Guadalupe Fernández Valencia se declaró culpable de tráfico de drogas y de lavar dinero para el cartel de Sinaloa, en la Corte de Chicago.
La Patrona presentó una declaración de culpabilidad ante la corte en la que admite haber traficado droga hacia Estados Unidos y ayudar a lavar millones de dólares desde Culiacán.
Fernández Valencia operaba para los hijos de Joaquín el Chapo Guzmán.
En el documento, la Fiscalía recomienda una pena de 10 a 15 años de prisión, a cambio de que coopere en investigaciones actuales y futuras.
Desde 2009, empezó a traficar cocaína junto con su hermano Manuel Fernandez Valencia, detenido en 2010 y extraditado y sentenciado a 27 años de prisión.
Tras la detención de Manuel, se fue a vivir a Guadalajara pero en 2012 volvió a Culiacán debido a que no se sentía segura en aquella ciudad.
La droga era enviada a Tijuana y de esa ciudad cruzada en vehículos o por túneles a Los Ángeles.
La Patrona usó trabajadores para enviar efectivo a través de tiendas de Los Ángeles hacia México.
En febrero de 2016 fue detenida en Culiacán y extraditada a Estados Unidos.
Según el Departamento de justicia, entre 2009 y 2010 traficó más de mil 500 kilos de mariguana; y más de 30 kilos de cocaína por semana.