Karen Bravo//Mazatlán
Durante cerca de 15 años, el canal de navegación del Parque Industrial Alfredo V. Bonfil se ha visto afectado por barcos camaroneros hundidos total o parcialmente.
Las medidas para controlar la situación comenzaron hace año y medio, explicó Gustavo Gómez Rangel, capitán de Marina del puerto de Mazatlán.
Se estima que sean alrededor de 15 embarcaciones las que estén causando afectaciones al canal de navegación, sin embargo el problema no sólo radica para las embarcaciones que se encuentran activas.
El casco de las embarcaciones tiene diferentes recubrimientos para evitar el deterioro y la oxidación de las mismas. Una de las sustancias aplicadas es la pintura anti vegetativa. Este tipo de pintura tiene la función de evitar la acumulación de “conchuela” que puede afectar en el rendimiento del barco.
Como consecuencia de la utilización de químicos para protección y mantenimiento de las embarcaciones, el agua se ve contaminada al paso de los barcos, situación que empeora cuando son atracados por mucho tiempo y sin darles mantenimiento.
Cuando los barcos comienzan a hundirse, los químicos que son expuestos al agua comienzan a disolverse, hasta llegar al metal directamente, oxidándolo.
El fierro con el que están fabricadas las embarcaciones se integra a los minerales que tiene el mar, sin embargo, los químicos solamente contaminan, explicó el biólogo marino Armando Ibarra Soto, investigador independiente.
“Algunos animales se enredan en algunas redes y hay mortalidad por estrangulaciones. La otra, es que se va degradando unas piezas grandes, se van quebrando, se van modificando de tamaño y algunos animales las ingieren”, explicó.
Agregó que el estero es como un “cunero” ya que en él se llegan etapas juveniles y larvarias de microorganismos y moluscos como el camarón, jaiba y langosta, donde llegan a cumplir con las primeras etapas de alimentación y se protegen de depredadores.
La micro fauna es la principalmente afectada “porque son tallas pequeñas y no pueden evadir esa mancha que se viene sobre las corrientes”, señaló el investigador.
Alrededor de los barcos camaroneros hundidos, el agua tiene un aspecto espeso y de color verde, provocado por los químicos con los que están cubiertos los cascos de las embarcaciones, además del diesel, y elementos plásticos como poliuretano que son utilizados para la pesca.
“Los peces que son filtradores, filtran esa nata que se junta de micro algas y hay mortalidad, principalmente de peces filtradores, como las sardinas, que son cardúmenes grandes”, explicó Ibarra Soto.
Recientemente han sido extraídos del muelle del Parque Bonfil, tres embarcaciones que se encontraban hundidas, sin embargo, el proceso puede retrasarse ya que la responsabilidad de remover estos barcos es de sus propietarios, a quienes no es fácil localizar, ya que muchas tienen alrededor de quince años y otras se encuentran embargadas por bancos.
El procedimiento legal termina cuando las embarcaciones se declaran en abandono y en favor de la nación, es entonces cuando su extracción se convierte en responsabilidad de la Administración Portuaria Integral (API).
“Ahorita se está tramitando con la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y con la capitanía de puerto, los permisos para retirarlos”, declaró Alfonso Gil Díaz, director de la API en Mazatlán.
Pero los barcos que han sido extraídos recientemente han sido por trabajo en colaboración de Capitanía de Puerto y la administración del Parque Bonfil, explicó el capitán Gómez Rangel.
“A nadie le interesa, a nadie le preocupan, ¿por qué? no sé, yo pienso que no tenemos ninguna sanción como autoridades, no tenemos quién nos vigile, prácticamente agarramos nuestra zona de confort”, condenó Gómez Rangel.
Los barcos camaroneros hundidos no pueden reflotar debido a su grave deterioro, pero pueden ser desmantelados y fundir el fierro para ser reciclado o bien, ser vendido para recuperar los gastos de operación por su extracción del lecho marino.
