Otro gobernador

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Pasó de migrante ilegal en Estados Unidos a la lista de la Oficina de Control de Activos Extranjeros —OFAC—, que le congela todos sus bienes y cuentas en ese país y obliga a dejar de hacer negocios con él o sus empresas. En sólo veinte años.

Pasó de un modesto trabajador del rastro municipal de Tepic, Nayarit, a su administrador, a la Alcaldía de la capital del estado y a gobernador, en apenas seis años. Es Roberto Sandoval Castañeda, el nuevo mandatario mexicano de alto rango embarrado por el narco y la corrupción.

Sandoval Castañeda se une a los apellidos que en esta década —entre 2010 y la actualidad— gobernaron como auténticos reyes. Manejaron los presupuestos en completa discrecionalidad sin contrapesos de ninguna clase. Fueron señalados hasta el hartazgo por agrupaciones civiles, ciudadanos y periodistas locales, sin que pasara nada. El Presidente en turno, Felipe Calderón o Enrique Peña, los apapachó, los visitó, y les mandó recursos sin ninguna cortapisa. Los invitaron a reuniones del Congreso Nacional de Gobernadores, visitaron otros países como enviados “nuestros”, obtuvieron información privilegiada en seguridad y economía. Todos amasaron en unos cuantos años una fortuna impresionante: pasaron de pobretones a nuevos ricos, de clasemedieros a familia acaudalada y de abolengo, o de ricos a millonarios.

Roberto Sandoval no le pierde pisada a sus colegas —¿o debiera decirse compinches? Con la excepción de que en el caso del gobernador de Nayarit lo que destaca es la supuesta relación abierta con el Cártel Jalisco Nueva Generación, por encima de los actos de corrupción pública. Hay, además, una constante en los casos recientes de corrupción en los gobiernos locales, que hasta resulta vergonzoso que lograran concluir sus mandatos y que lo hicieran en la más completa impunidad. No hubo contrapeso que funcionara: ni los Congresos locales, ni el sistema de partidos con fuerzas opositoras, ni las cámaras empresariales, ni los ciudadanos agrupados en organizaciones civiles… nada.

En el caso de Roberto Sandoval, fue el gobierno de los Estados Unidos quien le abre la puerta a una investigación al incluirlo en la lista de fortunas ilegales: “ha participado en una serie de actividades de corrupción, como la apropiación indebida de activos estatales y recibir sobornos de organizaciones mexicanas de narcotráfico, incluido el CJNG” dice el informe 2019 de la OFAC. Aunque adelanta el informe que Sandoval Castañeda tiene múltiples investigaciones en México, hasta ahora solo habían sido filtraciones periodísticas.

El gobernador de Nayarit de 2011 a 2017 no está solo en la lista de OFAC, aparece toda su familia: la esposa Ana Lilia López Torres, la hija Lidy Alejandra Sandoval López, y su hijo Pablo Roberto Sandoval López. “Sandoval Castañeda y estos familiares siguen disfrutando de los beneficios ilícitos de sus planes de corrupción” concluye el documento.

 

Margen de error

(Manchas) Los gobernadores que en algún momento se convirtieron en muestras de una nueva clase política que se empoderaba en el país, con jóvenes funcionarios que rondaban los 40 años, terminó por volverse una mancha putrefacta de apellidos hoy odiados:

Duarte de Ochoa es el más conocido (Veracruz), Duarte Jáquez el más descarado (Chihuahua), Borge el más burdo (Quintana Roo), Padrés el que se pasó de vivo (Sonora). Hay otros apellidos más que fueron insistentemente señalados, investigados periodísticamente, pero que no están bajo proceso judicial, como Mario López Valdez de Sinaloa, o Rodrigo Medina de Nuevo León. Y un tercer grupo de gobernadores, que su mandato no fue en la década reciente, pero que están encarcelados o procesados: Tomás Yarrington (Tamaulipas), Mario Villanueva (Quintana Roo), Andrés Granier (Tabasco), Jesús Reyna (Michoacán).

 

Mirilla

(Mex-EU) El caso Roberto Sandoval podría estar inaugurando una nueva etapa en la relación México-Estados Unidos en lo que a lavado de dinero se refiere. No era habitual que el gobierno mexicano se pronunciara días antes sobre el tema, o que incluso adelantara que próximamente se darán a conocer avances en investigaciones conjuntas sobre lavado de activos y corrupción.

Así sucedió en este caso, Santiago Nieto, el Director de la Unidad de Inteligencia Financiera habló de que habían participado de manera conjunta en las investigaciones de quienes resultarían incluidos en la lista de la OFAC, sin decir de quien se trataría. Y resultó ser Sandoval Castañeda.

 

Primera cita

(Virgencita) Activo en redes sociales, el gobernador Roberto Sandoval fue dejando múltiples huellas en Twitter, de su contacto con el pueblo con infinidad de fotos con niños y viejos; de sus creencias religiosas, en la Basílica de Guadalupe; de su compromiso político.

El 31 de diciembre de 2016 escribió “Acompañando a mi amigo” Quirino Ordaz en la toma de protesta, y más tarde “con mi gran amigo y hermano Chuy Valdez” en su toma de protesta de Alcalde. También presumía ahí su amistad con el cantante Joan Sebastian o el boxeador Saúl el Canelo Álvarez.

A finales de enero de 2017 presumió que “A nombre de todos los nayaritas recibimos un reconocimiento de parte de la Pdta de la Asociación Civil @altoalsecuestro, @WallaceIsabel” y en la foto aparecía quien era en ese momento su Procurador de Justicia, Edgar Veytia, detenido tres meses después en los Estados Unidos por nexos con el narcotráfico y que a principios de este año se declaró culpable de los cargos de tráfico de drogas en una Corte de Brooklyn. Justo en los días de la detención, el gobernador Sandoval no mencionó el asunto de manera directamente en su cuenta de Twitter, solo hizo alusiones a que estaba comprometido con la justicia y que él mismo se encargaría de luchar contra la inseguridad.

¿Podría ser el mismo Veytia el informante con los americanos de los nexos de Roberto Sandoval con el narco? Se sabrá muy pronto (PUNTO)

 Columna publicada el 19 de mayo de 2019 en la edición 851 del semanario Ríodoce.

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