El tercer testigo cooperante de la fiscalía fue un narcotraficante más, pero éste no habló de La Tuna ni de las guerras entre cárteles mexicanos. Este testigo, Juan Carlos Ramírez Abadía, Chupeta, narró su relación de negocios con el acusado desde la perspectiva colombiana.
Ramírez Abadía fue el líder del Cártel del Norte del Valle en Colombia. En las semanas anteriores, Jesús Reynaldo Zambada García, el Rey, y Miguel Ángel Martínez Martínez, el Tololoche, lo describieron como “un hombre muy poderoso” y el principal proveedor de cocaína para el Cártel de Sinaloa.
Lea: ‘Nunca traicioné, cuidé a su familia y recibí 4 intentos de homicidio’: ‘Tololoche’ https://bit.ly/2SiCLRs
La exitosa sociedad entre el productor colombiano y el Chapo inició después de que se conocieran en el lobby de un hotel de la Ciudad de México en 1990. Desde entonces y hasta el arresto de Chupeta, en Brasil en 2007, el colombiano logró importar 400 mil kilogramos de cocaína a los Estados Unidos con la ayuda de Guzmán Loera.
Las características más destacables del acusado, Chupeta dijo, eran la rapidez y la eficiencia. El Chapo era mucho más rápido que sus contrapartes mexicanas, tardando menos de una semana en cruzar la cocaína a Estados Unidos, mientras otros narcotraficantes llegaban a tardar meses. Además, tenía bien aceitadas a las fuerzas el orden, evitando incautaciones y logrando que la policía mexicana incluso ayudara a descargar los envíos de droga.
Ramírez Abadía tenía un aspecto escalofriante, después de someterse a “entre tres y cuatro” cirugías plásticas en los pómulos, mandíbula, ojos, nariz y orejas para evitar el arresto.
Mientras testigo tras testigo cooperante narran la historia del narcotráfico entre Colombia y México hacia Estados Unidos, la fiscalía continúa presentando moción tras moción solicitando al Juez Cogan llamar la atención o sancionar al equipo de la defensa. Al principio de la semana se presentó una moción para amonestar a los abogados del Chapo por prestarle un celular para que se comunicara con su esposa, quien lo estaba utilizando al interior de la corte contra las indicaciones de seguridad.
Lea: Sobornos, estrategias legales y verdades a medias en el juicio del ‘Chapo’ Guzmán https://bit.ly/2QtZCfH
El día de hoy, la fiscalía presentó una queja por el uso de redes sociales por parte de Eduardo Balarezo, el abogado ecuatoriano americano del Chapo Guzmán. Balarezo ha tuiteado información sobre el caso, incluyendo menciones a la estatuilla de Jesús Malverde que estaba dentro del cuarto de conferencia de los abogados, sus sospechas de la versión oficial del infarto de Héctor Beltrán Levya en el Altiplano y una liga al corrido de Un Puño de Tierra, la canción favorita del Chapo, que Martínez Martínez dijo haber escuchado más de 20 veces afuera de su celda en la cárcel la noche anterior a su cuarto intento de asesinato. Estas actividades, decía la moción de la fiscalía, interfieren con el proceso de un juicio justo.
Por la noche, Balarezo presentó su respuesta a la moción de la fiscalía, diciendo que sus tuits no afectan el proceso de justicia. Y procedió a responder tuit por tuit, incluyendo explicaciones como: uno de los tuis es una frase de William Shakespeare en la que se habla de un juicio como la guerra, en otro se menciona a Héctor Beltrán Leyva –quien nunca fue parte del juicio.
En cualquier caso, el jurado tiene prohibido comentar el juicio, buscar información sobre el mismo en las noticias e incluso en redes sociales. Se espera que el testimonio de Ramírez Abadía continúe el lunes.