Temperatura del agua y alimento, ideales para el cortejo, reproducción y nacimiento del mamífero.

En el mundo marino existen nueve lugares privilegiados por la riqueza natural. Uno de ellos está justo en las Bajas Californias — que comprende desde California, en Estados Unidos hasta buen parte del noroeste mexicano—, cuyas

corrientes marinas tienen su paso por Mazatlán.

Es gracias a que se mezcla la corriente del Golfo de California con la Ecuatorial, que permite tener un sitio con una alta
riqueza de especies frente a las costas, entre las que destaca el delfín.

Sandra Pompa Masilla, doctora en Ciencias por el Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien actualmente realiza una estancia post doctoral en la Facultad  de Ciencias del Mar de Mazatlán (Facimar), de la Universidad Autónoma de Sinaloa, explicó que se conjuntan las características para que los mamíferos prefieran las aguas del Golfo de California.
Las toninas son las especies que están presentes todo el año en aguas mazatlecas de manera muy abundante, y normalmente se les encuentra en las bocas de los ríos dado que se aliementan de peces; las afluencias de estos cuerpos de agua son sus preferidos, dijo.
Los delfines moteados del Pacífico, agregó, son otras especies que son vistos casi todo el año y es posible observarlo en toda la bahía de Mazatlán.
Otro que llega, pero con las corrientes frías de invierno, es el delfin tornillo y se caracteriza precisamente por ser muy acrobáti co, pues al saltar hace piruetas en el aire, en forma de tornillo.

“Este viene a las costas de Mazatlán casi siempre en la temporada invernal porque siguen las corrientes frías”, agregó.

También hay otro delfin, el de corrientes tropicales, expuso, y normalmente se le puede ver a lo largo del año.
“No es tan frecuente como los demás, pero también hay otros avistamientos, como el delfin de dientes rugosos porque
sus dientes son como las papas ‘Rufles’, por eso se le conoce así, y también está muy presente aquí en la bahía de Mazatlán y afuera”, explicó.
La presencia de estas especies en Mazatlán  se debe a que su patrón de distribución va muy de acuerdo a donde se encuentra el alimento, dijo.
“Podemos verlos en cualquier parte de su ciclo de vida, se han registrado avistamientos alimentándose, y frecuentemente se registra la presencia de crías, lo que nos deja evidencia que aquí también han encontrado un lugar para reproducirse”,  mencionó.

Otra influencia importante es la superficie del suelo marino, destacó.
“Como la bahía de Mazatlán tiene las  islas y demás, hay más riqueza y el suelo es peculiar y pude ser que también por eso prefieran estar aquí, sobre todo porque al ser bahía, les puede dar cobijo de los depredadores como tiburones y otras orcas  que aunque de manera esporádica, también hay registro de avistamientos”, explicó.

Los delfines que hay pueden ser desde recién nacidos hasta adultos de 40 a 50 años, que es la edad que pueden alcanzar en vida libre.
Y es en esta condición de vida que las causas de muerte pueden ser enfermedades que desarrollan desorientación y en consecuencia varamiento en las playas, mencionó.
“Existe en México una Red de Varamientos que atiende estos casos, por ejemplo, si uno se encuentra un animal
varado, la Red de Varamiento, que en este momento no está activa, pero cuando estuvo aquí nos brindaba mucha información porque uno podía ir y hacerle estudios y detectábamos que muchas veces tienen parásitos en el cerebro”, detalló.
Y es cuando esos parásitos afectan la  “brújula de navegación” del delfin, que se pierde o bien pueden afectar el estómago, bajan de peso y mueren.
Los últimos hallazgos reportan que también es frecuente la presencia de plásticos en el estómago de estos animales,
lamentó.
“Ahora ha sido mucho más frecuente la presencia de plásticos en el contenido estomacal porque están ingiriendo pedacitos de plástico y botellas que hacen que se tapen y salgan a la playa y ahí se podría determinar si fue por enfermedad o por contaminación, incluso el agua de mar a veces; pero lo más frecuente son enfermedades relacionadas con su medio ambiente, por lo que se alimentan, deficiencia cardiaca o respiratoria, son normalmente
las causas de muerte”, indicó.
Un gran paso para proteger a los delfines sería activar la Red de Varamiento porque se conocería la causa de la muerte y si son enfermedades, intentar de alertar a la población que va a verlos cuando salen a la playa, pues al tratarse de mamíferos como el ser humano, podrían contagiarse.
“Como no sabemos de qué están muriendo los ejemplares, podría ser una nueva cepa de algún virus o alguna bacteria y no porque ellos vivan en el mar y nosotros en tierra estamos excentos, entonces conocer la causa de las enfermedades (sirve) punto número uno: alertar a la población, y dos: empezar a ver cuales son las nuevas
enfermedades que están surgiendo en el mar y cómo podemos protegerlos y ayu-darles para que no afecte a sus poblaciones”, mencionó.
La invitación para la población en generales que conozcan la riqueza del mar, ese gran tapete azul que esconde muchisima riqueza, dijo, y entre ellas Mazatlán y el Golfo de California conforman un lugar único en el mundo.
“De los nueve que hay, contamos con uno, conocerlos y valorarlos; a todos nos gusta ver delfines, pues aquí es uno de
esos lugares en el mundo donde se puede hacer, aquí mismo en las islas, desde el malecón y hay que valorarlos como belleza escénica y como un elemento más en nuestro ecosistema”, destacó.

No hay que perder de vista que son parte del ecosistema y todo lo bueno y malo que se haga va a repercutir en ellos,
y mientras más conozcamos los animales que nos rodean, más conciencia se tendrá de nuestras acciones.