El Papa Francisco dio a conocer que a partir de este año se celebrará la Jornada Mundial de los Abuelos y de los Ancianos, el cuarto domingo de julio.
“Los abuelos son el eslabón entre las generaciones, para transmitir a los jóvenes experiencias de vida y de fe. Por eso he decidido instituir la Jornada Mundial de los Abuelos y de los Ancianos, que se celebrará cada año el cuarto domingo de julio”, expresó el jerarca de la iglesia Católica.
Este año, la celebración se realizará el 24 de julio en el marco del año dedicado a la “Familia Amoris laetitia” y se suma a las jornadas de la Palabra de Dios y de los Pobres.
Vittorio Scelzo, del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida en el Vaticano, explicó que para el Papa Francisco “los pobres, la Biblia y los ancianos emergen como tres prioridades”.
Añadió que son tres prioridades destinadas “también a marcar el futuro de la Iglesia”, porque “hay que recomponer la fractura entre los ancianos y las demás generaciones”.
“Los ancianos no se salvan por sí mismos. Desgraciadamente vimos durante la pandemia cómo muchos ancianos no se salvaron, el Papa quiere decirnos que tampoco los jóvenes, los adultos y nuestra sociedad se salvan por sí mismos sin los ancianos”, dijo.
El diálogo intergeneracional es imprescindible “para salir de la crisis mejores y no peores, es necesario que toda sociedad se reconcilie con sus raíces y desarrolle una nueva síntesis de sus propios valores también a partir del diálogo con los mayores”.
“Lo contrario de la cultura del descarte, subraya Scelzo, “es precisamente la pastoral de los ancianos: poner a los mayores en el centro de la vida de nuestras comunidades cada día. No solo en las emergencias, no solo cuando nos damos cuenta demasiado tarde”.