Abandona Capitanía de Puerto a tripulante desaparecido del barco “El Titi  I”

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El misterio rodea la desaparición del tripulante del barco atunero El Titi I, Gerardo Lizárraga Robles. Desaparecido desde el 18 de septiembre pasado, los mandos del buque aseguran que el pescador se bajó por voluntad propia antes de regresar a Mazatlán, pero los familiares afirman que ocultan información sobre la forma en que ocurrió el hecho. El viernes pasado se divulgó en redes sociales que había sido encontrado sin vida en las playas de Celestino Gasca, en Elota. Su familia dice que esperará las pruebas de ADN para conocer la identidad del cuerpo.

 

“Nosotras queremos saber qué pasó en realidad porque las versiones de los (tripulantes) del barco se contradicen; quisiéramos que nos apoyen con una búsqueda marítima, el ingeniero (capitán) dice que solo avanzaron 90 millas y se regresaron a resguardo”, clama Gisela Lizárraga, hija de Gerardo Lizárraga Robles, tripulante desaparecido en barco atunero “El Titi I”.

Naufragando en la desesperación y en las redes sociales, de Facebook, Gisela aferrada a su fe religiosa como a una tabla de salvación, suplica esperanzada: Gerardo Lizárraga Robles, tripulante del barco “El Titi I”, habría caído al mar y desaparecido, mientras el buque se alejaba sacudido violentamente por las olas y el viento del huracán Lorena que azotaba en las costas del puerto de Mazatlán.

“Van dos esposas de tripulantes que hablan y no dan su nombre por miedo y las dos me dan la misma versión, mi papá se les cayó, les agarró un mal tiempo, ellos no se dieron cuenta, hasta que ya avanzaron y ya no pudieron regresar, lo dejaron..”, asegura la hija de Lizárraga Robles.

¿Pero por qué no decir la verdad, por el seguro (de vida)?, cuestiona.

La familia del marinero informó que acudió a la Marina Armada de México, misma que llamó directamente a la Capitanía de Puerto, donde primero dijeron no saber nada al respecto y después llamaron para informar que había un formato firmado por capitán, pilotín, jefe de máquinas y el ingeniero del barco en el que sea aseguraba que Gerardo Lizárraga se había bajado del barco.

“En lugar de reportarlo como desaparecido el día 21 de septiembre antes de zarpar, siguen ocultando información a sus familiares y a la autoridad marina”, lamenta.

 

Cronología de la desaparición

 

Un día antes, la hija del marinero pedía apoyo a todos sus amigos y conocidos para localizar a su papá Gerardo, quien había salido de viaje a las 8:40 horas del miércoles 18 de septiembre, en el barco atunero “El Titi I”.

“El día viernes 20 (su cumpleaños) me llaman para decirme que mi papá se bajó del barco; el día anterior (jueves 19) el barco había regresado porque el huracán Lorena estaba pasando por aquí (el puerto de Mazatlán), sostiene.

La hija del desaparecido relata que el buque atunero atraca en el muelle siete, por el lado de la Isla, por la Administración Portuaria Industrial (API), a las 19:50 horas, y según versiones de los compañeros de Gerardo Lizárraga afirman haberlo visto cuando sirvieron la cena y después nadie lo volvió a ver.

“Fue en la mañana del 20 que supuestamente se percataron que no estaba en el barco y es cuando me avisan; les pido subir al barco, a lo que me dicen que sí tengo derecho, pero que no estaba el capitán porque estaba dando parte del hecho, cosa que hicieron a su conveniencia, (porque) firmaron una carta de que él se había bajado por su propio pie”, denuncia.

De acuerdo con la hija de Gerardo Lizárraga, desde ese día las contradicciones afloraron, pues todas sus pertenencias estaban en el barco, como su celular, cosa que él siempre traía consigo, porque si él se hubiera bajado del buque como afirmaban, se lleva su teléfono y hubiera avisado a su familia para que pasara a recogerlo en el muelle donde atraca la nave.

“Si él se hubiera bajado como dicen, se lleva su teléfono y nos avisa, para que vayamos por él, más porque era su cumpleaños; cabe recalcar que él siempre nos avisa a su familia cuando sale y cuando entra a puerto, cosa que no hizo, su última conexión fue cuando salió el día miércoles”, abunda.

Gisela Lizárraga relató que solicitó ver las cámaras y se topó con el laberinto de la burocracia, pues le dijeron que necesitaba una orden de la Procuraduría General de la República (PGR), y esta dependencia argumentó que no era de su competencia porque no era marino, por lo que la enviaron a la Policía Ministerial del Estado, misma que la regresó a la PGR por tratarse de zona federal.

“Las autoridades me traen de arriba para abajo, en Capitanía de Puerto me dicen que como ya está firmada el acta de que (el tripulante) se bajó ya no me pueden ayudar y no me muestran las cámaras”, critica.

Gisela Lizárraga quien desde que fue informada de la desaparición de su padre había luchado contra viento y marea para localizarlo, dijo desesperanzada: “El barco se fue y nadie me dio razón de él”.

“¿Dónde tengo que ir para que me ayuden a saber que fue lo que pasó?”, pregunta Gisela Lizárraga, quien ya había acudido a la Capitanía de Puerto.

El jueves 26 de septiembre, el gobernador del estado Quirino Ordaz Coppel visitó la colonia Francisco Villa con su jornada de apoyos en Mazatlán, donde los familiares del pescador lo esperaban para pedirle ayuda urgente y el mandatario estatal prometió ayudarlos.

Ríodoce buscó al Capitán Regional de Puerto en Mazatlán, José  Enrique Mora Reyes, pero éste ya había abandonado a su suerte al pescador desaparecido y a sus familiares, motivo por el cual no estuvo disponible para ser entrevistado.

“Tres veces fuimos a la Capitanía de Puerto y ninguna nos atendió”, comenta con tristeza la hija de Gerardo Lizárraga Robles.

Artículo publicado el 29 de septiembre de 2019 en la edición 870 del semanario Ríodoce.

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