sin esos documentos.

¿Los talibanes feministas?
Con voz baja y trémula, Nabila prosigue su relato.
“Los talibanes dicen por redes sociales que han cambiado pero nadie les cree. Yo estudié Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales y no creo que los talibanes hayan cambiado o quieran cambiar. En la provincia siguen golpeando a la gente. Mis amigos que viven en el interior del país me cuentan que torturan y cometen atrocidades. Ellos están usando internet y las redes sociales para decir que han cambiado, que no son los mismos. Yo creo que quieren ser reconocidos por la comunidad internacional para tener acceso a las ayudas económicas para el desarrollo. No han cambiado nada, ni cambiarán”, sentencia nuestra entrevistada.
La sharia o ley islámica ordena la lapidación de mujeres por adulterio e impide el acceso a la educación a las mujeres y niñas; ellas no deben salir de casa a menos que sea estrictamente necesario y en compañía de un hombre de su familia. Si una mujer necesita un doctor, él no podrás oscultarla; al otro lado de una cortina oscura el doctor tiene que adivinar qué tiene la paciente. Con la llegada de los fundamentalistas al poder, las mujeres nuevamente se encerraron por temor y volvieron a usar burcas.

Solo se puede salir por aire
Las patrullas talibanas controlan no solo el acceso al aeropuerto sino los caminos que llevan a él.
Los países vecinos de Afganistán cerraron las fronteras. El domingo 22 de agosto Nabila intentó huir por tierra a Pakistán pero los guardias fronterizos les impidieron el paso; además, Pakistán tiene muy buenas relaciones con los Talibanes.
La joven universitaria cuenta que los talibanes fueron a las oficinas donde se tramitaban los pasaportes y destruyeron las computadoras y los archivos para que ningún afgano pueda obtener un pasaporte.
“En las provincias, no en Kabul, los talibanes van casa por casa buscando a todo aquel que trabajó, colaboró o estudió con los occidentales, para matarlo. También van robando. Se llevan tu coche, se quedan con tu casa, con tu segunda esposa, con tus hijas, con tu televisión, con todo aquello que quieren. Son ladrones. Por eso la población está aterrada y quiere salir del país para salvar la vida.

¿Quién gobierna Afganistán?
“Por el momento no tenemos presidente y no sabemos quién está gobernando Afganistán” recalca Nabila y agrega “Los talibanes prohibieron la música. No tenemos a los canales de televisión extranjeros ni mucho menos a los noticieros. Antes podíamos ver la televisión de Pakistán; eso se acabó. Esto no es el Islam. Fueron a buscar a su casa a un periodista de la cadena pública alemana Deutsche Welle y como no lo encontraron, mataron a su primo. Para los talibanes, la vida humana no tiene valor alguno”.

Los gobiernos de las ex repúblicas soviéticas (Turkmenistán, Uzbekistán y Tayikistán) temen que con los refugiados afganos se les cuelen yihadistas terroristas. La Unión Europea tiene el mismo temor y seguramente limitarán al máximo la llegada de refugiados.

Los talibanes, el Frankenstein norteamericano
Cuando la otrora Unión Soviética invadió Afganistán para “modernizarla”, Estados Unidos financió, armó y entrenó a los talibanes para derrotar a los soviéticos. En la película de propaganda Rambo III , Stalone lucha al lado de los talibanes. Lo que no sabían o no les importó a los norteamericanos, es que estaban apoyando a fundamentalistas sicópatas capaces de las peores crueldades y que Afganistán se convertiría en una derrota en todos los sentidos. La consecuencias están a la vista: una nueva catástrofe humanitaria en ese dolido país.

Artículo publicado el 29 de agosto de 2021 en la edición 970 del semanario Ríodoce.

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