No voy a exponer ni discutir el fundamento sustantivo que tiene esta alta distinción universitaria. Ni tampoco la trayectoria que ha tenido este grado honorifico en la UAS desde 1951, que lo comento en un ensayo publicado recientemente en Aldea 21: http://aldea21.mx/doctorados-con-o-sin-causa-en-la-uas/, cuando el entonces Rector Humberto Bátiz Ramos, lo inauguró, delineó y entregó nada más y nada menos que al entonces Presidente Miguel Alemán Valdez, lo que evidentemente iba en contra de su espíritu y esencia, y esto con sus altibajos ha sido una constante, con momentos sin duda congruentes y luminosos.
Solo trataré de responder a la pregunta planteada, y para ello invito a escuchar la excelente entrevista a Guillermo Ibarra Escobar que Noroeste Radio realizó sobre el tema y que se puede encontrar en:https://www.youtube.com/watch?v=P7gv7hTscEg Voy a permitirme intercalar algunas ideas con las expresadas por Ibarra Escobar.
Medina Viedas y Pescador Osuna son sin duda un par de políticos sinaloenses inteligentes, influyentes, mediáticos y con una carrera importante en la función pública y universitaria. Uno fue rector de la UAS, el otro de la UPN y Secretario de Educación Pública.
No son intelectuales con una obra que la Universidad haya publicado y difundido. De Medina se recuerdan sólo algunos ensayos publicados en los años 80 y de Pescador Osuna no conozco títulos bajo el sello de la UAS.
Entonces se preguntarán algunos porqué se les reconoce otorgándoles ese grado honorífico; la respuesta va en el sentido de lo señalado por Ibarra Escobar. Se les entregan los doctorados atendiendo a necesidades políticas del grupo dirigente, pero sobre todo por su omisión ante lo que ocurre en la centenaria casa de estudios. Es un reconocimiento al silencio. En particular en el caso de Medina Viedas, por su renuncia a la crítica que sostuvo contra el grupo que hoy dirige la Autónoma de Sinaloa, y muy especialmente contra el hoy diputado Héctor Melesio Cuen Ojeda, por ser responsable de su partidización.
Medina Viedas pasará a la historia de la Universidad no por este reconocimiento sino por su papel central en las luchas de defensa de la integridad de la UAS de principios de los años 80. Y por la crítica contra la intervención del PCM en los asuntos académicos. Aun cuando él era un destacado militante y había accedido al máximo cargo universitario a iniciativa de su partido. Este talante crítico de Medina Viedas le ganó el respeto de toda una generación de universitarios, incluso cuando rompió con la izquierda y se convirtió en priista.
Su crítica severa a Héctor Melesio y a la idea de convertir a la UAS en una extensión del PAS, como bien señala Guillermo Ibarra, lo llevó a estar proscrito de su propia alma mater. Ningún directivo podía invitarlo so riesgos. Y así, terminó alejado físicamente de la UAS y ahora vuelve a la UAS por la puerta grande flanqueado por el Rector Guerra Liera y Cuen Ojeda.
Además, como bien lo dice Ibarra Escobar, a Medina Viedas no le otorgan el reconocimiento por la defensa de la Universidad, ni tampoco por su talante crítico, sino precisamente por lo contrario, pues ya no defiende a la UAS ni tampoco ejerce la crítica al cuenismo, entonces el honoris causa es deshonor, un reconocimiento a su silencio.
El caso de Pescador Osuna es distinto. Nunca ha sido parte de sus luchas, ni de su personal académico; cuando ofreció dar clases gratis en la Faciso no lo aceptaron pero sí ha sido conferencista en múltiples ocasiones, incluso cuando fue Presidente de El Colegio de Sinaloa estableció vínculos estrechos con la UAS. O sea la conoce y bien. Y su fortaleza para recibir el reconocimiento es que nunca se ha pronunciado contra la partidización de la Universidad.
Al igual que Medina Viedas no lo quisieron y ahora, le otorgan el reconocimiento por su silencio ante lo que ocurre en la UAS. Ambos saben que el reconocimiento dista mucho de encarnar el espíritu de la Universidad.
Quiero entender el motivo íntimo que lleva a ambos a aceptar este doctorado honorífico. No encuentro otra respuesta que no sea aquella de ser reconocido por la máxima casa de estudios de donde nacieron y que los años terminan debilitando todo. El reconocimiento vendrá a llenar un vacío en sus vidas e incrementar un currículum que a sus alturas sirve de poco.
Con el paso del tiempo se darán cuenta que el costo fue alto y que hay momentos en la vida en que es necesario saber decir no. Y ellos, lamentablemente no pudieron, ni quisieron. Fueron funcionales al status quo universitario.