Tras semanas de complicaciones en su salud a causa del coronavirus, el Obispo emérito de Culiacán, Benjamín Jiménez Hernández murió.
Monseñor inició con algunos problemas de salud a inicios del mes de noviembre relacionados con el Covid- 19. Después de recibir atención médica en ujna clínica de Hermosillo, Sonora, el 26 de noviembre a las 8:35 horas dejó de existir a la edad 82 años, como consecuencia de un paro respiratorio, informó la Diócesis de Culiacán.
Monseñor Benjamín Jiménez nació el 31 de marzo de 1938 en Pénjamo, Guanajuato. En 1951 ingresó al Seminario diocesano donde realizó los estudios de humanidades.
En su comunicado, la diócesis describe las acciones que a lo largo de su vida realizó monseñor Benjamín, entre éstas, que en 1987, monseñor, Luis Rojas Mena II Obispo de Culiacán lo nombró miembro del Cabildo Catedralicio y el 23 de febrero de 1988 se le otorgó el título de Monseñor. Ese mismo día inició su oficio como Vicario General de la diócesis. Un año después, el 29 de junio de 1989 fue ordenado Obispo por el Nuncio Apostólico en México, Don Girolamo Prigione y nombrado auxiliar de Culiacán. Cuatro años después, el 1 de diciembre de 1993 inició su ministerio episcopal como Obispo diocesano de Culiacán, convirtiéndose en el III Obispo de la iglesia particular a la que sirvió por 22 años.
En marzo de 2011 le fue aceptada la renuncia como pastos diocesano por el papa Benedicto XVI permaneciendo como Obispo emérito de Culiacán.
“Nuestra comunidad diocesana, Presbíteros, Diáconos permanentes, Consagrados y fieles laicos, reconocemos con sentido de comunión y gratitud la generosa y comprometida labor pastoral de nuestro Obispo emérito, quien sirvió a Dios y a nuestra iglesia Católica presente en este territorio sinaloense por 57 años consecutivos”, citó la Diócesis de Culiacán en su comunicado.