La policía municipal de Ahome cerró mayo (2019) con dos récords: la mayor cantidad de implicados en narcomenudeo capturados y la judicialización de todos los casos; sin embargo, ninguno de los imputados terminó en prisión por los derechos que la ley penal les otorga, como salir por mecanismos alternos, generando un círculo vicioso: captura-libertad.

De acuerdo con el reporte estadístico mensual, la policía cerró al 31 de mayo con 30 capturados en posesión de dosis varias de metanfetamina, lo que generó tres decenas de carpetas de investigación en la Unidad de Agentes del Ministerio Público del Fuero Común de Lo Penal, Especializada en Delitos de Narcomenudeo de la Vice Fiscalía Regional Zona Norte, dependencia que judicializó cada uno de los casos ante los Juzgados de Primera Instancia de Control y Enjuiciamiento Penal Zona Norte.

Para Juan Francisco Rodríguez Ponce, director de la Policía y Tránsito Municipal, el resultado de 30 capturados en posesión de narcóticos durante el mes de mayo es una tendencia que provocó la reorganización de la corporación ordenada por el alcalde, Manuel Guillermo Chapman Moreno en la política pública de seguridad plasmada en el Plan Municipal de Desarrollo Ahome 2018-2021.

De acuerdo con las estadísticas policiales, en los primeros seis meses de la administración de centro-izquierda, las capturas de implicados en el tráfico urbano de metanfetamina aumentó en 600 por ciento.

El porcentaje equivale a la captura de 109 civiles desde noviembre del 2018 a mayo 2019, contra 20 particulares que quedaron en custodia preventiva en la misma corporación, pero de la administración priista.

La cantidad de capturados promedia 18 supuestos distribuidores de enervantes al mes, con una cuota de uno apresado cada 48 horas.

En el mismo periodo, la cantidad de dosis de “cristal” que fue retirada de las calles por los decomisos de la policía municipal aumentó en 220 por ciento al pasar a 911 gramos contra 420 gramos del mismo periodo anterior.

En dosis de mariguana decomisada, el aumento es del 231 por ciento. Esto porque se aseguraron casi 7 kilos de la yerba contra 3 kilos del periodo.

En cocaína, los decomisos de dosis cayeron.

Rodríguez Ponce dijo que las estrategias de convertir las calles de Ahome en más seguras van funcionando, y un punto importante es reducir la cantidad de drogas ilícitas que en ellas se comercializan.

Un alto funcionario de la Unidad de Agentes del Ministerio Público del Fuero Común de Lo Penal, Especializada en Delitos de Narcomenudeo de la Vice Fiscalía Regional Zona Norte, quien pidió anonimato, reconoció la eficiencia de la policía municipal en los meses recientes, y que en mayo fijó un récord, con 30 casos que en su totalidad llegaron a tribunales.

La cantidad de individuos puestos a disposición superó con mucho a cualquier otra corporación, pues la más cercana, la Policía Federal, sólo turnó dos expedientes, dijo.

De los 30 capturados en posesión de dosis de “cristal” por la Policía Municipal que llegaron al banquillo de los acusados de la sala “C” de los Juzgados de Primera Instancia de Control y Enjuiciamiento Penal Zona Norte, José Eduardo “L”, un joven residente de la sindicatura de San Miguel Zapotitlán fue uno de ellos, bajo el expediente 354/2019.

Él, como los 29 jóvenes más acusados de posesión de narcóticos se acogió a su derecho de suspensión condicional del proceso aceptando las condiciones del fiscal contra narcomenudeo de internarse por seis meses en un centro de rehabilitación para enfermos de alcoholismo y drogas.

El haber estado en prisión preventiva durante 72 horas lo ablandó y le quitó lo rudo, por eso cuando se sentó ante el juez de control, respondió a todo con un sí, largo y profundo.

La hermana y madre de José Eduardo, que estuvieron en la audiencia se mostraron agradecidas de la benevolencia del sistema. Lo abrazaron fuerte cuando el juez le permitió abandonar la sala, prácticamente en su camino al centro de rehabilitación.

Una de las mujeres dijo que a José Eduardo lo indujeron al “cristal” sus amigos, y después, los vendedores de droga lo convencieron de comercializarla entre sus conocidos del ejido. En eso estaba cuando la policía lo atrapó.

Agradeció a esa captura que el muchacho estuviese vivo, porque las leyendas urbanas dictan que terminan desaparecidos, muertos o divagando en las calles como veletas sin rumbo.

Un día después, cuatro jóvenes estudiantes, uno de ellos enfermos de leucemia, que pasaron por la misma situación de enganche de la adicción a las drogas que José Eduardo, cayeron con el juez de control, y se acogieron al mismo programa del joven rural.

Una vez otorgado el beneficio, abandonaron la sala. Los padres de ellos iban devastados, pero contentos de que los muchachos no terminaran en prisión.

“Es una mala experiencia, deprimente, pero lo bueno es que los muchachos son rescatables, por ese trabajo de policía-jueces”, dijo uno de los padres.

Artículo publicado el 2 de junio de 2019 en la edición 853 del semanario Ríodoce.