Con una pandemia en fase de desaceleración, que ha dejado oficialmente más de 700 mil personas contagiadas y más de 73 mil fallecidas, cifra que podría acercarse a las 200 mil si se toman en cuenta las “muertes en exceso”, México se encuentra en la competencia por ser de los primeros países en obtener la vacuna contra el Covid-19.
La principal apuesta de las autoridades federales es la coalición Covax, una iniciativa global coordinada por la Organización Mundial de la Salud, Coalición para las Innovaciones en Preparación para Epidemias (CEPI) y la Alianza para las Vacunas (GAVI), que trabaja para el apoyo a la investigación, desarrollo y fabricación de vacunas en acuerdo con fabricantes e integra a 172 países, con el objetivo de garantizar de forma equitativa una vacuna contra el virus SARS-Cov-2.
A la par de dicha opción, México y la Fundación Carlos Slim llegaron a un acuerdo con la empresa AstraZeneca y la Universidad de Oxford para la producción y distribución de una vacuna (actualmente en fase clínica III), en el país y América Latina.
También se han tenido conversaciones con laboratorios de China, Francia, Estados Unidos, Alemania, Rusia e Italia para que el país participe en algunos de los estudios clínicos de sus respectivos proyectos de vacunas, lo que permitiría tener acceso a las mismas una vez que sean aprobadas.
Una opción más podría venir de la iniciativa privada, ya que la farmacéutica mexicana Landsteiner Scientific firmó un acuerdo con el gobierno ruso para la entrega de 32 millones de dosis de la vacuna Sputnik V, pese a que el gobierno se ha desligado de dicha iniciativa y la Cofepris no ha dado su autorización.
El esfuerzo de Covax
El pasado 31 de agosto México se afilió al Centro de Acceso Global a la Vacuna Covid-19 (Covax) y el viernes 18 de septiembre firmó los acuerdos y compromisos legales. Ahí debían fijarse también los montos de los primeros pagos para tener derecho a las vacunas, una vez que sean aprobadas, producidas y distribuidas.
En la iniciativa participan 172 países, de los cuales 82, entre ellos México, autofinanciarán su vacuna, y los 92 restantes, que son de ingresos bajos y medianos recibirán financiamiento para poder adquirir las dosis.
En el acuerdo que México firmó el viernes debió elegir entre una modalidad de compra comprometida o compra opcional. En la primera se establece la compra de una cantidad determinada de vacunas, con la opción de no comprar una vacuna si el precio es el doble (o más) del esperado.
Para el acuerdo de compra opcional, se puede optar por no recibir ninguna vacuna, sin poner en peligro la capacidad de recibir la parte completa de las dosis de otros candidatos y además adquirir de forma independiente vacunas de los fabricantes.
En el acuerdo México espera obtener 25 millones de vacunas.
Los gobiernos ya han comprometido aportar mil 400 millones de dólares para la iniciativa, pero de acuerdo a Covax se necesitan mil millones adicionales para seguir avanzando en la cartera de vacunas.
Todos los países participantes, independientemente de sus niveles de ingresos, tendrán el mismo acceso a las vacunas una vez que se desarrollen. El objetivo inicial es tener 2 mil millones de dosis disponibles para fines de 2021, para proteger a las personas vulnerables y de alto riesgo, así como a los trabajadores de la salud de primera línea.
Los países que se autofinancian y las economías que participan en el mecanismo pueden solicitar dosis de vacuna suficientes para vacunar entre el 10 y el 50 por ciento de su población y los países financiados recibirán dosis para vacunar hasta el 20 por ciento de su población a largo plazo.
Aún cuando hay más de 170 vacunas candidatas en proceso, el CEPI tiene actualmente una cartera de nueve vacunas en desarrollo y nueve en evaluación.
Los tropiezos de la vacuna de AstraZeneca
El 12 de agosto se dio a conocer que el gobierno de México, la Fundación Carlos Slim, la farmacéutica AstraZenecay la Universidad de Oxford, firmaron un acuerdo para la producción de entre 150 y 250 millones de vacunas para Latinoamérica, que se espera estén disponibles para el primer semestre del 2021, en caso de que los ensayos clínicos resulten exitosos, con un costo de entre 3 y 4 dólares.
En ese entonces la vacuna, creada a partir de un virus genéticamente modificado que causa resfriado común en chimpancés y fue modificado para que no cause infecciones en los humanos y para hacerlo más semejante al coronavirus, había mostrado que el 90 por ciento de las personas desarrollaron anticuerpos neutralizantes después de una dosis.
En el 70 por ciento de los sujetos de prueba no registró reacciones peligrosas. Pero cuando se encontraba en la fase 3, suspendieron los ensayos debido a que una mujer que participó en las pruebas presentó mielitis transversa confirmada, después de recibir su segunda dosis de la vacuna, y fue hospitalizada el 5 de septiembre.
En días pasados otra segunda paciente presentó la misma enfermedad.
Después de que expertos en seguridad revisaron el estado del paciente, el ensayo se reanudó el 14 de septiembre en el Reino Unido y Brasil.
La Sputnik V
El gobierno ruso anunció el 11 de agosto que había registrado la vacuna Sputnik V contra el Covid-19, en medio de cuestionamientos porque se desconocían los resultados de los ensayos clínicos.
Esta semana se dio a conocer que un 14 por ciento de los rusos vacunados mostraron efectos secundarios, es decir que presentaron debilidad, leves dolores musculares a lo largo del día y, a veces fiebre.
Actualmente el país está reclutando a 40 mil voluntarios para la tercera fase de análisis clínicos, cuyos resultados se conocerán en octubre-noviembre, y en los cuales podría participar México.
La farmacéutica mexicana Landsteiner Scientific firmó un acuerdo con el gobierno ruso para la entrega de 32 millones de dosis de la vacuna Sputnik V, que se comercializarían en México, pese a que el gobierno se ha desligado de dicha iniciativa.
Autoridades rusas entregaron a México pruebas de la vacuna, a la espera de que sea validada.
En la búsqueda de una vacuna y participar en las pruebas que están realizando las diferentes farmacéuticas y organismos académicos se han firmado acuerdos bilaterales con Reino Unido, China, Rusia, los Estados Unidos de América, Francia, Alemania e Italia.
Artículo publicado el 20 de septiembre de 2020 en la edición 921 del semanario Ríodoce.