El lunes 27, el alcalde Jesús Estrada Ferreiro presentó el Plan Municipal de Desarrollo (PMD) 2018-2021, documento divido en seis ejes donde plasma las metas a corto y mediano plazo de su administración.
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La administración de Estrada Ferreiro llevó a cabo mesas de trabajo en torno a los seis ejes, definidos en Paz y respeto a la Ley, Gobierno eficiente y transparente, Combate a la corrupción, Servicios públicos de calidad, Ciudad ordenada y sostenible, Bienestar social y bienestar económico.
Algunos organismos como MAPASIN y Construyendo Espacios para la Paz (CEPP) encuentran en el plan un trabajo adecuado. Ambos colectivos emitieron un posicionamiento del PMD en los temas de ciudad ordenada y sostenible y paz y respeto a la Ley (seguridad pública).
Sin embargo, especialistas civiles en materia de urbanismo y ecología como el doctor por la UAS, Melchor Peiro Guerrero, encuentra en el documento más que un plan, un catálogo de buenas intenciones, en donde si bien se precisa el qué, no el cómo ni el cuándo.
La percepción de la seguridad
El PMD en su primer eje aborda el tema de la seguridad pública. Ahí da cuenta de cinco objetivos principales: la operación policial, la prevención de la violencia con participación social, policías profesionales y debidamente equipados, la educación y seguridad vial, y la protección ciudadana.
En el documento se da constancia sobre el Informe Sinaloa 2017 del Instituto para la Economía y la Paz, donde ubica a la entidad como la tercera menos pacífica del país.
Esto, según explicó Javier Llausás Magaña, director de CEPP, brinda una buena expectativa para la sociedad ya que desde el interior del gobierno no solamente se admite una problemática sino que se toman datos serios de una organización, e incluso, se fijan un objetivo claro: “sacar a Culiacán de la lista de las 50 ciudades con las tasas de homicidios más altas en el mundo. Esto es muy importante porque se va por el objetivo principal, (por) bajar el homicidio”, indica.
En el Informe Sinaloa 2017, del Instituto para la Economía y la Paz, la entidad aparece como la tercera menos pacífica del país.
Los homicidios con arma de fuego aumentaron, mientras los delitos con violencia y los crímenes de la delincuencia organizada disminuyeron.
“Quitar la vida a un ser humano es la expresión más baja de un ser humano hacia otro ser humano, y hoy está en el Plan Municipal de Desarrollo de Culiacán. Esto es muy positivo. Hay muchas familias dañadas de por vida, madres con mucho dolor y muchas víctimas. Una ciudad no puede llamarse moderna y próspera si hay víctimas por homicidio”, señala Llausás Magaña.
En Culiacán ocurrieron durante 2018, 7 mil 411 delitos según registros de la ahora Fiscalía General del Estado, lo que representó el 42.48 por ciento del total de delitos ocurridos en el estado, y de esos el homicidio doloso fue uno de los de mayor impacto e incidencia.
Para mejorar los índices, Javier Llausás opina que es un acierto del PMD el sustituir la palabra Paz por Seguridad si lo que se busca es regenerar el tejido social no solamente por los altos índices en delitos de alto impacto en Culiacán, sino en la calidad del tratamiento a las víctimas de delitos.
“Se habla de Paz, se elimina la palabra seguridad y se eleva la meta de construir paz… debemos poner a las víctimas en primer lugar y dar rostro humano a las cifras y violencia. La calidad de los culiacanenses se reflejará en la forma como tratemos a nuestras víctimas, en especial por homicidio o desapariciones, más que por el desarrollo económico”.
Los retos del urbanismo sustentable
Un municipio en crecimiento en donde el urbanismo y medios de transporte generan polémicas como las suscitadas recientemente con el Distrito Paseo Mundial y el proyecto Punto por Punto, así como el metrobús cobra mucho interés en la opinión pública.
La planificación urbana y territorial, según la guía internacional de Hábitat, dependencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), es definida como un proceso de toma de decisiones dirigidas a alcanzar objetivos económicos, sociales, culturales y ambientales.
Y con un Culiacán cada vez más segregado (con una extensión de 65 mil kilómetros cuadrados y una densidad poblacional que casi alcanza el millón de habitantes), la urbanización es tema prioritario. En el eje cuatro, MAPASIN emitió un posicionamiento, en donde señalan que a diferencia de otros planes, el PMD 2018-2021 sí se les da prioridad a los peatones en el espacio público.
El índice de motorización en el municipio pasó de 138 vehículos por cada mil habitantes en 1990 a 502 vehículos por cada mil habitantes en 2015; para ese año, se registraron 454 mil 168 vehículos de motor entre automóviles, camiones de pasajeros, vehículos de carga y motocicletas de acuerdo a información del INEGI.
Y de acuerdo a esa información, en el posicionamiento de MAPASIN destacan el proyecto del metrobús, descrito como “el mayor proyecto de esta administración municipal, el cual apoyamos y estamos convencidos de que Culiacán no puede esperar más y le reconocemos al presidente Jesús Estrada Ferreiro la voluntad política de entrarle a este tema que sin duda es prioridad para la ciudad”.
Sin embargo el proyecto es virtual. Aún no se ha dado a conocer a la sociedad ni el origen del mismo ni el monto total para su inversión. Así lo critica Melchor Peiro Guerrero, arquitecto investigador de la Universidad Autónoma de Sinaloa.
Además, el también integrante de la asociación civil Ciudad y Naturaleza en Armonía criticó que dentro del PMD no estén agendadas fechas y que más que un plan, parece este un catálogo de buenas intenciones.
“Yo diría que es un plan muy escueto. No alcanzo yo a ver qué se pretendió al decir que no contrataron expertos, ¿entonces quién lo hizo? Y sobre todo creo que es un documento que no está adecuadamente respaldado por un diagnóstico serio y por los números que te indiquen en todo caso a qué te comprometes al plantearte tú unas metas, y en todo caso trabajar con la visión de esas metas y obviamente deseando alcanzarlas, porque finalmente tienes que evaluar eso, tienes que calificarlo”.
El PMD enumera 16 proyectos y obras estratégicas en los cuales delimita plazos para la realización de estos. Aparecen por ejemplo la rehabilitación de 28 mil luminarias, la construcción del dren Bacurimí y del teatro griego del Parque EME, entre otros. Sin embargo, los plazos ahí fijados son delimitados como a corto y mediano plazo.
“El problema es que la ciudadanía no logra ver al término de un periodo municipal la contraparte de ese plan que serían los resultados, la evaluación y calificación de ese ejercicio gubernamental para ver cuál es la relación que habrá entonces entre lo que se planteó, se propuso, se pensó alcanzar y lo que realmente sucedió y se alcanzó en términos sobre todo numéricos”, añade Melchor Peiro.
La conclusión final del arquitecto ilustra una manera de ver al PMD: la medición de resultados a través del cómo y el cuándo. “Porque no se vale que te digan qué pero no te digan ni cuándo ni cómo”.
Artículo publicado el 2 de junio de 2019 en la edición 853 del semanario Ríodoce.